Mirador
“Hermana agua”, la llamó Panchito.
Nosotros en el rancho le decimos “madre agua”.
Ella nos da de comer. Lo mismo hace una mamá con sus hijos, que sin ella fenecerían de hambre.
Ahora vemos al agua ir por las acequias, por el arroyo grande que va al lejano río. A su paso nos canta una canción: la de la vida. La teníamos olvidada ya después de meses y meses de sequía. Pero formaron comisión Nuestra Señora de la Luz. San Pedro y San Isidro Labrador, y juntos fueron ante Diosito y le dijeron:
-Acuérdate de aquéllos.
Aquéllos éramos nosotros, que los habíamos sacado en procesión por el camino cuando ya casi no había agua ni pa’ las golondrinas.
Se acordó de nosotros el buen Padre y nos mandó una procesión de nubes que nos dijeron su oración: la lluvia.
Ahora están mojadas nuestras tierras, y están mojados también nuestra alma y nuestro corazón. Ya va por el camino nuestra acción de gracias.
¡Hasta mañana!...