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PÉSIMAS SEÑALES

Por Juan José Rodríguez

Septiembre 16, 2021 03:00 a.m.

Los motivos de preocupación respecto de nuestro futuro común, por no decir que de angustia, no escasean; al contrario, se multiplican. Sujetos, como tantas otras cosas a lo que ya pronto resolverá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, no dejan de dificultar el sueño. Es difícil encontrar un integrante de nuestro Poder Judicial más cuestionado y más desprestigiado que el juez José Luis Ruiz Contreras. Ha sido juzgador de consigna, liberador sospechos de peligrosos delincuentes y notorio beneficiario de ingresos ilícitos. En la segunda mitad del sexenio torancista, bajo el ala protectora de ese otro gran corrupto y corruptor llamado Cándido Ochoa Rojas, Ruiz Contreras fue Delegado de la Profeco, donde según testimonios de expendedores de gasolina, gaseros y comerciantes de los más diversos giros, salió de apuros económicos para un largo futuro, luego, claro, de mandarle su parte a El Gran Recaudador. Bajo la misma sombrilla pero ahora con el impulso de la Gallardía y la excesiva obsequiosidad del Carrerato, es desde el lunes el segundo de a bordo en la Fiscalía General del Estado, cuya titularidad previsiblemente asumirá si al cambio de gobierno Federico Garza decide retirarse (a su mandato le quedan más de dos años de vigencia). En manos de tan repelente personaje quedaría todo el aparato de procuración de justicia y combate a la impunidad. Reitero: no conoce de otros. 

Desde hace un par de semanas, el achichincle de El Niño Verde que desde finales del año pasado despacha aquí como delegado en funciones de presidente del PVEM, Francisco Elizondo Garrido, dejó de participar en el proceso de entrega-recepción de la Secretaría de Finanzas (al parecer se va a la Ciudad de México a ver que recauda en la fracción verde de la Cámara de Diputados). Nada mejoró con el relevo: su lugar pasó a ocuparlo el contador Jesús Salvador González Martínez. Este individuo inició en calidad de tesorero municipal el trienio de Ricardo Gallardo Cardona en Soledad, en octubre del 2012. Seis meses después, a propuesta del propio Gallardo, pasó a ser contralor interno del Interapas. En enero del 2015, cuando Gallardo Cardona fue encarcelado porque las autoridades federales encontraron que se había chingado él solito más de 200 millones de pesos de las arcas públicas, González Martínez se escondió. No se puede decir que haya sido prófugo porque al parecer no hubo orden de captura en su contra. Llegado Ricardo Gallardo Juárez a la alcaldía capitalina, reinstaló al susodicho en su cargo de Interapas, donde todo el trienio fue el verdadero jefe, el de los negocios, el de las adquisiciones, el de las concesiones. Con el único que se reportaba era con el pollo mayor. Es quien desde hace días está recibiendo la Secretaría de Finanzas. Y nuestros líderes empresariales ya con la espalda arqueada de tanta caravana. Insisto: no conoce de otros.

Al final del día, ya sea en coalición o de manera individual, los partidos Acción Nacional, PRI y PRD, tienen 25 alcaldes potosinos emanados de sus filas. Pues bien, según testimonios confiables, por lo menos una decena de ellos han recibido la visita de personeros de la Gallardía y/o del PVEM, quienes han ido a decirles que las reforzadas bancadas verdes en la Cámara de Diputados y en el Congreso local están en condiciones de “bajarles” importantes recursos económicos, principalmente para programas sociales. El planteamiento, cordial y concreto, es simple: esos beneficios extras les llegaran si permiten que sus secretarios de Desarrollo Social los nombren Gallardo o el Verde Ecologista. Hasta donde sabemos, dos o tres aceptaron la propuesta y deberán nombrar en ese cargo a los candidatos verdes que perdieron en las elecciones municipales o gente designada por ellos. Desde luego que también en esas áreas se pueden hacer negocios, pero esta iniciativa parece tener más que ver con cuestiones clientelares. Es decir, apropiarse de la dependencia que es la cara amable de los ayuntamientos, la que reparte. Así, en un todavía indeterminado número de municipios donde el PVEM y la Gallardía fueron derrotados en las urnas, tendrán en los hechos el principal aparato de proselitismo.

Para seguir incrementando nuestro optimismo. Las mayores aportaciones de los militares en materia de seguridad pública -disciplina y planificación, esto último sobre todo cuando son diplomados de Estado Mayor- se circunscriben al área de prevención. Dicho de otra manera, aunque con resultados muy dispares, la presencia militar ha tenido sentido casi exclusivamente cuando se les pone al frente de corporaciones similares o equivalentes a nuestra Dirección de Seguridad Pública, dependencia fundamentalmente responsable de prevenir la comisión de delitos, de resguardar el orden público, de cumplir tareas de inteligencia y de realizar labores de proximidad social. Lo que es extremadamente inusual es que un militar (sin tener además algún tipo de capacitación ad-hoc) se haga cargo de tareas de investigación criminal. Por esos antecedentes y por la falta de idoneidad sorprende mucho la designación del general retirado Miguel Amado Jiménez González como nuevo titular de la confusamente llamada Dirección de Métodos de Investigación de la FGE, que no es otra cosa que la policía ministerial de investigación, alguna vez policía judicial del estado. Tengo entendido que su arribo a esa posición, para la cual evidentemente no está capacitado (su vinculo más estrecho con tareas policiacas es que un par de años fue director de la Academia Estatal de Policía -donde se prepara a elementos para la prevención-) es también por presión de la Gallardía. Parecería entonces que Gallardo a lo mejor sí conoce de otros pero no tiene la menor idea de dónde debe ponerlos. A final de cuentas, tanto daño hace un corrupto como un incompetente.

En cosa de 24 horas el presidente Andrés Manuel López Obrador invitó a dos gobernadores salientes, de partidos diferentes al suyo, a incorporarse a su gobierno. A Quirino Ordaz Coppel (PRI), que deja la gubernatura sonorense el 31 de octubre, le propuso ser nuestro próximo embajador ante España, y a Antonio Echevarría (PAN), quien concluye su encomienda en Nayarit pasado mañana, no le especificó cargo. Como sea, esto hizo que en otras entidades con cambio de titular del Ejecutivo, como aquí, se alentaran esperanzas de recibir una invitación semejante. No se ve tan fácil. Lo digo porque al día de hoy ya ocurrieron los relevos en la mitad de los doce estados donde hubo elecciones de gobernador, y ninguno de los que se fueron han recibido, hasta el momento, alguna invitación presidencial. Ya se efectuaron los cambios en Tlaxcala, Baja California Sur, Chihuahua, Zacatecas, Sonora y Campeche, y ninguno de los que dijeron adiós ha recibido convite alguno. Es decir, así de botepronto no parece que esas invitaciones se estén aventando como bolos de bautizo. Digo.

Según nos dice gente enterada, sin descartar que en el fondo ya tengan clara la decisión y solamente la estén reservando por estrategia, será este fin de semana cuando doña Bernardina Lara decida si busca o no la reelección al frente del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado, el mayor por mucho de la burocracia estatal. Si eventualmente decidiera no hacerlo, lo más probable es que la planilla bendecida la encabece su actual secretario de Organización, Antonio Valdez, hechura y de toda la confianza de la lideresa. Respecto de la casi simultaneidad de las elecciones en el SUTSGE con el cambio de gobernador (las planillas contendientes deben registrarse este lunes y las elecciones serán el viernes 24), la versión oficial es que se trata de casualidad, ya que la elección debió tener lugar el año pasado, pero se difirió por la pandemia. Tengo para mí que hay dos intencionalidades no confesadas: celebrar las votaciones antes de que esté instalada una nueva administración -sea la regular o una interina- para que no sienta la tentación de meter mano, y hacer un esfuerzo para superar los porcentajes anteriores de participación para que ya sea una reelecta Nina o un nuevo liderazgo, tengan una gran legitimidad y mayor respaldo de la base. Sin hacerlo expreso, se ha extendido entre los casi seis mil afiliados (los otros cinco o seis  sindicatos gubernamentales juntos no llegan a la mitad) la idea de que o se fortalecen y preparan para la batalla o Gallardo los va a embestir sin piedad. Eso se saca el pollo menor por andar amenazando a destiempo.

Ya concluidos todos los procedimientos de impugnación relacionados con la elección de diputados locales, lo que sobresale es el hecho de que, haya sido o no esa su intención, el TEPJF nos hizo favor de darle una lavadita de cara a la política potosina. Alejar de sus anhelados récords Guinness a Oscar Vera Fábregat y a Eugenio Guadalupe Govea no es ganancia menor. Lo que para ellos hubiera podido ser motivo de orgullo -completar entre ambos medio siglo calentando curules- habría sido causa de vergüenza para los potosinos. Y a propósito de, el agudo periodista huasteco Samuel Roa nos compartió ayer un mensaje que vía redes sociales el flamante diputado René Oyarvide Ibarra (PT) le envía a su amigo, paisano y correligionario David Medina Salazar, alcalde electo de Ciudad Valles. Le dice: “Con mucho cariño hoy te confirmo (que) vamos juntos por ciudad Valles, no será necesario tener abiertas las puertas del H. Congreso, las puertas de mi casa están abiertas para mi hermano y presidente municipal, trabajaremos por todo lo que vivimos en campaña, por todas las carencias, hoy más que nunca los 4 niveles de gobierno…”. Otro brillantísimo actor político. Que la verdad sea dicha no nos faltan, nos sobran.

En materia política, las cosas no le han sido muy difíciles que digamos a Yolanda Cepeda. Su sueño de ser la alcaldesa priista de su pueblo, Aquismón, lo consiguió gracias a sólidas relaciones no necesariamente políticas. Apenas concluido su trienio, en 2018, se incorporó como secretaria general del Comité Directivo Estatal del PRI, de donde saltó a la diputación por el distrito electoral XIV que la tiene hoy convertida en presidenta de la nueva legislatura potosina. Enhorabuena. El lado sombrío de esta historia es que en el ámbito de la fracción verde/gallardista y en el entorno mismo de Ricardo Gallardo Cardona, se habla de que ya la traen en la bolsa o, con lenguaje menos cuidado, que “ya la compramos”. Puede ser cierto o no, pero sus hechos, sobre todo el sentido de sus votos, mostrarán cuál es la verdad. Algo muy semejante puedo decir de Rubén Guajardo, panista que todo le debe al PAN pero que según los de enfrente también ya extendió la mano.

Hasta el próximo jueves.