logo pulso
PSL Logo

Mónica y Xavier la libraron pero el mijis chupó faros (a dios gracias)

Por Juan José Rodríguez

Mayo 13, 2021 03:00 a.m.

A tres semanas de que concluyan las campañas electorales, Mónica Liliana Rangel Martínez se salvó de perder su candidatura gracias a circunstancias ajenas que le fueron favorables “de rebote”; Ricardo Gallardo Cardona que ya se proclama triunfador comenzó a comportarse como si fuera en un segundo lugar urgido del voto útil, al tiempo que insistió en ofender a sus potenciales electores rodeándose de pillos y advenedizos nefastos. Por su parte, Octavio Pedroza se instaló en una posición aparentemente inamovible: caminar como si lo hiciera sobre un campo minado y cuidar la ventaja que le indican sus encuestas. En simultáneo, Xavier Nava, a quien ayer el Tribunal Electoral dejó firme en su candidatura, decidió el martes endurecer su mensaje y comenzó a lanzar mandobles a diestra y siniestra, lo que a muchos les parece una expresión de nerviosismo. Y luego, lo mejor de todo: el TEPJF “bajó” a El Mijis de su fraudulenta candidatura “indígena” y remitió su expediente a la Fiscalía General de la República por que lo investiguen por falsificación de documentos. 

No obstante que las razones para sancionarla -según el dictamen inicial de la Unidad Técnica de Fiscalización del INE- eran esencialmente las mismas que las que condujeron a despojar de sus candidaturas a Raúl Morón, de Michoacán, y a Félix Salgado Macedonio, de Guerrero, en el caso de Rangel Martínez los consejeros electorales que integran la Comisión de Fiscalización optaron por un cambio radical de criterio y que su sanción fuera una multa de 434 mil pesos, igual que para Paloma Rachel Aguilar y Lucy Lastras. Esto pueden litigarlo en varias instancias y podrían tardar años antes de tener que desembolsar un solo peso. A la doctora le salió barato, pero no tanto a sus compañeras. La otra contendiente en la interna morenista, Consuelo Jonguitud, solo recibirá una amonestación pública, porque acreditó que no tiene dinero.

La salvación de la doctora se debió fundamentalmente a que la cúpula del INE decidió no estirar más la liga. Los cinco consejeros que integran la comisión de fiscalización le enmendaron la plana a su propia Unidad Técnica, pues entendieron que tumbarle una tercera candidatura para gobernador(a) a Morena, sin ninguna de otros partidos o coaliciones, era un desafío mayor, no tanto para ese partido como para su fundador y líder máximo. Era ponerse a prender cerillos en una habitación llena de gas.

En los días que parecía inminente la defenestración de la ex secretaria de Salud se extendió la percepción de que si tal cosa ocurría, Gallardo Cardona sería el gran beneficiario, dando por sentado que la votación potencial de Rangel Martínez caería en sus manos. Era un razonamiento errático, pues parecía dar por sentado que si la doctora se iba nadie la sustituiría. Dependiendo de quien eventualmente hubiera ocupado su lugar, la sangría de votantes morenistas se acentuaría o se reduciría. Algo, claro, le escurriría a la campaña gallardista, pero no un gran volumen. En síntesis, el sostenimiento de la abanderada guinda a quien perjudicó fue al Pollo.

Desde hace años, cuando viene al caso, les digo a los candidatos a cargos de elección popular que lo primero que deben entender es que las campañas electorales son esencialmente un ejercicio de humildad. Van a salir a la calle a pedirle a mucha gente que no los conoce que sin más confíe en ellos, lo suficiente como para entregarles su voto, que les permitirá luego gobernarlos o representarlos. Es casi, les digo, como si recorrieran la vía pública pidiéndole a quien se encuentren que les preste las llaves de su casa. Y suelo añadir que la gente es lo suficientemente lista para descubrir cualquier gesto de arrogancia, altanería o soberbia, por pequeño que sea o por mucho que se le quiera disimular.

Con esta visión, sencillamente no he podido entender el afán de Gallardo Cardona en autoboicotearse a base de importar y hasta presumir operadores importados, con justificada fama de sinvergüenzas, nefastos y tenebrosos. Si parte de la idea de que es algo que no le importa a la gente, entonces su fama de político astuto y sensible será pura ilusión. Con esta clase de conductas lo que aparece es un joven, como decía mi abuelita, “sangre liviana”, bueno para echar rollo, de promesa fácil, pero que en el fondo no siente ningún aprecio ni empatía con las personas que quiere gobernar. Yo me atrevería a decir que aún sin garantía de nada, ya está preparando el saqueo.

Por cierto, después de que la semana pasada la Sala Superior del TEPJF le dio palo definitivo a Héctor Serrano Cortés en sus afanes de ser diputado local plurinominal sin cumplir los requisitos de elegibilidad, un par de días después hubo un evento encabezado por el dirigente nacional del PT, que vino a untarle vaselina al susodicho. Contrario a lo que ha sido su costumbre desde que anda de arribista por aquí, Serrano hizo unas breves declaraciones en las que presumió que aún sin diputación él será “un actor político en San Luis”. Primero, con todo respeto yo le preguntaría ¿Y quién te invitó chato? Y segundo, les cuento que una vez más me acordé de la insuperable definición de cretino que hacen los italianos: es alguien a quien le clavas un plumero en la cola y se siente pavorreal. Hagan de cuenta.

¿ESTRATEGIA O TITUBEOS?

Luego de que en la entrevista con Carlos Loret apareció un Octavio Pedroza más echado para adelante, más resuelto y claridoso, algo pasó que volvió al estilo muy contenido, incoloro y poco magnético que le conocemos. El martes pasado le llamó vía telefónica Loret y le hizo una nueva entrevista para el radio con preguntas como para que volviera a sacar el pecho y mostrara enjundia, pero se volvió a apagar.

No es difícil entender que eso de tener que cuidarse de no incordiar a ninguno de los cuatro partidos que lo postulan es de suyo una tarea complicada. Agréguele la necesidad de no meter ruido en su comunicación con el Gobernador y de mantener un equilibrio harto difícil entre sus compromisos con los desposeídos sin incomodar a la currada, y se entiende tanta cautela, tanto cuidado, tanta autocontención.

Si en realidad es, como parece, porque encuestas serias le dan una ventaja de varios puntos porcentuales y quiere cuidarla, debe encontrar la forma de hacerlo sin que resulte contraproducente. Es decir, que en lugar de ampliarse empiece a disminuir.

Pasando a otro tema, le cuento que ayer a media tarde la Sala Superior del tribunal electoral resolvió sobre las impugnaciones presentadas por PAN, PRD, PCP y Verde para que se le retirara su candidatura a Xavier Nava, y dijo que no. La argumentación jurídica, que incluso sienta precedente y fija un nuevo criterio, fue muy interesante. Lamentablemente el espacio no nos alcanza para entrar a los detalles. El PRI y su candidato Enrique Galindo mostraron colmillo y se abstuvieron de sumarse al litigio.

Pero algo raro está pasando con el abanderado de Morena a reelegirse como alcalde. Desde las vísperas de que el TEPJF lo confirmara en la candidatura, Nava desenvainó la espada y comenzó a lanzar mandobles a sus principales contendientes: Galindo y Leonel Serrato. Ignoro las razones que haya detrás de esa estrategia, pero me parece que si en su recuperada parsimonia lo que Octavio está buscando es conservar su ventaja, la súbita agresividad de Xavier deja la impresión de que lo que está tratando es de evitar que se amplíe su desventaja. Por lo demás, conscientes de que las campañas no son juegos florales, a ver cómo se pone el clima en estas semanas que quedan.

Vaya un fuerte aplauso -de preferencia con las dos manos para mayor efecto, dice Catón- a los siete magistrados de la multicitada Sala Superior, por haber decidido unánimemente mandar al diablo al cada vez más tristemente celebre El Mijis, que ya se veía desparramado en una curul de San Lázaro con etiqueta de diputado indígena. Pero luego del aplauso vienen las fanfarrias, porque los mismos letrados se hicieron eco de lo denunciado por quienes impugnaron la postulación morenista del ruco-chavo-banda y dispusieron turnar su expediente a la Fiscalía General de la República para que investigue la falsificación de documentos en que, todo indica, incurrió el zonzo ese. No sé si pocas o muchas, pero existen posibilidades de que Pedro César Carrizales Becerra vaya a parar a la cárcel uno de estos días.

COMPRIMIDOS

Fuentes muy confiables nos indican que en el caso de la agresión denunciada por la señora esposa de Ricardo Gallardo Cardona no se ha podido avanzar en las indagatorias correspondientes, por razones elementales: no hay precisión en los detalles, no hay testigos, sí hay cámaras de videovigilancia pero no aparecen grabaciones que ayuden.

Llamarle “Debate” al evento celebrado la tarde-noche del domingo en el Centro Cultural Universitario, es mucho optimismo. Quizá lo definieran mejor denominaciones tales como “encuentro”, “pasarela” o “simposio” (que gracias al maravilloso libro de Irene Vallejo -El Infinito en un Junco- me acabo de enterar que originalmente, en griego antiguo, quiere decir “reunión de bebedores”; es decir, parranda).

Mientras se mantenga ese formato tan rígido, envarado, tedioso, de incomunicación casi total entre los participantes, y la obsesión igualitaria que conduce a darle el mismo tiempo a quienes van por 30 o más puntos y a quienes si bien les va alcanzarán tres, esos eventos no tienen futuro.

Hace cosa de un año, cuando había que designar nuevos magistrados del Supremo Tribunal de Justicia, el dirigente panista Juan Francisco Palabra de Hombre Aguilar se emperró en que su hermano fuera uno de ellos. Cuando llegó al escritorio del gobernador una lista de los clientes del carnal, quedó claro que de ninguna manera podía ir al organismo cúpula de nuestro Poder Judicial. No sé a qué se deba, pero de nueva cuenta el íntegro y muy confiable Juan Pancho anda en la misma empresa. Lo más chocante es que hace un año representaba una fracción de seis diputados. Ahora solo representa tres: se le fueron Sonia y Vianey y otro pidió licencia para buscar reelegirse y no tiene suplente. Y aún así le hacen caso.

Ya mero se me quedaba en el tintero: la pretensión de El Pollo de ser reconocido como el verdadero y único representante, candidato, aliado o canchanchan de Andrés Manuel en estas tierras, recibió ayer un cubetazo de agua helada. El mismísimo adalid de la 4T dijo en su mañanera que también a Gallardo lo investigará la FGR con eso de sus tarjetas “La Cumplidora”, y que si había delito le aplicarán la ley. Igual y ni le pasa nada, pero así que digamos cuánto lo quieren y lo cuidan, pues no.

Hasta el próximo jueves.