La Grieta
La tarde de ayer domingo en Guadalajara, fue presentado el movimiento denominado “La Grieta”. De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, una grieta es la abertura larga y estrecha, producto de la separación de dos materiales.
Bajo esta lógica, cientos de activistas, organizaciones sociales y diversos liderazgos políticos de hasta diez Estados de la República, se reunieron en la capital de Jalisco para presentar un movimiento, que, como su nombre lo indica pretende convertirse en un espacio plural donde tendrán cabida muy diversas expresiones y posturas políticas; de acuerdo con uno de sus liderazgos el tapatío Pedro Kumamoto, -pionero en competir y ganar por la vía independiente una diputación local-, expresó que La Grieta será un colectivo que va a luchar desde los espacios locales, pero articulado a nivel nacional.
Apoyará con ideas y consejos a liderazgos que pretendan competir a través de candidaturas independientes desde lo local. La idea de La Grieta, es tan disruptiva como innovadora, en tiempos donde todo pareciera ser tan duolítico, este colectivo pretende representar justamente a quienes se encuentran en medio de esa ruptura entre dos bloques, pero que no sienten pertenencia por ninguno de ellos.
El incipiente ejercicio tiene además un punto de cohesión muy interesante, pues construye una narrativa desde los derechos, para a partir de ahí, analizar los principales problemas del país como la violencia, el acceso al agua, la vivienda, el trabajo digno y la salud pública, entre otros.
Esta nueva perspectiva, rompe el esquema de la política tradicional mexicana, más acentuada hoy en día en este anticipadismo electoral corcholatero, pues, a diferencia de ese viejo modelo, donde la y los aspirantes bajo la fórmula continuista dicen ser la mejor opción, en La Grieta la propuesta resulta ser a la inversa, pues la figura encarnada en el liderazgo no resulta ser lo más importante, sino las y los candidatos se convierten en una especie de mandatarios ciudadanos con agendas construidas de abajo hacia arriba y no al revés.
Por supuesto, que al ser un movimiento incipiente genera muchas dudas, más aún, en un país donde la clase política dominante suele arrasar con lo diferente, sin embargo, es de celebrarse la existencia de lo que parecía imposible articular, algo que pudieramos llamar la oposición de la oposición, pero una más auténtica, una que aparece más allá de los partidos tradicionales, que surge en una base social reflexiva sin prebenda o dádiva alguna, desde las ideas para las soluciones, esas que parten desde los espacios más pequeños.
Luego entonces, será muy interesante no perder de vista lo que ocurra con La Grieta, una social que paradojicamente existe, que polariza y que se abre cada vez más, pero sin duda, en medio de esa grieta, el colectivo tendrá como principal reto, traspasar las barreras del espectro urbano metropolitano de las capitales, donde corre el riesgo de ser borrado por la masificación de la política clientelar, para convertirse en un testimonio fallido más.
Verdaderamente esperamos que eso no ocurra, porque como se ha dicho reiteradamente desde este espacio de libertad, pensar fuera de la caja o dentro de la grieta, será siempre sano, pero sobre todo necesario.
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