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Se ha incrementado la atención de usuarios con adicción al “cristal”, ahora detrás de la marihuana como las drogas ilegales más consumidas, valoró José Ramón Arellano Cano, director del
Instituto Temazcallí.
El especialista enfatizó que al consumir una droga en específico se “abre la puerta” a otras, es decir, una persona consumidora de cristal no solo ingiere la misma, sino también otras sustancias a la vez.
Explicó que el citado estimulante provoca dos efectos importantes en el organismo humano: euforiza, es decir, la persona se siente extraordinariamente contenta, desinhibida y no mide consecuencias de sus actos.
Asimismo, describió que ocasiona cuadros donde el paciente sale de la realidad, llamada psicosis, es decir, presenta alucinaciones visuales, ve cosas que nadie observa, escucha voces “eso junto con pensamientos de sentirse perseguido, vigilado (…) todo eso en conjunto, pues hace a un paciente agresivo”.
“El cristal ha desplazado ya a la cocaína en cuestión de consumo, es decir, las principales drogas legales son el alcohol y el tabaco”, informó.
