Las buenas palabras pueden cambiarnos la vida

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Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

La palabra, tiene un poder que transforma; ya que con una  palabra podemos recuperar el entusiasmo. Pero también, con una  palabra mal intencionada se puede apagar la luz de la alegría.

La palabra que viene de Dios, será suficiente para sanar un alma. Así, lo dice el Evangelio: “Basta que digas una sola palabra y mi criado quedará sano”. (Mt.8,8). 

La palabra humana, nos cambia el modo de mirar al mundo; pero la palabra de Dios, nos puede devolver  hasta la vida.

El tono de voz y el sentido de nuestras palabras, pueden llegar a ser el alivio del alma.

ALIVIO DEL ALMA

Ya lo dice la Escritura: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mis sendero”. (Salm.119,105).

La palabra de Dios, nos hace ver el lado bueno de la vida.  Las palabras que vienen de Dios, nos ayudan a ver de mejor manera nuestro mundo.

En cambio, la palabra humana puede ayudarnos, pero también  hundirnos. 

Por eso, qué importante es que estemos conscientes de lo que décimos, y del modo como nos expresamos.

ACTITUD

Pero, no es suficiente la buena intención de lo que decimos, también es importante la actitud del que escucha las palabra. 

Porque si el receptor se cierra y no acepta la palabra, es imposible que cambiemos al hombre.

Ya lo dice Mateo, en el capítulo 13: Qué al salir el sembrador a sembrar algunos granos, unos cayeron en terreno pedregoso, otros a lo largo del camino, otros entre espinos, y otros en tierra buena y dieron frutos.

TRANSFORMAR

Y decía Santo Tomás de Aquino: “Lo que se recibe, se recibe al modo del recipiente”. Hay diferentes tipos de personas, así como distintas son las actitudes, y la disposición para recibir la palabra, y dejarnos transformar por ella.

Por eso, hay que dejarse tocar por la palabra. Porque en ésta, se encuentra el alimento que le da sentido a la existencia.