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Pbro. Lic. Salvador González Vásquez
No esperes a que te llegue la felicidad. Porque ésta, no va a llegar hasta donde tú te encuentras. La felicidad vendrá, hasta que tú te decidas a buscarla.
Es ingenuo pensar, que la felicidad va a llegar a donde estamos. Porque la única dicha, que es gratis, es la que viene después de esta vida. Y mientras tanto, tendremos que esforzarnos por ser dichosos.
Es cierto, que Dios nos regala algunos dones, pero depende de nosotros, el tratar de ser felices con lo que viene de Dios.
Y con todo esto, se puede afirmar, que la felicidad es una decisión. Y entonces, sería necesario preguntarnos: ¿Qué es lo que nos hace felices?
DARSE A LOS DEMÁS
Porque podemos equivocarnos, al pensar que la felicidad consiste tan solo en recibir; y se nos olvida, que no hay mayor alegría, que darse a los demás.
La alegría, es ligereza; y cuando damos, nos sentimos aligerados, y por tanto satisfechos.
Porque no hay mayor felicidad, que decir: “Te amo”, y esto, sin estar esperando a que alguien nos lo diga; porque el que más ama, es más dichoso.
Ya lo dice la Escritura: “…hay que tener presentes las palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar que en recibir”. (Hch.20,35).
CONSTRUIR
Cuando das algo de ti, te sientes pleno. Porque al dar, estás contribuyendo a la felicidad de otro. Tu vida, puede ser la alegría de alguien.
Y Jesús fue plenamente feliz, porque vivió amando al Padre, y dándose a los demás.
Dice el Evangelio: que Jesús se pasó la vida haciendo el bien. Y hoy, nos dice Mateo, que los discípulos le decían a Jesús, que despidiera a la gente para que fueran a comprar algo de comer, pero Jesús les responde: “No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer”.(Mt.14,16).
AMOR
Hay que imitar al Señor, y dar hasta quedar saciados; porque dando, es como mejor nos alimentamos.
Es bueno que sepamos dar de nuestro tiempo, de nuestro servicio, del amor y mucho más. Porque solo así, es como llegaremos a sentirnos plenamente satisfechos.
