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Lamentar y no actuar

Por Óscar G. Chávez

Junio 15, 2024 03:00 a.m.

A

A estas alturas, transcurrida ya una semana de los trágicos acontecimientos ocurridos en el centro nocturno Rich, ya todo o casi todo se ha dicho sobre ellos. Por un lado se ha mostrado la indolencia de los dos órdenes de gobierno y, según el bando de quien opina, han arremetido contra uno y absuelto al otro; por el otro, los rabiosos comentócratas desde el olimpo de su solvencia moral lo mismo la han emprendido contra los jóvenes que  contra sus padres, sin importar el luto de las familias. Llegan a lo asqueante preguntando qué hacían allí los  jóvenes y cómo fue que sus padres les dieron permiso de asistir, pero no preguntan cómo era posible que siguiera funcionando  el sitio.  Cera y pabilo se ha hecho y se seguirá haciendo del asunto.

A las 10:32 horas del sábado, un muy institucional pero nervioso secretario del Ayuntamiento dijo en un mensaje: “…queremos señalar enfáticamente lo siguiente: primero, lamentar profundamente el acontecimiento y patentizar a los familiares de las víctimas nuestro sentido pésame y nuestro apoyo incondicional en el esclarecimiento de los hechos; segundo, el local conocido como Rich, en donde se verificaba y verificó el evento, no contaba con permiso ni autorización alguna para realizarlo, toda vez que no existe solicitud de permiso alguno para que pudiera llevarse a cabo un evento de tal naturaleza.  La presencia constante y, desde luego, sin ningún control de personas asistentes a este evento, propició que uno de los barandales del tercer piso de este edificio Altus, cediera a la presión y provocara esta tragedia. Nos mantenemos en comunicación permanente con el señor secretario general de gobierno para el esclarecimiento total de los hechos, tan es así que el mismo día de ayer por la noche, las direcciones de Comercio y Gobernación estatal procedieron a la clausura de este lugar conocido como Rich. Ratificamos la voluntad del Ayuntamiento de la capital para colaborar con la autoridad estatal y con la Fiscalía general del estado para el esclarecimiento total de los hechos y castigar a los responsables.

Nueve horas después (19:33), la torpe alcaldesa interina (que debió ser la primera en el orden de los mensajes) balbuceaba un auténtico galimatías: “En San Luis estamos de luto, anoche debido al terrible suceso ocurrido en la plaza Altus, nos sentimos de luto, estamos de luto, toda la sociedad potosina. Nos hemos comunicado con algunos de los familiares para expresar nuestra solidaridad y nuestro apoyo personal e institucional, a todas las familias de los jóvenes fallecidos y de los jóvenes que están heridos expresarles nuestra solidaridad y poyo en lo que sea necesario. Estamos con ustedes en este momento tan terrible y que lamentamos todos. Así mismo, comunicarle a la sociedad potosina que he instruido a la Secretaria de Protección Ciudadana, a la Dirección de Protección Civil Municipal, a la dirección de Comercio, que puedan proveer los elementos para coadyuvar en esa investigación que está realizando la Fiscalía. Estaremos en continua comunicación para poder aportar los elementos necesarios y que se pueda hacer justicia por lo sucedido y que nos tiene a todo San Luis Potosí de luto. Que pasen buena tarde.  

Con tanto tiempo de espacio y reposo, lo menos que debieron hacer fue elaborarle el mensaje,  queda claro que improvisó (como claro quedó que estamos de luto), nadie hubiera redactado esa porquería de texto. Más le hubiera valido guardar silencio que evidenciar de nuevo su inconmensurable estupidez. 

La ponzoña vertida por la instancia estatal tampoco puede pasarse por alto, de inmediato buscaron responsabilizar a la municipal, aludiendo la tardía respuesta y buscando llevar rastrojo a sus establos, engrandecer el mérito de ser la primeras en responder. Cierto, por donde se le quiera ver. 

Miserables y patéticos en igualdad de proporciones; pero con todo y que comparten ruindad, responsabilidad y corrupción, hay una realidad: Enrique Galindo (el alcalde reelecto más votado) debió reincorporarse de inmediato a su cargo.

Consideremos que en vista que la materia de la licencia estaba agotada, bien pudo convocarse a una sesión extraordinaria del Cabildo para votar su reincorporación, pero buscando ganar tiempo y que las aguas amainaran prefirió  decir que su licencia vencía en dos semanas. Esa es la miserable condición de la continuidad por la que se votó.     

Mientras, buscando matizar responsabilidades y fingir que se trabaja, ha comenzado la cacería de brujas; se clausura lo mismo al legal que al ilegal y la apocada CANIRAC lejos de proteger a sus agremiados guarda silencio, o ¿por qué su presidente ordenó eliminar el asunto de la orden del día en la reunión programada para el próximo lunes?