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Violencia

Por José Santos Zavala / PULSO

Agosto 25, 2021 03:00 a.m.

La violencia contra las mujeres es una violación muy grave de los derechos humanos. Sus efectos son inmediatos y en el largo plazo, sus consecuencias son físicas, sexuales, psicológicas, y lo más grave, que en muchas ocasiones terminan en muerte. Afecta en la calidad de vida de las mujeres y su familia e impide su inclusión social. Es una situación social que durante muchos años fue aceptado por la sociedad, por fortuna el contexto ha cambiado y hoy en día se puede definir como un problema público.

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, más de 13.4 millones de mexicanas han padecido en algún momento de su vida algún tipo de violencia, esto significa que el 29% del total de mujeres de 15 años o más viven en un entorno de violencia; sin embargo, pese a los números, aún existe mucha invisibilidad social, por lo que las mujeres tienen poca conciencia identificarse y saberse víctimas de violencia, lo que repercute a que el nivel de denuncia y la realización de acciones por salir de dichas relaciones de poder son prácticamente nulas.

Durante la pandemia de Covid – 19, los datos revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia; una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, en su mayoría, por parte de su pareja; se han incrementado las llamadas a las líneas de atención de casos de violencia en el hogar. El acoso sexual y otras formas de violencia también se ha incrementado en la vía pública, en los espacios públicos y en internet. Las víctimas no disponen de la información necesaria y desconocen los medios a los que pueden acudir para recibir servicios de apoyo.

Con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en San Luis Potosí la violencia familiar es el delito que más denuncias acumula, 5 mil 863 en un año, 474 por violación. Las llamadas al 911 por violencia contra las mujeres fueron 2 mil 564; 128 por abuso sexual, 113 por hostigamiento sexual. Estos datos relevan la magnitud del problema, por lo que hay que definirlo como público, que requiere de la intervención inmediata de la autoridad gubernamental, implementado políticas públicas con resultados inmediatos.

En 2019 el municipio de San Luis Potosí creo “Puerta Violeta”, que ofrece atención gratuita las 24 horas de los 365 días del año, con servicios como asesoría jurídica, atención psicológica, médica y refugio. En su mayoría, los casos atendidos corresponden a violencia física; pero también han atendido casos de violencia psicológica y/o verbal, sexual, patrimonial y económica. En el municipio, “Puerta Violeta” no es el único espacio disponible para las mujeres víctimas de violencia, sino también existen la Unidad de Atención de Violencia Familiar y la Procuraduría Municipal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.

La vivencia de las mujeres en situación de violencia puede expresarse en palabras de ellas mismas como “desvalida”, “abandonada”, “humillada”, “despreciada”, “desesperada”, “desmotivada”. En estas palabras se reflejan y sintetizan los sentimientos y condiciones de vida de quienes han sufrido violencia por parte de su pareja o familiar, cuya situación social debe ser transformada mediante soluciones de política pública que transformen su entorno, que modifiquen su comportamiento para no volver a vivir situaciones de violencia en cualquiera de sus manifestaciones.

Las mujeres víctimas de violencia después haber recibido apoyo jurídico, atención médica y psicológica por parte de “Puerta Violeta” expresan un estado emocional distinto, producto de haber tomado decisiones personales que transformaron su vida; quienes expresan: “fui escuchada”, “me siento protegida”, “cobijada”, “en paz y tranquilidad”, “animada para luchar por un mejor futuro”. Sin duda que estas expresiones reflejan un cambio social en las mujeres que han sido beneficiadas por una política pública municipal.

El problema público de violencia contra las mujeres es altamente complejo, producto de que está determinado por múltiples causas y que la sociedad la ha aceptado como algo normal, por ello iniciativas como Puerta Violeta son bienvenidas, pero requiere de instrumentos más eficaces de comunicación para llegar a las víctimas que no saben de su existencia y superar las acusaciones de “tolerante y permisivo frente a la violencia que las mujeres viven en el espacio laboral municipal”, con el argumento de “conflicto de intereses” por tratarse de involucrados del propio gobierno local. Las políticas públicas deben ser imparciales.

En síntesis: la violencia contra las mujeres es un problema público complejo y en crecimiento acelerado, que tiene efectos muy graves en su vida presente y futura, por lo que se requieren políticas públicas eficaces, transparentes e imparciales, que modifiquen el entorno en que viven las víctimas, la percepción que tiene la sociedad de ella y la corrupción del sistema de justicia. Puerta Violeta está en proceso de construcción, son muchos sus logros, pero también debe aprender de sus pendientes. Próxima colaboración: 08 de septiembre de 2021.

Twitter: @jszslp