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El mantenimiento de calles viejas en el Centro Histórico se encuentra olvidado. Hace dos sexenios estatales, los gobiernos en turno reconstruyeron la calle Díaz de León, en su tramo comprendido entre Guerrero y Venustiano Carranza.
Sin embargo, ya se aprecian daños causados por automóviles a las banquetas que presentan “mordeduras” causadas por las llantas de los automóviles.
En la acera opuesta al edificio de la Secretaría de Finanzas, además de banquetas muy destruidas también van perdiendo su lugar las cabezas de los postes que rematan con luminarias.
Los propios comerciantes de la zona explican que en la parte posterior del edificio de la Sociedad Potosina La Lonja, las condiciones del clima han provocado el derribo de algunas cabezas con luminarias y que las calles se queden oscuras, hasta que alguna autoridad muestra intención de repararlas nuevamente.
Justo detrás de La Lonja, se encuentra a punto de caer una luminaria ya inclinada. El peso del metal amenaza con caer sobre una persona o algún vehículo.
Setenta metros al poniente de la calle Díaz de León, pero en la Calle Francisco I Madero, camiones pesados que entran y salen de un estacionamiento en proceso de construcción, izaron las láminas de protección en un pozo de visita creado en la reconstrucción de esa calle para colocar un transformador subterráneo.
