Intrusiones

«Yo (¿quie´n “yo”? esta es precisamente la pregunta, la vieja pregunta: cua´l es ese sujeto de la enunciacio´n, siempre extran~o al sujeto de cuyo enunciado es forzosamente el intruso y sin embargo forzosamente el motor», escribió el filósofo Jean-Luc Nancy (1940-2021) en un texto titulado El intruso, a propósito del transplante de corazón que le hicieron a principios de la década de 1990.  

Nancy vivió muchos años después de ese transplante, y se preguntaba si no sería ya él mismo un intruso en “un mundo donde mi presencia bien podría ser ya demasiado artificial o demasiado poco legítima”.

Ese corazón “intruso” fue su disparador de reflexiones sobre en qué reside ese “yo” y su oposición a lo ajeno para adaptarse o rechazarlo. 

Pareciera que todo es intrusivo en estos días, por nacionalidad o ideología, por no hablar del gran intruso que se esconde en las gotículas de saliva. Seguimos en más de 200 nuevos casos y más de ocho decesos diarios.

El otro invade, incomoda, hace sospechar, el otro es el “adversario”, el peligro, el indigno o “advenedizo”, aunque las fronteras sean una decisión política y las afinidades vayan de la mano con la cercanía geográfica.

En lo local, los equipos de transición estatal y municipales han dado cuenta de irregularidades, faltantes y negaciones. Al ser intrusiva su llegada (las administraciones salientes no se preocuparon de cuidar las formas y los formatos, confiadas en la continuidad) se han generado varios roces. Ojalá “el cuerpo” administrativo estatal de veras reciba algo que lo haga latir, a pesar de que “le han chupado la sangre” sin piedad.

Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, ha de estar muy contento de que su muro sigue de pie y a patadas contra los intrusos. México lo construyó, como dijo, y las escenas de la “contención” de los agentes del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional en la frontera sur son de terror. Miles que han logrado cruzar a nuestro país (niños, mujeres) están en la total indefensión. Además de negar esta violencia contra los derechos humanos, la actual administración presumió en su informe “a mitad del camino” que se han recibido un número récord de remesas de los mexicanos que se han dejado el alma en busca del sueño americano.

La otra gran intrusión de la semana fue la firma “contra el comunismo” y “a favor de la propiedad privada” en un documento del partido ultraconservador español Vox, de parte de casi una veintena de senadores del Partido Acción Nacional (PAN), quienes recibieron en el Legislativo al líder de Vox, Santiago Abascal, y al argentino Agustín Laje. Uno de los oradores en el acto sobre maternidades, el tuitero llamado “Tumbaburros”, invitó a invitar a los jóvenes, para “frenar esta marea progresista, asquerosa y asesina que se viene para todos nuestros países […] vamos a ganar porque es el plan de Dios”. Si bien el PAN ha estado ubicado históricamente en la derecha política, o centro-derecha, conservadurismo, esto pareció demasiado incluso a militantes de ese partido.  

Además de “defender a la familia”, Vox es el partido español que el 13 de agosto publicó que con la caída de Tenochtitlán “España logró liberar a millones de personas del régimen sanguinario y de terror de los aztecas”. Entre otros temas se opone a que personas de Afganistán entren a España. Su jefe parlamentario, Ignacio Garriga, dijo recién: “aunque nos llamen racistas, islamófobos, xenófobos […] esos refugiados deben ser acogidos por los países limítrofes con los que comparten cultura”.

De los abajofirmantes, la polémica Lily Téllez trató de defenderse diciendo que fue “a título personal” y que su firma no significa “alianza de ningún tipo con Vox”. El senador potosino Marco Gama (hijo putativo de Francisco Salazar Sáenz) fue de los pocos que no borró sus fotos y tuits. 

Un periodista dijo que los asistentes al encuentro con el español “eran normales. No tuve la sensación de estar ante algún xenófobo, racista, clasista, intolerante, radical, ultra mega hiper conservador intransigente, ni nada que se le parezca”. Como si se lo fueran a decir, como si él no lo supiera. 

El presidente criticó la reunión de “extremistas” y para variar les endilgó epítetos al por mayor. Tras la arremetida de AMLO, “Santi” tuiteó: “Ninguna declaración de quienes se abrazan a tiranos y protegen a narcos va a impedir nuestra causa a favor de la libertad, los derechos y la prosperidad de las naciones. Mi agradecimiento a todos los mejicanos que nos han hecho sentir como en nuestra casa. ¡Viva Méjico! [sic]”.  

¿Qué dirá ahora la agregada cultural en España? Un momento… ¿sigue la misma o ya hay suplente? (Por cierto no se ha dicho nada ya de la dirección de Diplomacia Cultural, parece que eso tampoco tiene prisa). Diplomacia. Ay. los acuerdos pacíficos y las negociaciones por un bien común no son lo habitual. Ojalá fuera para hacer cambios, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. 

A seguir, qué más. Como dice Chantal Maillard en “Heme aquí”: “anticipada gestación / de un porvenir intruso, / intrusa de un presente / que desestima / el valor de nacer / a sí mismo de nuevo...” 

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