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Hechicería colonial en Tlaxcalilla

Por Alejandro Ramírez

Junio 13, 2021 03:00 a.m.

Irreverente con la rigidez de las estrictas taxonomías, Alexandro Roque señala que su nueva novela —ganadora del Premio 20 Noviembre en narrativa—, tiene como origen un hecho histórico real pero a partir del cual construyó los personajes, situaciones y ambientes que la conforman.

En charla con PULSO el autor señala: es una novela que pudieras decir histórica. Joaquín Antonio Peñalosa encontró el acta de un juicio en contra de una anciana del grupo guachichil que llamó a los indios a sublevarse en los pueblos de Tlaxcalilla y Santiago. 

“Un domingo entró al templo, rompió las imágenes y les dijo a los indígenas que tenían que sublevarse y tenían que ir a matar españoles a la ciudad de San Luis Potosí. Logró que los indios se salieran de misa”... y nada más.

Detalla que la autoridad de la ciudad, David Ortiz de Fuenmayor, se enteró del llamado a la rebelión y mandó arrestar a la bruja y le hizo un juicio sumario que duró unas cuantas horas. Al amanecer la ejecutó en el camino de San Luis a Tlaxcala para darle un escarmiento a los indios.

“Ese es el documento real, histórico con el que se cuenta. Nunca se menciona el nombre de la bruja acusada. Sólo se le menciona como la ‘dicha india’.

A mí me llamó la atención y desde que supe del caso me provocó mucho imaginar la situación”.

Roque intuye que la acusada debía tener cierta ascendencia y afinidad entre las poblaciones. Algo le temían, algo le sabían porque los indios le hacían caso y hasta la obedecían, señala. 

Normalmente con unos azotes los españoles habrían podido calmar la cosa, pero la autoridad española detectó un riesgo mayor porque la mujer incluso logró convocar a indios de Santa María.

A la bruja sin nombre se le inició un juicio a pesar de que la acusación en su contra era muy endeble. “La acusación es por matar a un indio y se basa en dichos de terceros. No hay una causa en realidad, la matan por el miedo que le tienen”. 

Los hechos sucedieron en 1599, apenas siete años después de la fundación de San Luis Potosí. “Me pregunté qué edad tendría siete años antes, durante la fundación, qué relación tendría con otros habitantes de ahí de Tlaxcalilla, qué edad tendría cuando llegaron los españoles a México y a esta parte del territorio”.

Un mundo diferente

Explica el autor que el territorio de lo que ahora es San Luis Potosí, se ubicaba muy al norte de lo que fue el poderoso Imperio Azteca. Los habitantes del centro de México decían que los chichimecas en general y los guachichiles en particular eran bárbaros, gente sin cultura, una horda de salvajes a los cuales los invasores tardaron décadas en pacificar. 

“Hay que recordar que el pacificador de esta zona era mitad indígena, el capitán Caldera. Traté de imaginar cómo se fue adaptando esta mujer a esta nueva realidad de la llegada de los españoles, cómo fue creando su imagen”.

Aventura el autor que su personaje principal era una niña cuando llegaron los españoles y que en esa época debía haber más comercio, más interacción de la que nos presentan los libros de historia. 

“En el centro la pacificación se llevó a cabo en tres o cinco años, pero por acá se tardaron cincuenta. Tardaron mucho porque los guachichiles no se dejaron y tenían otra forma de guerrear no con contingentes, sino como guerra de guerrillas, lanzando la flecha a distancia y el terror que podían causar utilizando ciertas caracterizaciones”. señaló.

Señala el autor que hay ciertamente muchas historias mal fundadas, enfocadas desde el centrismo, el europeísmo. “Los llamarían salvajes, pero era por su forma de habitar el desierto, sin tantos recursos. Se dice que eran nómadas, pero más bien era semi-nómadas”. 

“Muy literariamente, muy libremente pensé en esta mujer moviéndose en toda el área teniendo ciertas situaciones con Caldera y con otros protagonistas de la pacificación”. 

Y en efecto, a lo largo del relato desfilan habitantes originarios del entonces pueblo minero, como el Capitán Mayor Gabriel Ortiz de Fuenmayor, el franciscano Fray Diego de la Magdalena, el primer poeta potosino (y primer feminicida identificado) Juan de Gabiria, así como jefes de los pueblos de indios como Pedro Torres.

“Es novela histórica, pero no tanto porque yo agarré el acta del juicio, la relatoría y otros datos y de ahí me fui libremente sobre cómo un personaje femenino real cobra importancia en una sociedad que apenas se estaba construyendo”. 

Señala que la tipología o clasificación literaria le parece muy artificial. “Ya reprobaba algún escritor el querer aprender historia a través de una novela ya que no es para eso. Esto es un juego y si alguien quiere puede ir a escudriñar los archivos históricos. Lo libros (de historia) están hechos para ese fin”.

Promoción contra pandemia y veda 

electoral

Alexandro Roque señala que su libro debió publicarse en noviembre del año pasado, pero recién en mayo le entregaron los primeros ejemplares por lo que las presentaciones van a comenzar en junio o julio.

A pesar de todo y gracias a la promoción a través de las redes sociales ya tiene 20 pedidos del libro.

Luego se atravesó la veda electoral, pero no lo molesta ya que dice que si tardó entre 10 y 15 años para concluir la novela, lapso durante el cual hizo unas 20 versiones, tener que esperar unos cuantos días más es lo de menos.

Roque agradece a Tomás Calvillo quien leyó la novela y le dio otra corregida. “Me ayudó mucho el Profesor Adame con los términos, me dijo cuáles no eran adecuados o cuales situaciones resultaba inverosímiles. El prólogo lo redactó también Tomás Calvillo”.

La edición de la obra consta de 500 ejemplares, pero debido a algunos defectos de impresión y encuadernación el autor ya ha regresado algunos.

Para finalizar Alexandro Roque invita a un nuevo curso que impartirá en el Centro Estatal de las Artes, sobre Verosimilitud e incertidumbre en la construcción de personajes, el cual se realizará del 20 de julio al 24 de agosto de 2021, todos los martes de 17 a 20 horas y el cual tendrá una duración total de 18 horas.