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Laje, por una derecha que no le dé pena serlo

Por Alejandro Ramírez

Septiembre 06, 2022 03:00 a.m.

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El coautor de “El libro negro de la nueva izquierda” y autor de “La batalla cultural”, el argentino Agustín Laje, estuvo en nuestra entidad para encontrarse y dialogar con todo aquel que tuviera interés en conocer su propuesta para la construcción de una nueva derecha.

Defensor de la vida desde su concepción, férreo opositor a la llamada ideología de género, considera que el gran logro del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador es no tener oposición alguna.

Optimista, señala que los nuevos gobiernos de izquierda en América Latina han decepcionado a sus gobernados tan pronto entran en funciones.

Pulso dialogó con el autor y esto nos dijo.

- Pulso: Estamos viendo un viraje a la izquierda a nivel continental, Colombia, Chile y probablemente en Brasil regrese Lula, ¿a qué puede obedecer este regreso a la izquierda?

- Laje: Bueno son varios factores. El más importante que yo concibo es el fracaso del centrismo y de lo que habitualmente se conoce como centro derecha. Por ejemplo, si tomamos Perú como referente, los que fracasaron fueron una sucesión de gobiernos de centro. Si tomamos a Chile como referencia, tenemos que lo que fracasó fue el centro-derechismo de Sebastián Piñera, si tomamos a Argentina, fracasó el centro derechismo de Macri. Son opciones tecnocráticas que conciben al Estado como si fuera una empresa, opciones anti políticas o mejor dicho apolíticas que se rodean de expertos y de técnicos. Es cierto que tratan de poner bien las cuentas del Estado, muchas veces lo logran, muchas veces lo hacen bien, pero descuidan todo un campo cultural en el cual no se meten.

Por ejemplo, ¿quién ha fijado el relato político en Chile?, la izquierda; ¿quién ha fijado el relato político en Argentina?, el kirchnerismo. ¿Quiénes han fijado el relato político en este país? Morena.

Entonces lo que yo creo es que ha habido dos formas de concebir la política en América Latina. Una ha sido la opción tecnocrática y otra ha sido la opción estrictamente política y ha ganado la política por sobre la técnica.

Así mismo los electores se han entusiasmado con la idea de un cambio. Con la idea de darle la oportunidad a alguien que todavía no ha tenido la posibilidad de poner en práctica sus políticas.

Por eso llega un tipo como Pedro Castillo al Perú, una persona que era un desconocido prácticamente para todos, vinculado inclusive al maoísmo y gana las elecciones en segunda vuelta. O, por ejemplo, llega un tipo como Gabriel Boric, el presidente más joven de la historia chilena, un tipo que tiene prácticamente mi edad. Y bueno la segunda vuelta se elige por él, incluso podemos pensar el caso mexicano, López Obrador intentando, fracasando, intentando, fracasando hasta que se le da.

Es un voto de confianza que se apuesta bajo el rótulo del cambio.

El cambio contra la continuidad, la gente está un poco cansada de la continuidad y ha optado por el cambio y han optado por el cambio hacia la izquierda, no obstante lo cual, en muchos casos el arrepentimiento ha sido casi automático. 

La aprobación de Castillo en Perú ha venido cayendo sin parar desde el primer día de gobierno. Está por debajo del 30% y en Chile pasó lo mismo, tanto así que este domingo se le dijo no a la nueva constitución con 62% de los votos, en el caso argentino la aprobación del actual gobierno está alrededor del 30% con lo cual el desencanto es generalizado.

- Pulso: En este sentido llamaría la atención México, ¿no? López Obrador tiene arriba del 50% de aceptación y hay incluso algunos encuestadores que le dan el 62% a pesar de los malos resultados que ha tenido este gobierno.

- Laje: Sí y a pesar de los malos resultados se explica eso porque hay ausencia de una oposición real en México. ¿Quién es la oposición en México? ¿Es el PAN que se terminó aliando con su enemigo histórico; con el PRD? ¿Es el PRI desacreditado después de tantos años en el poder en el siglo XX y que quedó hundido frente a la opinión pública? ¿Cuáles son los líderes políticos que se oponen a López Obrador? Yo creo que el éxito de López Obrador en México es no tener ningún adversario real.

- Pulso: Además de que ha cooptado a políticos de otras fuerzas, expriistas ahora son morenistas.

- Laje: ¡Claro! Porque ya ven que es la forma más concreta de mantenerse en el poder.

Además López Obrador hizo hace poco una maniobra interesante que fue la de solicitar la aprobación o rechazo de su gobierno. Hizo todo este amague, de si no me quieren yo me voy, claro porque México tiene un sistema muy largo de gobierno. Son seis años. En la región en general no hay seis años de gobierno, son cuatro y esos te bastan para más o menos llevar adelante un proyecto gubernamental donde no te desgastes tanto. Él, sabiendo que seis años es mucho y el desgaste es inevitable a los tres años mete el corte y llama a esta parodia de elección popular.

Así que yo creo que ha hecho movidas muy inteligentes para poder mantener su popularidad.

- Pulso: Hay como una tendencia a establecer un solo discurso, una sola verdad. ¿Usted lo percibe así?

- Laje: Sin duda. Tanto así que todo lo que empieza a ir a contrapelo de ese único relato se le comienza a calificar como discurso de odio. Si uno tiene el más mínimo sentido común y asume, por ejemplo, que un hombre es un hombre y que una mujer es una mujer y que el Estado no tiene ninguna facultad legítima para obligarme a mí a percibir algo distinto a eso, uno se convierte en una persona con un discurso de odio y los discursos de odio deben de ser combatidos, ¿por quién? Por aquellos que definen qué es un discurso de odio. Aquellos que están en el Estado.

Hay una persecución contra las personas que disienten, pero esa persecución, ahí donde el siglo pasado los totalitarismos lo hacían en nombre de un proyecto político concreto, ahí donde los totalitarismos lo hacían en el nombre de la revolución obrera, en el nombre de la raza, en el nombre de la acción, hoy lo hacen en el nombre del amor.

Por eso es que hoy vende, por eso es que hoy no atinamos a conectarlo con experiencias pasadas. Lo que hoy estamos viviendo se llama censura para imponer el acto único. Esta es una estrategia de poder que se disfraza de distintas formas. Hoy se disfrazó del multicolor.

- Pulso: Cuáles son las propuestas que usted presenta en La Batalla Cultural.

- Laje: Yo soy un escritor que se caracteriza por sus ideas políticas. No pretendo escribir por fuera de la lucha política, ni jugar a ser neutro. Yo no estoy fuera de las disputas ideológicas, no, yo tengo una postura política. Me considero una persona de derechas y advierto desde hace mucho tiempo que la derecha da vergüenza, que se fue corriendo hacia el centro, que la derecha, lo que llamamos hoy centro derecha, es difícilmente distinguible hoy de la izquierda, es prácticamente lo mismo. 

Miremos el caso chileno que es muy fresco. La centro-derecha después de que 62% del pueblo chileno dijo no al nuevo texto de la constitución, en lugar de decir hay que llamar a una consulta para saber si realmente quieren una constitución o no, ¿qué dice? No, ahora tenemos que elaborar otro texto constitucional, tardarnos un año más para que toda la maquinaria del Estado, monetariamente hablando, tenga que soportar este proceso, aunque la gente quizá se ha arrepentido y ya no lo quiere. Tendremos que volverlo a hacer, redactar una nueva constitución para dentro de un año volver a hacer un nuevo plebiscito como el que acabamos de ver hace muy pocas horas.

La centro-izquierda dice lo mismo, y la izquierda dice lo mismo. Marchan por el mismo discurso.

La propuesta de este libro es armar una nueva derecha, que ya existe. No soy creador de nada, ya hay presentaciones que van por esta línea. Por ejemplo, Vox en España que va por esta línea, es una derecha que no tiene vergüenza de serlo. José Antonio Kast en Chile, Javier Milei en Argentina, son algunos ejemplos de personas que tienen discursos de derecha y que empiezan a generar un doble efecto: por un lado, le presentan a la sociedad ideas que son nuevas porque no estaban sobre la agenda política, no estaban en discusión.

- Pulso: Y que van contra lo políticamente correcto…

- Laje: Atentan contra lo políticamente correcto y el discurso social se enriquece porque ya no es un único discurso y aparece un discurso distinto. Te puede gustar o no te puede gustar, pero ya es un asunto de cada quien.

Ahora desde el punto de vista político ejerce otro tipo de efecto. Y es que el centro-derecha que se había corrido hacia el centro-izquierda y que cada vez se iba pareciendo a ella, tiene que virar hacia la centro-derecha porque si no empieza a drenar votos de derecha, de gente desencantada porque ya no puede distinguir del centro-izquierda del centro-derecha y se va por la derecha con un partido como por ejemplo Vox en España.

La derecha de verdad, cumple un papel muy importante para la política democrática. Pluraliza el discurso y estabiliza a los actores políticos en sus posiciones tradicionales.