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No son aranceles, es el fin de una era

Por Colaboradores

Febrero 03, 2025 03:00 a.m.

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Iniciamos la semana con la imposición de aranceles por parte de Donald Trump a todos los productos que exportamos a su país y esto no solo marca el fin del TMEC, sino que simboliza el fin de una era de interdependencia basada en el libre comercio. Para México, que 80% de las exportaciones van a Estados Unidos, el golpe es significativo: el peso se devalúa, industrias clave perderán a sus principales clientes, 2 millones de empleos están en riesgo de forma inmediata y se romperán cadenas de proveduría en todo el planeta.

Incluso si esos aranceles son transitorios, el golpe ya nadie lo quita, pues genera un alto nivel de incertidumbre para la inversión directa.

Los aranceles del 25% a México y Canadá, y del 10% a China no medidas económicas, sino herramientas de poder que buscan reafirmar la supremacía política de EU, en un modelo multipolar, donde la economía se subordina a la geopolítica, marcando el inicio de lo que podríamos llamar la “Era de la Geoeconomía”.

El camino: entre el Proteccionismo

y la Reinvención

La dependencia de México respecto de EU siempre fue un punto frágil, y es así que la presión sobre el gobierno de la presidenta Sheinbaum ha adquirido dimensiones históricas.

Estados Unidos va a instalar un modelo que impulse la innovación a través de las empresas con mayor capitalización, combinando pragmatismo con una agresiva agenda proteccionista, buscando recuperar su posición hegemónica mundial.

México se encuentra ante un dilema: permanecer anclado a un modelo agotado o convertirse en un actor independiente y en expansión.

Hoy estamos ante la GRAN OPORTUNIDAD de avanzar hacia un gran pacto político entre todos los actores y organizaciones en todos los niveles, para superar la polarización y la corrupción. En paralelo, saltar de la maquila a la economía del conocimiento, a través de políticas audaces en los ámbitos educativo, económico y social, que se enfoque en acabar con la pobreza y frenen todas las formas de violencia y vulnerabilidad sociales.

Más allá de América del Norte habrá que replantear con fuerza la activación de toda la red de tratados comerciales, potenciar acuerdos con América Latina y reforzar las alianzas Sur-Sur, hacia una prosperidad compartida.

Atraer inversiones en ramos estratégicos a través de incentivos atractivos, para hacer de México un hub regional. Por ejemplo: crear alianzas para la producción de equipos, movilidad y toda clase de soluciones de energías limpias, para la producción de medicamentos genéricos e integración de chips, usando nuestra mano de obra calificada de alta competitividad.

Para fortalecer el mercado interno impulsemos una POLITICA DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES RENOVADA 4.0 que fomente el desarrollo de las pymes, de la economía social y de la modernización de la infraestructura.

Es fundamental implantar una REFORMA FISCAL PROGRESIVA que otorque recursos al Estado, para reducir las profundas desigualdades, para dejar de depender de las remesas, la informalidad (55% de la economía) y garantizar la viabilidad de los programas sociales y la creación de empleos.

Ante el fin probable del TMEC, México puede convertirse en una potencia emergente, aprovechando su ubicación geográfica, tratados comerciales, sus recursos y su capital humano.

Estamos ante la oportunidad de transformar la adversidad y REINVENTARNOS como país, a través de un modelo económico y social igualitario, nacionalista y justo.

El momento es ahora, y aunque el cambio llevará tiempo, empecemos hoy a debatir y a organizarnos.

Integrante de @pormxhoy

(Integrante de por México hoy)