Para defender nuestro planeta, la educación en los niños es fundamental

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Para defender nuestro planeta, la educación en los niños es fundamental

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Estamos en plena crisis climática, todo lo referente a la defensa y conservación del medioambiente debe tenerse en cuenta. La educación de los más jóvenes, en este sentido, es primordial. Estimular el amor y el respeto por la naturaleza debe ser una obligación tanto de los educadores como de los propios padres

La defensa del planeta necesita de guerreros bien formados. Se requieren personas que amen y luchen activamente por un mundo más natural, mejor conservado, que recuperen el espacio salvaje perdido. Es una obligación de todos los seres humanos devolver el favor que, sin pedir nada a cambio, la madre Tierra nos ofrece, y que pueda sanar su malogrado estado de salud.

Las próximas generaciones deben venir bien educadas, con un concepto claro de lo que significa proteger la naturaleza. Ellos son los que tendrán el trabajo duro de recomponer lo que las generaciones actuales les han legado.

El fomento del amor en los niños por la naturaleza contribuirá de manera natural a que estos, cuando sean adultos, la defiendan y protejan de manera instintiva.

Consejos para que los niños cuiden de lo natural

Las edades tempranas son las que más calado tienen en cuanto a su educación y formación. Por eso es tan importante un cambio en el paradigma educativo, incorporando e implementando en las escuelas y en los hogares un sistema donde se profundice en la educación emocional en la relación con la naturaleza.

Estos son los consejos para iniciar ese cambio de paradigma en el que la naturaleza no sea concebida como enemigo, como viene siendo habitual. Estos son algunos consejos para tratarla como un aliado, un familiar, alguien sin el cual es imposible una vida de calidad y, en extremo, la vida misma.

Contacto continuo y directo

La vida del niño debe tener un contacto continuo y directo con los entornos naturales. Se debe familiarizar con ellos desde el principio. Crear un ambiente propicio en el propio hogar y en la escuela, rodeado de árboles, setos, plantas de todo tipo, insectos, pájaros, flores…

Una idea estupenda es colocar una casita para niños en medio del jardín, para que ellos mismos aprendan y sientan que un hogar debe estar rodeado de naturaleza. En el siguiente enlace sugerido, se ofrece un listado de las mejores casitas para niños para este 2019, con sus pros y sus contras. Con este análisis de casitas infantiles para jardín, se podrá elegir con acierto el rincón de juegos perfecto para los hijos.

Sensibilización sobre el entorno

Cuando se disponga de tiempo, esos minutos u horas dedicadas a jugar y a disfrutar de la compañía de los más pequeños, se deberá hablar sobre cuestiones medioambientales del entorno. Hacerle ver las repercusiones que tiene la contaminación en su vida diaria y qué puede hacer para mejorar el entorno que vive. Hacerle ver los peligros que conlleva la acumulación de humos, ruidos, suciedad en las calles…

Participación a través de la propia experiencia

El niño debe entender que a partir de su propia participación puede cambiar el entorno y hacerlo más habitable. Con un comportamiento cívico de respeto y con la actuación directa sobre estrategias comunes, el niño puede reconocer la importancia de sus actos en la resolución de este conflicto global.

El ahorro de agua, el cumplimiento de las 4 R,s (Recuperación, Reducción, Reutilización y Reciclado), y otras muchas acciones posibles. Es de especial interés para fomentar este amor y compromiso la creación de un espacio en su barrio para un Huerto Urbano que provea a los vecinos y a sí mismo de alimentos sanos y naturales. Con los huertos urbanos se estará poniendo en valor el trabajo que hacen los agricultores, la importancia del cuidado de la tierra, observarán cómo surge la vida que sirve para alimentarles.

El fomento del conocimiento

Siempre que le sea posible a los padres y al resto de la comunidad adulta, se deberá encaminar a crear una sociedad, una ciudad, pueblos y barrios que ofrezcan entretenimiento e información sobre los valores fundamentales de la ecología. Una educación integral sobre las plantas, las flores, los insectos, los animales, la relación que se establece entre ellos y el papel de las personas para no interferir en esa interrelación.

Si se acercan a la naturaleza con inquietud y conocimiento, si buena parte de los entornos que les rodean están encaminados en esta dirección, la educación formal en el amor a la naturaleza estará consolidada.

En definitiva, el futuro del planeta está íntimamente ligado a una generación que ahora está en su etapa infantil. Sobre ellos recaerá todo el peso de lo que ahora no se está haciendo. Se deben preparar sus conciencias para lo que viene, educándoles y formándoles en el respeto, la conservación y la restauración del medio natural.

La batalla lleva años librándose, en estos momentos La Tierra va perdiendo, en las manos de los adultos de hoy está crear soldados que luchen por el bien común mañana. Un bien que tiene un solo objetivo; la vida en equilibrio entre todas las especies vivas.