Crítica el Papa flagelo de la prostitución

En el inicio de su visita a Tailandia, el sumo pontífice denunció el tráfico de mujeres y niños

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Crítica el Papa flagelo de la prostitución

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Bangkok, Tailandia.- El papa Francisco exhortó el jueves a multiplicar los esfuerzos para combatir la “humillación” de mujeres y niños obligados a prostituirse, en el inicio de una atareada visita a Tailandia, donde el tráfico de seres humanos y la pobreza alimentan la industria del turismo sexual.

Durante una misa al aire libre en el estadio nacional de Bangkok, Francisco denunció los problemas que afectan a los más pobres de la región. Pidió a los tailandeses que no den la espalda a las mujeres y niñas utilizadas para el sexo o a los migrantes esclavizados para la pesca o la mendicidad.

“Todos ellos son parte de nuestra familia”, dijo a las aproximadamente 60.000 personas que atestaron el estadio para el oficio al atardecer. “Son nuestras madres, nuestros hermanos y hermanas”.

Fue la segunda vez en el día en que el papa Francisco se refirió a la suerte de las mujeres y menores sometidos al comercio sexual. Previamente elogió al gobierno por combatir el tráfico sexual, en su primer discurso en las oficinas del primer ministro Prayuth Chan-ocha.

Pero pidió un mayor compromiso internacional para proteger a las mujeres y niños “que son violados y sometidos a la explotación, esclavitud, violencia y abuso en todas sus formas”.

Pidió esfuerzos para “desarraigar este mal y proveer de medios para restaurar su dignidad”.

“El futuro de nuestros pueblos está asociado en gran medida a la forma en la que aseguraremos un futuro digno para nuestros hijos”.

En sus declaraciones junto a las autoridades tailandesas, Francisco dio las gracias al país por su labor histórica recibiendo a inmigrantes de toda la región, que llegan a Tailandia buscando oportunidades económicas. Pero dijo que todos los países deben hacer más para resolver los conflictos que alimentan el “trágico éxodo” de la inmigración forzosa.

La agenda que le esperaba el viernes era más eclesiástica, con reuniones con religiosos locales, obispos asiáticos y un encuentro con líderes de otras denominaciones cristianas y otras religiones.