Jueces sin rostro

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“La justicia real es aquella 

que busca la verdad” 

Principio del Derecho

¿Plata o plomo? Solía ser la frase del colombiano Pablo Escobar Gaviria, fiel retrato de su política de “persuasión” o intimidación hacia los actores político sociales, claves para el desarrollo de sus actividades ilícitas. Prueba de ello, fue la toma del palacio de justicia en la ciudad de  Bogotá, después de 27 horas de asalto hubo un saldo de 98 víctimas, entre ellos 11 magistrados. 

Ante el terrible evento, el país colombiano optó por echar mano de la figura conocida como “jueces sin rostro”. Lo mismo  hizo Italia durante los años ochentas, cuando fue víctima de una violencia generalizada, por parte de la “cosa nostra (la mafia siciliana)” que incluyó entre sus objetivos, por orden del capo di tuti capi o Don,  el ataque a jueces. 

En México, durante su último lustro, también ha aflorado la idea de proteger a los jueces cubriéndoles el rostro con un “pasa montañas”, cuando menos un par de veces, la primera de ellas fue durante el sexenio de Peña Nieto. 

El viernes 14 de junio del año 2017, titulaba mi colaboración para este mismo periódico, tal cual lo hago hoy, en consecuencia, me permito rescatar aquellas reflexiones que vertí hace tres años (traídas a colación por la celebración en México del día del abogado, el 12 de julio), las que le presento: 

“[…] resulta imperioso para el foro de juristas potosinos empezarse a cuestionar seriamente estos nuevos dilemas, como lo hicieron naciones que hace tiempo pasaron por cuestiones similares, como Italia y Colombia, aclaro mi punto de vista, no estoy de momento pronunciándome a favor o en contra de ninguna medida de protección, solo digo, que es momento de debatirlo en la academia y en las asociaciones de abogados potosinos. 

Decía que, el derecho comparado nos enseña  como países que se han visto agobiados por la violencia, cuando ésta llega a canales judiciales, tuvieron que echar mano de mecanismos de salvaguarda para la protección de los operadores del sistema – juzgadores, fiscales, abogados- así, en el combate contra la mafia italiana en la década de los ochentas o el combate al narcotráfico colombiano en los noventas, optaron por medidas radicales como los “jueces sin rostro”, togados que tenían que usar mascaras que impidieran descubrir su identidad, y evitar con ello represalias del crimen organizado. Bueno de hecho en México es común que, las fuerzas militares y policíacas cubran el rostro de sus agentes de seguridad en las detenciones de delincuentes con alta peligrosidad, el punto es que, estamos comprobando que los policías no son los únicos que corren este riesgo”.  

Hoy en día, vuelve la idea a emerger, de hecho, se han presentado actualmente iniciativas en el Congreso federal. En tanto sigue firme mi postura, como en 2017, solo cabría añadir, que la propuesta debe ser seriamente reflexionada, pues, México posee un sistema de justicia penal, que, aunque no del todo fiel, persigue un aspiracional garantista y de respeto a los derechos humanos, cubrir el rostro a los togados pone en riesgo garantías de jurisdiccionalidad que se poseen desde la constitución, como la imparcialidad del juez y la publicidad en el juicio. 

Ciertamente, hemos visto arteros e injustificables ataques a jueces federales, pero también hemos visto un clima de impunidad dado por la corrupción judicial, recién el día de ayer, se desmarcaba el Poder Judicial de la Federación y su Presidente de los hechos presuntamente realizados por la jueza segundo de distrito del Estado de México,  aparentemente implicada en la liberación de un sospechoso a cambio de dinero, o como diría el lema de Escobar, plata. 

Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes. 

carloshernandezyabogados@hotmail.com