Simulación o realidad
"¿Qué pasaría si, pese a nuestra
apariencia y simulación, fuera necesario presentarse en público con la persona
a la que hemos amado más? "
«Contacto» (1985), Carl Sagan
“Representar algo, fingiendo o imitando lo que no es”. Este es el significado de simular, según la Real Academia Española
En el entorno socio-político de México suele decirse que la simulación está vinculada a la cultura política, entendida como “un conjunto de significados y un sistema de valores socializados que constituyen a la colectividad en su correspondencia con la implicación de lo político”.
Cuando hablamos de cultura política es común que “nos estemos refiriendo a la cultura política democrática con valores sobre ciudadanía, participación, representación, legalidad, legitimidad etc”.
Parto de las siguientes reflexiones relacionadas con la simulación, altamente arraigada en nuestra cultura y sociedad, para que Usted decida si estamos actuando de manera razonable, o llegó el momento de hacer algo más, para dar ese salto que tanto anhelamos y llegar a ser lo que tanto aspiramos en lo individual, y como sociedad:
l ¿Cambio de paradigma, o seguir haciendo lo mismo cuando es evidente que ya no funciona?
l ¿Generación perdida, o nueva generación con ideas revolucionarias?
l ¿Seguir con lo mismo, o revolución cultural y del pensamiento?
l ¿Ejercicio tradicional de la política, o una nueva manera de relacionarse e interactuar con el ciudadano?
l ¿Seguir desprestigiando las instituciones públicas, o promover su refundación para que presten los bienes y servicios que demandamos los ciudadanos?
l ¿Continuar tolerando el maltrato y desprestigio de la administración pública, de quienes estamos interesados y/o laboramos en ella, o defenderla promoviendo su dignificación y profesionalización?
l ¿Simular que vivimos en un Estado de Derecho, o presionar al Estado para que cumpla la Ley, y haga cumplir la Ley?
l ¿Mirar a otro lado, haciéndonos creer a nosotros mismos que vivimos en un país que nos da todo, o realizar lo necesario para aspirar a un mejor país?
l ¿Seguir distrayéndonos con los “espejitos” que nos da el gobierno en turno, o fijarnos en lo realmente debería importarnos como ciudadanos?
l ¿Extender la polarización del discurso creyendo que “es lo normal”, o escuchar al otro, escuchar sus propuestas y accionar?
l ¿Poner apodos, cambiar el nombre de los sujetos, adjetivos o cosas para tratar de restar importancia a determinado tema, o llamar las cosas por su nombre?
Así podríamos estar durante horas, días, semanas, meses o años (de hecho, así hemos estado), formulando preguntas, muchas de ellas sin respuesta si, nos limitamos a simular que hacemos algo, pero en realidad miramos “a otro lado”, dejamos hacer, pasar, mientras todo en nuestro entorno se deteriora.
Estimado lector, ¿Qué estaría dispuesto a hacer para tener una mejor comunidad, ciudad, municipio, estado, país?
Lo dejo con esta reflexión de cara al ya adelantado inicio del proceso electoral 2024.
jmanuelrm@msn.com