Política social

En 2023, el gasto social del Gobierno de López Obrador es el más alto desde 1994. El 37 % de los hogares mexicanos reciben al menos un programa gubernamental. Los resultados han sido positivos porque se ha reducido la pobreza, pero al ser una política pública universal ha beneficiado más a los sectores sociales más ricos y de ingreso alto y medio, en prejuicio del sector en pobreza extrema. Esta situación, contradice el lema: “por el bien de todos, primero los pobres”.  

Con datos de INEGI 2022, el 16% de los hogares ricos reciben una transferencia gubernamental, con Vicente Fox, solo fue el 4 %. El 18 % de los de ingresos altos, contra el 2 % con Carlos Salina. 28 % de los de ingreso medio, en 1994 el 5 %. Los apoyos sociales a la población en pobreza son del 42%, en 1994 fue del 10%. Lo que hay que resaltar es que, en el Gobierno de Peña Nieto, el 75 % de las familias en pobreza extrema recibían apoyos, contra el 67 % de López Obrador. Algo está pasando que requiere ser reorientado. 

La falla de la política pública es la focalización, es decir, establecer de manera clara que quienes tienen la preferencia es la población que más carencias sociales tienen. Con la definición de normas de operación que den prioridad a la población más vulnerable, el impacto social sería mayor, porque incrementaría la capacidad adquisitiva de las familias que más lo necesitan. El rubro que más impacto tiene en la disminución de la pobreza es el ingreso, por encima del gasto en educación y salud.  

Este no es un error en la definición de los objetivos de la política social, sino en el diseño y operación de la política pública. Al ser una política universal, los apoyos llegan a los sectores más informados, quienes son los que tienen la capacidad de tener acceso a los requisitos, tiempos y que se divulgan en las redes sociales para realizar el trámite que se requiere para recibir las transferencias monetarias. Desde este enfoque de política pública, los programas gubernamentales son para los más informados. 

Los sectores sociales más marginados están excluidos de la tecnología, no tiene acceso a ella, ni tampoco el conocimiento para navegar en internet. Los operadores de los programas sociales se limitan a canalizar las demandas de apoyos a las páginas de las dependencias gubernamentales, para que estén al pendiente de los tiempos de registro y de las fechas de entrega de los recursos. Esta situación es la que explica por qué la población que más necesita el apoyo gubernamental no los recibe. Es necesario cambiar esta situación.  

En resumen: la política social del actual gobierno, contrario a su objetivo político, ha beneficiado más a los sectores sociales de altos ingresos, que a la población en pobreza extrema. Esto se debe a que las políticas públicas universales tienen mayor impacto en los sectores sociales más informados, quienes tienen mayor capacidad de acceso a la tecnología. La población vulnerable requiere de un trato directo, cara a cara y, si es posible, en la puerta de su hogar. Próxima colaboración: 18 de octubre de 2023.

@jszslp