La Gran Decepción Ambiental: 1000 Días de Silencio del Gobernador Gallardo

“Lo que sé con seguridad es que al final de mi vida, lo que voy a recordar es el amor que sentí por mi familia y mis amigos, y por el bien que haya hecho por otras personas”

Barack Obama

El pasado 27 de junio de 2024 marca una fecha de infamia y desilusión para los potosinos preocupados por el medio ambiente. Han transcurrido exactamente 1000 días desde que el gobernador Ricardo Gallardo se comprometió públicamente a presentar una agenda ambiental que, hasta la fecha, sigue siendo una promesa vacía. Esta falta de acción no solo evidencia una preocupante falta de responsabilidad y compromiso por parte del gobernador, sino que también pone de manifiesto una profunda contradicción dado su supuesto alineamiento con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

En su campaña y en diversos foros, Gallardo se presentó como un ferviente defensor del medio ambiente, prometiendo implementar políticas y acciones que garantizarían la protección y conservación de los recursos naturales de San Luis Potosí. Sin embargo, su gestión ha sido una muestra de inacción y desinterés, dejando a la ciudadanía con una sensación de abandono y frustración.

 La ausencia de una agenda ambiental no es un asunto menor. Los efectos del cambio climático, la deforestación, la contaminación del aire y del agua, y la pérdida de biodiversidad son problemas que requieren una respuesta inmediata y decidida. La falta de una estrategia clara y bien definida por parte del gobierno estatal no solo retrasa los esfuerzos por mitigar estos problemas, sino que también exacerba las condiciones ambientales adversas que afectan directamente la calidad de vida de los potosinos.

Además, esta omisión socava la confianza de la ciudadanía en sus líderes. Un gobernador que no cumple sus promesas mina la credibilidad de la administración pública y genera un clima de desconfianza y desilusión. La responsabilidad de un gobernante va más allá de las palabras; requiere acciones concretas y efectivas. La falta de cumplimiento de Gallardo es, en esencia, una traición a los principios y valores que debería defender como miembro del PVEM, un partido cuya razón de ser es la protección del medio ambiente.

Resulta irónico y alarmante que, siendo parte de un partido que debería ser el baluarte de la ecología, Gallardo haya fallado tan estrepitosamente en cumplir con uno de los compromisos más básicos de su administración. Esta situación no solo pone en entredicho su liderazgo, sino también la integridad del PVEM en el estado.

Es crucial que el gobernador Ricardo Gallardo rectifique y demuestre con acciones tangibles su compromiso con la agenda ambiental. Los potosinos merecen un líder que esté verdaderamente comprometido con el bienestar ambiental y que tome decisiones valientes y responsables para asegurar un futuro sostenible para todas y todos. Es tiempo de que las palabras se traduzcan en hechos, y que la protección del medio ambiente deje de ser una promesa vacía para convertirse en una realidad palpable y efectiva.

 En conclusión, 1000 días de silencio son 1000 días de irresponsabilidad e incumplimiento. Ricardo Gallardo tiene la obligación moral y política de responder a las necesidades ambientales del estado de San Luis Potosí. Su inacción hasta ahora ha sido una gran decepción y una traición a los principios de su partido y a las expectativas de la ciudadanía. Es imperativo que tome medidas inmediatas y efectivas para demostrar que aún puede ser un verdadero líder ambiental. La historia y los potosinos no olvidarán esta gran decepción si no se corrige el rumbo de manera urgente y decidida.

Delírium trémens: Decidí retirarme del proceso de selección para comisionado de la CEGAIP, al constatar que las condiciones de transparencia y equidad requeridas eran ostensiblemente insuficientes. Este proceso ha confirmado mis preocupaciones: la CEGAIP, que ya enfrentaba serios desafíos, ha sido evidentemente cooptada por los intereses políticos dominantes. Lejos de actuar como una entidad autónoma y eficaz, se ha transformado en un mero apéndice del gobierno actual. Mi retiro no solo busca preservar mi integridad personal y adherir a principios éticos inquebrantables, sino también denunciar y cuestionar la pérdida de autonomía institucional que debería ser un baluarte de los procesos democráticos.

@luisglozano