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Día Internacional de las Artesanas y los Artesanos

El arte de crear con las manos y la costumbre de regatear, una contradicción que persiste

Por Estrella Govea

Marzo 19, 2025 03:00 a.m.

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Cada 19 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Artesanas y los Artesanos, una fecha dedicada a reconocer la labor de quienes, con sus manos, creatividad y saberes heredados, transforman materiales en piezas únicas. 

Esta celebración coincide con el Día de San José, figura popular relacionada con los oficios manuales, y busca visibilizar la importancia de la producción artesanal en la identidad cultural de los pueblos. En San Luis Potosí, el Callejón de las Artesanías es un punto de encuentro donde convergen comerciantes pertenecientes de grupos indígenas como Huasteca, Otomí, Guachichil y Triqui, cada una con su estilo y materiales característicos.

Sin embargo, a pesar de su relevancia en el patrimonio cultural, la comunidad artesanal enfrenta desafíos constantes, entre ellos la falta de apoyo gubernamental y el regateo, una práctica que devalúa su trabajo.

Uno de los problemas que más enfrentan las y los artesanos es el regateo. Aunque suele considerarse parte de la cultura mexicana, en realidad se trata de una práctica que afecta directamente la sostenibilidad de su oficio. “Nos ha sido difícil porque no valoran el trabajo. Hay pulseras que nos toman entre cuatro y cinco horas y, aunque las damos en 200 pesos, a veces no respetan el precio”, explicó un integrante de la comunidad artesanal. 

También es un mito que las personas locales regatean más que las extranjeras. Las y los artesanos coinciden en que la tendencia es generalizada y que muchas veces los y las turistas internacionales justifican el regateo bajo la idea de que, al adquirir una pieza, le dan mayor valor. Esta visión desconoce el esfuerzo, la técnica y la carga cultural que hay detrás de cada creación, además de ignorar que el arte popular no es un simple souvenir, sino el reflejo de una cosmovisión transmitida por generaciones.

La comunidad artesanal no solo enfrenta la falta de valoración económica, sino también la ausencia de espacios adecuados para la promoción de su trabajo. “No tenemos apoyo para exhibir nuestras piezas”, mencionan. Aunque existen ferias y mercados, el acceso a estos espacios sigue siendo limitado y no siempre representa una solución a largo plazo para la comercialización justa de sus productos.

A pesar de los retos, las y los artesanos continúan creando con orgullo. En el Callejón de las Artesanías es posible encontrar desde pulseras de chaquira, bordados representativos de cada grupo, como el bordado Tenango, hasta figuras de papel amate, cada una con su propia historia y técnica.

Mientras mantienen vivas sus tradiciones, innovan con diseños contemporáneos para ofrecer productos que combinan técnicas ancestrales con nuevas tendencias y así atraer a nuevas generaciones sin perder la esencia de su oficio. 

La conmemoración de este día no solo es una oportunidad para celebrar su labor, sino también para reflexionar sobre la forma en que se consumen sus piezas. Reconocer su trabajo implica no solo admirarlo, sino también pagar un precio justo y exigir políticas públicas que garanticen mejores condiciones para su desarrollo. El arte popular no es un lujo ni un simple recuerdo de viaje, sino un testimonio vivo de la diversidad cultural que debe ser valorado y respetado.