Las ovejas aprenden a contar pastores

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Las ovejas aprenden a contar pastores

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Ahora otro desierto, esta vez de hielo,

a tenor de un verano prematuro, 

donde una tortuga y una monedas chinas.

El enunciado es engañoso,

semántica es una sopa de batracios pleistocenos.

Decidí habitar un minarete para rezar erizos y algunos huesos

que no puedo armar correctamente,

pero no sé, la meta es imprecisa,

será porque la palabra es una forma común de la ceguera.

En fin, todo sea para romper la flecha y soltar las semillas

que marcan el retorno:

la poesía es un desorden autoinmune del lenguaje.

Puedo, mientras tanto,

salir al desierto para recolectar orquídeas y guayabas.