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Trampa y abdicación

Por Jesús Silva Herzog Márquez

Junio 19, 2023 03:00 a.m.

A

El Instituto Nacional Electoral se presta a la simulación. Si los precandidatos no dicen que son precandidatos, si Morena no le llama campaña a su campaña, el árbitro está dispuesto a cerrar los ojos. Todos sabemos que lo que ha empezado en el campo del oficialismo es la carrera por la candidatura presidencial. Tan importante es lo que se juega en las próximas semanas que los aspirantes han estado dispuestos a dejar las responsabilidades más importantes del país para lanzarse de lleno a su promoción. Cuando dicen que están tratando de influir en la encuesta para determinar quién habrá de coordinar los CDTs todos sabemos lo que oculta la etiqueta castrista.

Morena viola la ley y, como la oposición va en su remolque, se apresta a violarla también. Esa parece la invitación que ha hecho recientemente el INE a todos los partidos: desobedezcan la ley electoral, pero cuídense de cambiarle el nombre a las cosas. El árbitro convoca a todos los jugadores a burlarse del reglamento. Tomen la pelota con la mano, rematen a gol con el puño, pero acuérdense de llamarle pierna al pie. Si ustedes le dicen al árbitro que, para ustedes, la palma de la mano es su empeine, no habrá problema.  Usen el codo, pero llamen a los remates con el codo, rodillazos. Si se les antoja hacer contacto con el antebrazo, no se preocupen. Y desde luego, estén ustedes tranquilos con la filmación del partido. Que el manotazo sea visto por todos es irrelevante. No hay problema si el gol fue anotado como remate de voleibolista y se trasmite en cadena nacional y en cámara lenta. Lo que cuenta es que el goleador describa su tiro como un cabezazo. Es el rematador a quien corresponde calificar la falta como acatamiento puntual de las reglas.

Al INE le da igual lo que hagan los competidores. Lo que le preocupa es regular muy estrictamente cómo es que los jugadores describen su conducta. Con un severo instructivo de palabras el INE pretende proyectar su determinación. No vayan a pedir explícitamente el voto; no se describan a sí mismos como precandidatos; no vayan a describir sus ideas como un programa de gobierno. Entendemos que hablarán de sus ideas y de sus propuestas, pero no se les vaya a ocurrir llamarlo “proyecto político”. La república de la simulación ha encontrado un manifiesto ejemplar en la resolución reciente de la Comisión de Quejas del INE. Ante la violación flagrante de la ley electoral, el árbitro respalda la trampa, tragándose la absurda justificación de Morena. Los únicos que dicen no ver el inicio de la campaña en el oficialismo para designar a su candidato presidencial son los árbitros. 

En todo el país vemos a Marcelo Ebrard, a Claudia Sheinbaum y a Adán Augusto López promoviéndose. Por todos lados encontramos sus espectaculares y las bardas pintadas con sus lemas insulsos. Los escuchamos dar entrevistas hablando de su vida y de su experiencia. Los vemos tratando de hacerse chistosos y esforzándose por parecer naturales. Los escuchamos plantear ideas para renovar el lopezobradorismo. El INE nos invita a tragarnos la mentira de que esa campaña no es una campaña; que en ese proceso no se decide la candidatura presidencial, que no se está tratando de influir en la encuesta de la que saldrá el nombre del representante morenista.

Puede considerarse absurda la pretensión de imponerle calendario a la ambición. Podría pensarse que quien empieza demasiado temprano, también corre un riesgo. El madrugador podría cansarse antes de tiempo, podría quemar sus recursos. Habrá quien piense que esa pretensión de equidad es ilusa y que es contraproducente la hipocresía que alienta nuestra normativa. Pero es la ley. Su intención es que los partidos empiecen la carrera en el mismo momento. Que no haya ningún adelantado que comience antes de los demás y adquiera de esa manera una ventaja irremontable. Tal vez sea oportunidad de revisar la regla, pero, por lo pronto, es la regla a la que han de ajustarse los partidos y sus políticos. Es cierto que la farsa no es de hoy. En los procesos recientes el árbitro permitió que se usara la mentira que hoy se reedita. Se ha vuelto normal que los partidos violen la ley con algún ardid y que el árbitro consienta la burla. 

Mal empieza el proceso del 24. Con una trampa y una abdicación. 

ATICO

Los únicos que dicen no ver el inicio de la campaña en el oficialismo para designar a su candidato presidencial son los árbitros. Mal empezamos.