Retrocesos Constitucionales
Desde la narrativa oficialista se ha pretendido construir una premisa que es absolutamente falsa y a partir de la cual se quieren sostener los arrebatos autoritarios de los últimos meses.
Es una total mendacidad decir que el “pueblo” al votar por el partido que retuvo el Poder Ejecutivo y sus aliados, autorizó al Constituyente Permanente efectuar reformas a la carta Magna, modificaciones de un gran calado, sí, pero grandes en lo retrógradas e inconsistentes, reformas que, la comunidad jurídica nacional e internacional se ha volcado en advertir lo riesgoso que es para cualquier democracia perder la certeza jurídica, piedra angular de la convivencia social armónica de cualquier nación, que se jacte de ser respetuosa de la división de poderes.
Mucho se ha escrito ya en tratándose de la denominada reforma a los poderes judiciales (federal y locales), y no existe ni un solo buen argumento que se asome a justificar medianamente como, en 2025 Usted y yo elegiremos a Jueces cuyas candidaturas tengan requisitos absurdos como el promedio mínimo de 8 y cartas de recomendación de vecinos, por lo que las risas provocadas en Harvard más que causar molestia bajo el amparo de un falaz patriotismo, debería ser motivo de alarma, que se suma a los llamados realizados por Académicos, Universidades e Instituciones Jurídicas de gran prestigio, que alertan en lo que puede convertirse la impartición de justicia en este país de continuar hasta el final con ese sin sentido.
Fuimos testigos del grotesco espectáculo vivido en el Senado hace un par de semanas, que definió el futuro de mujeres y hombres juzgadores cuyas carreras profesionales labradas por décadas de estudio y experiencia, fueron truncadas por una vulgar tómbola, que convirtió ya, en un circo una actividad fundamental como lo es la impartición de justicia en este país.
No conformes con ello, los legisladores oficialistas, impulsaron una reforma constitucional más, una que según ellos evitará cualquier intento de impugnar y en su caso revisar reformas constitucionales, mediante los mecanismos de control que preve la propia Carta de Querétaro y que son la Acción de Inconstitucionalidad y la Controversia Constitucional, mecanismos que asume nuestro máximo Tribunal que es, la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para que se comprenda de un modo sencillo, pero integral, la gravedad de lo que representan estas dos reformas en su conjunto, le expongo brevemente lo que sucede: en toda Constitución hay un coto vedado que debe permancer intocado, para evitar con ello que un Estado Democrático deje de serlo, señalaré tres: 1. Reconocimiento, observancia y garantía de los Derechos Humanos, 2. Auténtica División de Poderes. 3. Elecciones libres y periódicas. Cuando se atenta contra ese coto, entonces el encargado de tutelar su defensa es la Suprema Corte actuando como Tribunal Constitucional, pero mire Usted, en el nuevo modelo propuesto por el oficialismo, las y los integrantes de esa Suprema Corte serán electos por voto popular y, suponiendo que por un milagro efectivamente llegaran al máximo Tribunal los mejores constitucionalistas de este país, gracias a la segunda de la reforma propuesta por el oficialismo, estas Ministras y Ministros electos, no podrían hacer absolutamente nada en contra de futuras y ocurrentes reformas constitucionales, que pretendieran por ejemplo, restaurar la pena de muerte, permitir la tortura como metodo de investigación y porque no hasta permitir la reelección no inmediata de Presidente de la República o cualquier otra locura que Usted se pueda imaginar, total, como depositarios del mandato del “pueblo” pueden hacer lo que quieran; de mi parte como ciudadano mexicano, como abogado y como parte del pueblo, resistiré a esa falsa narrativa populista y me niego a creer que ese sea el país que heredemos a nuestros hijos, yo estoy convencido de ello y, ¿Usted amable lector?
Al margen. Toda mi solidaridad con las jueces y los jueces federales cuyos derechos humanos les fueron vulnerados en esa vulgar tómbola senatorial. Muy lamentable el fallecimiento del mejor abogado penalista que ha conocido este país, el gran Juan Velasquez, Arquetipo del Defensor. Descanse en Paz.
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