Pozos, turbulento Argumento estéril
Pozos aún no cumple el año en que se erigió municipio y su concejo es escenario del divisionismo y conflictos.
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De manera simultánea, enfrenta sendas controversias en el gabinete, que muestra las fracturas de su primer ente gobernante.
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Por un lado, la mayoría de concejales votó por la solicitud de renuncia para su directora de comercio, Rocío Alvarado, que fue defendida ardorosamente por la presidenta, Teresa Rivera, señalada porque no cubre el perfil del cargo y por diversas anomalías que ya, a unos meses de estar en funciones, ya registra.
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Teresa Rivera apeló al clásico “darle tiempo”, pero al parecer, pesa más una recomendación al cargo desde Palacio de Gobierno que una votación unánime del concejo.
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Y en otro frente, la titular de la Instancia de las Mujeres del municipio, Lidia Vargas, enfrenta el enojo de organizaciones, colectivas y ciudadanos porque intenta colocar en la dependencia a un familiar. Al posible nepotismo, se le suma la controversia de que enfrenta denuncias por violencia.
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En fin, que muy temprano se metió el concejo a las turbulencias internas, como si al nuevo municipio le faltaran problemas que atender.
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El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso, Héctor Serrano Cortés, se pudo haber ahorrado la parrafada que emitió para justificar por qué San Luis Potosí, a cinco años de la entrada en vigor de las reformas sobre la revocación de mandato, ha sido omiso en homologarla a la normatividad local, simplemente diciendo que a la Legislatura no le da la gana hacerlo.
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Sin embargo, rechazó que la omisión no se debe a ausencia de voluntad política, sino que jugó la carta de la economía, aduciendo que faltan recursos.
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Habla de reducciones presupuestales, sin especificar en dónde, como el motivo de que no se haya aprobado la reforma. ¿En dónde? En el Congreso no, al menos en los dos años pasados. En 2024 se mantuvo tablas y este año, el Legislativo gozó de un incremento de 7.2 millones de pesos.
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Lo curioso es que a los diputados no les va a costar más que levantar la mano para aprobar una reforma que ya está en la Constitución nacional desde hace años y que, de cualquier modo, el Congreso debe votarla sí o sí.
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En ese sentido, la revocación de mandato se suma a iniciativas que reformaron normatividad federal y que inexplicablemente, tardan años en adaptarse a San Luis por la pachorra de sus diputados. Las Ley de Movilidad y la despenalización del aborto son ejemplos claros de esto.
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El más gallardista de los diputados bromeó con que el gobernador potosino no teme a esta herramienta democrática por su popularidad, pero, contradiciendo su argumento de las dificultades económicas, indicó que el Congreso potosino determinará tiempos y condiciones para programar la revocación.
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¿De veras no hay temor?
