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Primero lo vaticinaba cierta lógica electoral básica a partir de los resultados de 2018. Lo dicen ahora las encuestas adelantonas de cualquier tono: la batalla por la gubernatura de San Luis Potosí en el 21 será entre el PAN y el partido oficial, Morena.
Frente a un partido en el gobierno con escasas figuras locales relevantes, el panismo olió victoria. Los morenistas del presidente Andrés Manuel en San Luis pintan para productos genéricos de caducidad programada: calidad meramente funcional y una vez terminado el encargo que tienen ahora, a ver si por sí solos ganan para jefes de la manzana donde residen. Llegaron a donde están como regalo del sismo electoral del 18 con epicentro en López Obrador.
De mover el interés de los ciudadanos, o por lo menos su atención, es fecha que ninguno demuestra interesar nada. Los conocen en su casa y en Morena. Un adocenado batallón de diputados federales pluris ha resultado irrelevante para la entidad. El presidente volverá a hacer campaña, muy intensa, pedregosa para la oposición, pero el escenario que le dio 30 millones de votos de enojo ciego ya no está.
El personaje morenista que más entusiasma en las encuestas por San Luis Potosí es el secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán. Y dicho por políticos muy colmilludos, es “el más peligroso”, pues si bien es de Morena, por relaciones familiares y perfil se llevaría buena parte del voto urbano, clasemediero y con aspiraciones. No lo verían tan “chairo”.
Aún no se sabe siquiera si le interesa venir a pelear la gubernatura y en cambio sí hay memoria del lugar donde votó en la pasada elección, la Ciudad de México. Entre los requisitos constitucionales para ser gobernador en San Luis, cuando no se es nativo de territorio potosino, está la residencia de por lo menos cinco años.
Todo eso, más el distanciamiento del gobierno lopezobradorista respecto de las clases medias para las que no tiene proyecto, le ha dado alas al panismo. Y una advertencia de buena intención, reiterada por cuanto ha desatendido en procesos pasados: si la selección de candidatos termina en sus ya consabidos pleitos internos, no tendrán éxito.
Y ahí estaban el jueves en la mesa de un restaurante, panistas con aspiraciones expresas a gobernador y su dirigente estatal. Sonia Mendoza, Rolando Hervert, Marco Antonio Gama Basarte, Alejandro “Boris” Lozano y el presidente estatal. No convocados, Octavio Pedroza Gaitán ni el alcalde Xavier Nava Palacios, no panista pero sí ganador con ese registro de la elección capitalina pasada.
Si esa mesa tenía intenciones de colar como demostración de fuerza, lo único que dejó expuestas son las señales encontradas entre el panismo dirigente y el de las aspiraciones.
Pedroza Gaitán reaccionó haciendo divulgar una reunión con el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés. Que hablaron de encuestas en las que se reconoce que va puntero entre los panistas y fue tratado requetebién.
El alcalde Nava no quiso quedarse atrás, aunque sus diferendos con el panismo potosino ya son insalvables. Que él también tuvo su reunión personal con el dirigente nacional Marko Cortés y que fue tratado con la consideración de grandes expectativas.
Dado que es cada vez más profundo el foso entre Nava y la dirigencia del partido que le dio el registro, incluso panistas que acomodan en sus pronósticos a ambas figuras: Octavio por el PAN contra Nava por… Morena. El nieto del doctor Nava tiene conexiones interesantes en ese partido.
Y si la mesa del jueves no tuvo ninguna intención de subrayar bandos adentro del PAN, es muy difícil que se le vea como una convivencia de auténtica y bonita amistad para intercambiar recetas paelleras o carpetitas a crochet. Los aspirantes que estaban ahí ninguno es considerado puntero todavía, o con la solidez en presencia para pelear la primera magistratura del estado.
Marco Gama Basarte aspira, pero no ha logrado cuajar con la consistencia que en otro tiempo tendría la proyección de un senador a la gubernatura. A Sonia Mendoza la ubican más como participante para obtener no una candidatura a gobernadora, sino un boleto menos complejo de regreso a la legislatura federal.
El huasteco Rolando Hervert Lara recibió luz verde para que empezara a trabajar un boleto y se puso a hacer la tarea. Si pensaron en él como “candidato-señuelo”, para meter presión en el juego, el hombre fue a más. Consiguió apoyo de amigos empresarios foráneos y alborotó a alcaldes y dirigentes panistas de la Huasteca. Por lo general de los mediocres en política nadie se ocupa, a Hervert han empezado a atacarlo, mejor señal de que preocupa ya la tiene.
El más reciente de la baraja azul, Alejandro “El Boris” Lozano, ex diputado local y ex alumno distinguido de Harvard, un posgrado que él mismo se financió.
Desde principios de año lo habían convencido de venir para que empezara “a crecer”. Lo habían pensado inicial como candidato a alcalde, que el PAN todavía no boceta. Lo pasearon un poco pero no logró entusiasmar a los propios promotores panistas. Enfrenta una especie de opinión discriminatoria a la inversa en este país: su color de pelo, ojos y piel son vistos como un inconveniente. Que “no conecta” con la gente porque lo ve demasiado “curro”, blanco inusual y de maneras educadas en exceso. Muy lejos está “Boris” de ser un animal de plazas públicas.
Para combatir la percepción de “fifí”, el ex diputado local se machaca haciendo campaña para su partido a pie en las calles, junto a los lavacoches. Como le subrayan un supuesto rechazo o reserva popular por su aspecto y maneras, se esfuerza visitando municipios hospedado en casas de militantes y hasta haciendo campechanas en una panadería. Le queda, sin embargo, muy poco tiempo para prender entre las bases panistas y demostrar que entusiasma a los ciudadanos.
Aspirantes panistas hay. Si el PAN se equivoca y se pelea al interior, dejará, como siempre, agraviados. Las diferencias empezaron con Nava pero ahora no es el único. No tarda mucho en pasar de soterrado disenso a riña a navajazos palmeteados. La mayor presión es para el joven dirigente, Juan Francisco Aguilar.
Quien sea el candidato va a tener que trabajar con todos los compañeros y no va a poder si la selección interna se convierte en guerra. No hay forma de quitarle hierro al asunto si primero se alentaron aspiraciones y luego se les baja del cartel a mamporros. No le va alcanzar al PAN para metabolizarlo si el presidente se escora demás.
Será una pena que el PAN pase a la historia como el partido que no pudo perder la oportunidad de perder una oportunidad.
LA TIRA DE LAS NETAS
SE SOLICITAN JUECES “BUENOS Y SABIOS”
“La Ley Orgánica de Prodecon requiere que el procurador tenga cinco años de experiencia en materia fiscal. Cómo vamos a cumplir con eso si la 4T lleva 1.5 años en el poder. El juez debe analizar ese artículo no con los ojos neoliberales, sino de la 4T”.
María Dolores Padierna, diputada federal de Morena, justificando la intentona de imponer una terna de candidatos que no reunían los requisitos legales para la elección de nuevo titular de la Procuraduría para la Defensa del Contribuyente (26/VI). Cámara de Diputados.
“MADAME AMLO”
“No soy médico, a lo mejor usted sí. Ande, ayúdelos”.
Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del presidente Andrés Manuel López obrador, en respuesta al tuitero José David Guerra Muñoz, quien le preguntó cuándo atendería a los padres de niños con cáncer que reclaman por el desabasto de medicamentos. Tras la polémica por la respuesta, retiró el tuit y pidió disculpas. @BeatrizGMuller (1/VII).
¿Y A QUÉ HORAS RENUNCIA?
“No quiero seguir como diputado, estoy harto de la política, los acuerdos corruptos y la simulación. Eso nos tiene jodidos”.
Pedro Carrizales “El Mijis”, diputado local ex petista, en su cuenta de Twitter, anunciando que recorrerá “el México real” en bicicleta, con casco y cámara portátil. @mijisoficial (3/VII).