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Oportunidades para el desarrollo económico en San Luis Potosí

Por PULSO

Abril 02, 2023 03:00 a.m.

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José Guadalupe Torres Armenta

Las ventas de la industria automotriz a nivel mundial fueron de 3 billones (millones de millones) de dólares en 2022, aproximadamente 2.5 veces todo lo que produce nuestro país considerando todos los productos de su economía. Si las ventas de esta industria las comparamos con el producto interno bruto de los países, este sector sería la séptima potencia mundial (Statista, Banco Mundial). 

Esto nos permite pensar que este sector tiene un potencial enorme para nuestro país, nuestro estado y la zona metropolitana de la capital potosina. Algunas experiencias recientes nos permiten esbozar algunas sus particularidades:

Aproximadamente tres cuartas partes de los trabajadores que laboran en esta cadena productiva tienen un empleo formal, mientras que en la economía mexicana en su conjunto este número ronda el 40%. Adicionalmente es un impulsor de empleos mejor remunerados.

La incertidumbre en el abastecimiento en las cadenas productivas ha propiciado una relocalización de empresas de componentes y de producto terminado hacia países cercanos a los grandes productores.

Además, esta relocalización tiene como destino lugares que tienen cierto nivel competitivo en el sector, no llega a cualquier lado.

El beneficio que nos proporciona el Tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá en cuanto a impuestos de importación (aranceles) no es menor, aunque requiere de toda una ingeniería de costos para lograr este beneficio, es quizás el sector más complejo para lograr ser catalogado como originario de este Tratado, ya que debe ser apuntalado por componentes preferentemente de la región.

Sin duda es un panorama halagador, y debemos aprovechar este impulso para ya empezar a reconfigurar escenarios que nos permitan ventajas competitivas sostenibles, algunos elementos de esta agenda son:

Desarrollo de proveedores en la región, en principio los denominados de nivel 3 y nivel 2 (tier 3 y tier 2), ya que quienes venden directamente a las armadoras tienen especificaciones poco logrables en el corto plazo.

De la mano de lo anterior, aliarse, absorber y  adaptar estándares  y tecnologías de las armadoras y proveedores directos de estas que nos permitan sostenibilidad económica, sin descuidar nuestro entorno, como un acto de responsabilidad, pero también para acceder a mercados cada vez más atractivos cuando privilegiamos el concepto de “empresas conscientes”.

Es aquí donde contribuyen políticas claras a todos los niveles, que permitan un estado de derecho, legalidad e imparcialidad para una sana competencia, entre otros beneficios que esto generaría.

Políticas sectoriales que reafirmen la posibilidad insertarse en la cadena productiva a nuestros empresarios locales, no con barreras artificiales, sino propiciando desarrollo que sólo se logra con factores que abonen a la productividad.

Diversificación económica, Impulsando sectores económicos distintos, pero que se apalancan en capacidades productivas ya existentes en la región (Hausmann: Atlas de Complejidad económica).

Complementariedad productiva, como regiones subsidiarias en cinco ciudades ancla de nuestro Estado, además de los municipios conurbados a la capital: Ciudad Valles, Tamazunchale, Matehuala y Rioverde-Ciudad Fernández. En estos casos se requiere un vocacionamiento productivo realista y alineado con sus capacidades, no hay atajos, pero sí la posibilidad de sofisticar, de a poco, la economía para añadir valor a los productos y servicios; diagnósticos para el desarrollo ya hay, el tratamiento al mismo es lo que urge.

Dinamizar las instituciones educativas, principalmente a nivel técnico y medio superior, para añadir pertinencia y competencias clave para el futuro laboral cercano que tendrá el talento potosino.

Y, en el largo plazo, muy largo plazo, pero no imposible, y se empieza a trabajar hoy, lograr un aumento del ingreso, y con ello aumento de la demanda de productos y servicios de los mexicanos y potosinos, que complemente al mercado más grande del mundo.

Con todo esto, como diversos autores lo mencionan en México, no hay camino fácil, pero sí hay ciertas directrices que irremediablemente configuran escenarios deseables: se requiere de recursos humanos capacitados, tecnología adecuada  y reglas del juego claras para un tejido empresarial competitivo.

(Docente de la Escuela de Negocios en el Tecnológico de Monterrey Campus San Luis Potosí)