Santiago
“No pasó por mi mente que ese tipo fuera tan salvaje y feroz”: Santiago; joven de quince años que fue salvajemente golpeado por una bestia, un energúmeno, en un Subway de San Luis Potosí. Este sujeto abuso de su fuerza contra un menor de edad; quien además tiene un historial de uso de la violencia que ha quedado en la total impunidad. Sin redes sociales, este repugnante hecho sería uno más de muchos que no han sido castigados. La sociedad está irritada y harta de tanta violencia, discriminación e impunidad.
“Yo ya lo conocía, la primera vez que lo conocí me pidió que le bajara a la música de una forma agresiva, grosera, insultándome”: Santiago. La violencia no solo es física, sino también verbal; es la más común entre quienes creen tener más dinero, poder político, conocimiento contra los que no lo tienen. Estos son actos de discriminación tan comunes en nuestra sociedad actual; los cuales no son sancionados; tiene que presentarse agresión física para poner atención en estos hechos. Nuestra sociedad vive una gran descomposición.
La violencia desproporcionada, verbal y física, sobre un jovencito es reprobable e inadmisible. Es un acto que visibiliza lo que sucede en todo el país, en el hogar, en la colonia, el trabajo, los centros de estudio y sobre todo en redes sociales. Es una práctica muy común, causada por el nivel de estudios, el color de la piel, la forma de vestir, las preferencias sexuales, creencias religiosas y simpatía política. Todo es motivo para ejercer violencia, discriminación, exclusión; es una situación que se ha normalizado.
Vivimos un ambiente social crispado, producto de la frustración personal. Estos no son actos asilados, sino producto de un entorno familiar desintegrado, frustraciones aspiracionales, un inhumano trato laboral, un modelo educativo que impulsa la frustración, medios de comunicación que veneran la violencia. El enojo y la frustración se expresa todos los días, principalmente en redes sociales; en donde se burlan de los defectos del otro, minimizando sus logros, y utilizando palabras altisonantes.
La violencia verbal y física contra Santiago, y de muchos potosinos y mexicanos, no debe quedar en la impunidad. Este es el gran pendiente de Estado mexicano. La justicia solo es para quien tiene dinero y palancas para pagarla, es de unos cuantos que funcionan como una mafia que vive en una situación privilegiada. No se ve una salida cercana a este problema; la solución no está en manos del Estado, sino de la sociedad; es la sanción social para quienes rompen con la armonía. La detención de la bestia pronto quedará en el olvido y el problema permanecerá.
En resumen: Delito que no se castiga se repite de manera continua, por lo que habrá más violencia, discriminación y desigualdad. Las mafias de la justicia están más fuertes y cohesionadas que nunca, la sociedad es débil ante su poderío acumulado. La salida es la sanción social. Hay que tomar en cuenta que la acumulación de agravios y el hartazgo social generan enojo que se expresa en descontento social. Nuestra solidaridad para Santiago, que el castigo de la sociedad sea ejemplar a su agresor. Próxima colaboración: 23 de agosto de 2023.
@jszslp