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El arresto administrativo israelí de palestinos: sin cargos ni juicio

Por EFE

Enero 14, 2022 09:37 a.m.

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Amal Nakhleh, con una grave enfermedad autoinmune, está preso desde hace casi un año Foto: AP

Amal Nakhleh, con una grave enfermedad autoinmune, está preso desde hace casi un año Foto: AP

RAMALA, Cisjordania (EFE).- El menor palestino Amal Nakhleh, con una grave enfermedad autoinmune, está preso desde hace casi un año bajo arresto administrativo, un polémico sistema usado por Israel desde hace décadas con el que hoy mantiene en prisión sin cargos firmes, ni juicio ni fecha de liberación a unos 500 palestinos.

El caso de Nakhleh, de 17 años, es solo la punta del iceberg de un enrevesado régimen carcelario por el que un prisionero llegó a estar arrestado ocho años seguidos, y que la frágil salud de este menor y la reciente huelga de hambre durante 141 días de otro preso palestino han vuelto a poner sobre la mesa. 

La familia de este chico y grupos de derechos humanos exigen que sea liberado, igual que hizo ayer jueves la agencia para los refugiados palestinos, que se mostró "muy preocupada por la detención arbitraria de un menor" y pidió su "liberación inmediata". 

Además, más de 60 reos palestinos estuvieron en huelga de hambre en 2021 para protestar contra este sistema de arresto, con el que Israel tiene actualmente a seis menores presos, incluido Nakhleh. 

El caso de Hisham Abu Hawash, que en enero terminó cesó una huelga de hambre de 141 días tras la decisión israelí de liberarlo en febrero, es otro de los que ha copado titulares y ganó peso entre la población palestina, que suele dar apoyo a este tipo de protestas.

Las imágenes en las que se veía a Abu Hawash con aspecto cada vez más esquelético en la cama ilustran los límites a los que llegan algunos palestinos para conseguir su libertad, poniendo en peligro su vida y exponiéndose a secuelas irreparables en su salud. 

Pero estos métodos de presión no han contenido este tipo de detención inspirado en leyes del Mandato Británico de Palestina (1922-1948), que el Estado de Israel utiliza desde su creación. 

En Cisjordania, territorio bajo ocupación israelí desde 1967, la Justicia militar puede arrestar "a cualquier palestino en base a información secreta", con órdenes de detención de entre tres y seis meses que puede prorrogarse indefinidamente, explica a Efe Sahar Francis, directora de Addameer, ONG que apoya legalmente a presos palestinos y se encarga de la representación jurídica de Nakhleh. 

Israel se ampara en este régimen "para retener a cualquiera sin ningún juicio ni cargos claros, basándose solo en la afirmación de que es una amenaza para la seguridad", concreta esta letrada. 

Según denuncia, "solo países no democráticos" usan este tipo de arresto "por un tiempo tan largo, sin que el detenido sepa de qué se le acusa ni por qué está entre rejas". 

En total, hoy hay medio millar de presos en esta situación entre unos 4.500 palestinos presos que esperan juicio o cumplen condena. 

Entre los años 80 y 90 un palestino estuvo ocho años seguidos en arresto administrativo y, para muchos otros que han estado sujetos a este régimen, su vida puede transcurrir en un vaivén constante de entrada y salida de las celdas penitenciarias. 

No todos los arrestados en detención administrativa lo están "de forma continua", pero hay personas que han pasado "más de 14 años en la cárcel", mientras su existencia se reducía en arrestos prolongados y liberaciones de "un par de meses", para después "ser detenidos nuevamente", denuncia Francis.

Esta situación de incertidumbre genera mucha angustia y daños en la salud mental de los afectados, asegura a Efe Naji Abás, miembro de la ONG israelí Médicos para los Derechos Humanos. 

La detención sin fecha de salida o la amenaza de volver a ser arrestados "les condiciona toda su vida, perjudica su educación, su vida familiar" y sus perspectivas laborales. "No pueden planear nada", denuncia Abás. 

Esta es la realidad de Nakhleh desde enero de 2021, cuando fue arrestado en régimen administrativo. A finales de 2020 ya pasó unos 40 días en prisión, acusado de lanzar piedras al Ejército, y aunque su defensa consiguió su liberación con fianza hasta su juicio, la Justicia militar ordenó poco después su arresto sin cargos. 

Todo ello pese a que Naklheh sufre miastenia grave, una rara enfermedad que causa dificultades para respirar o engullir y fatiga muscular. En 2020 también se le tuvo que extirpar un tumor en los pulmones, y necesita medicación y atención médica continuas. 

Israel asegura que recibe todo el seguimiento sanitario necesario en la cárcel, y extendió su orden de detención en cuatro ocasiones, la última ayer mismo, hasta el 18 de mayo, cuenta a Efe su padre, Mummar Naklhleh, en su casa del campo de refugiados de Jalazone. 

Este alerta que el largo encarcelamiento ha dejado a su hijo en un estado cada vez "más crítico", con los síntomas de la enfermedad cada vez "más severos", lo que supone una amenaza para su vida. 

"Pido a la comunidad internacional que presione a Israel para mantener a Amal en vida", alerta su padre, que asegura que su hijo quiere empezar una huelga de hambre en caso de seguir encarcelado. 

El Ejército israelí, que hasta el momento no ha presentado cargos formales, alega que Nakhleh es sospechoso "de participar en actividades terroristas" y "militares", por lo que le puso en arresto administrativo, un régimen de privación de libertad que desde hace años marca el día a día de muchos palestinos.