Las ovejas aprenden a contar pastores

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Las ovejas aprenden a contar pastores

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De un animal amarillo corto la palabra perro, 

la pego en el teléfono. 

Corto la palabra bala de una flor de loto. 

Una taza con café sobre la mesa. 

La retórica debe ser precisa, 

señala el amor 

con la sonrisa de un gato.

Siempre que pienso en el amor 

imagino un tirachinas 

en las manos de un cupido ebrio. 

La clave es el terror y un reloj 

de vidrio, 

desde luego una ciruela herida. 

Nada puedo decir, amor, 

excepto la ruina de un triciclo 

rojo y un álbum de recuerdos 

en un baúl de ceniza.