En México el consumo de refrescos es muy alto, es el país que más lo consume en todo el mundo; sus efectos en la salud son altamente negativos, ya que incrementa de manera considerable el riesgo de las enfermedades crónicas; México es el país que sufre la mayor mortalidad en adultos jóvenes con enfermedades como diabetes, hipertensión y/u obesidad, por lo que con la pandemia del coronavirus este tema de salud ha vuelto a la agenda pública; es un problema que esta vinculado con el modelo de alimentación.
Reflexionar sobre los efectos del consumo de refresco en la salud es pertinente, ya que en México 83% de niños entre 0-4 años toman bebidas azucaradas de manera cotidiana; 70% de los azúcares que consumen los mexicanos provienen de las bebidas azucaradas; 75% de la población adulta sufre sobrepeso u obesidad; más de 250 mil mexicanos mueren cada año a causa de las enfermedades cardiovasculares; hay evidencia científica que demuestran la relación causal entre consumo de bebidas azucaradas y el aumento de enfermedades cardiovasculares.
Investigaciones epidemiológicas han llegado a la conclusión de que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares se incrementa por el consumo de azúcares como el jarabe de maíz de alta fructosa y/o sucarosa; su absorción no está regulada en el hígado por lo que le causan una sobrecarga, lo cual promueve la conversión de fructosa en grasa, aumentando sus niveles en sangre, lo cual es un de riesgo para la salud; por ello es importante preguntarse: ¿las bebidas azucaradas son veneno embotellado?
Otros académicos, mediante investigaciones de tipo experimental en países de alto consumo de refrescos como en México, han demostrado que la ingesta de bebidas azucaradas promueve el incremento de peso y esto se asocia con un elevado riesgo de desarrollar diabetes tipo 2; se llego a esta conclusión después de haber analizado información de más de 70 mil mujeres mexicanas, en ellas se encontró que por cada porción adicional de bebidas azucaradas consumido aumento en 27% la incidencia en diabetes.
La evidencia científica muestra que el consumo de bebidas azucaradas incrementa las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte y enfermedad en México; el Instituto Nacional de Salud Pública ha estimado que más de 40 mil muertes al año se asocian al consumo de refrescos, lo que representa el 7% de las muertes que tenemos en el país cada año y el 19% de las muertes por diabetes y enfermedades del corazón; por ello es necesario diseñar e implementar políticas públicas para reducir su consumo.
La tarea no es fácil para las autoridades de salud, el consumo de refresco forma parte de la cultura de alimentación en diversos sectores de la sociedad mexicana, se consume en convivios familiares y entre amigos, en fiestas religiosas, de trabajo, escolares y en rituales y hasta es evidencia de status social dentro de las comunidades, pero también es la fuente de hidratación en lugares donde la cobertura de agua potable no existe, es insuficiente o irregular la calidad del servicio.
Combatir el consumo de refrescos en México también se enfrentará a efectos e intereses económicos negativos; de los más de 3.82 millones de empleados en la industria manufacturera del país, aproximadamente uno de cada 34 es generado por la industria refresquera; la inversión en activos fijos entre 2012 - 2018 fue de 79,842 millones de pesos; los gastos en publicidad también ascienden a millones de dólares al año, al igual que en el financiamiento de espectáculos y eventos deportivos.
En días recientes la industria de bebidas azucaradas a través de la Asociación Nacional de Productores de Refresco y Aguas Carbonatadas han negado el efecto negativo de las bebidas azucaradas en la salud de los mexicanos; sin embargo, sus argumentos son motivados por intereses económicos y comerciales, carecen de evidencia científica; se declaran perseguidos por motivos políticos, pero no es así, los científicos mexicanos han documentado sus efectos negativos de consumo en la salud.
En síntesis: la relación causal entre consumo de bebidas azucaradas e incremento de enfermedades cardiovasculares se han observado consistentemente en diferentes poblaciones de alrededor del mundo y en México, donde los niveles de consumo de refrescos son altos; estamos en una situación critica de salud pública, por lo que se requiere promover un cambio en el estilo de vida de las personas, la tarea no es simple, ya que forma parte de la cultura de alimentación de diversos sectores sociales. Próxima colaboración: 07 de octubre de 2020.
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