“Podríamos ser infinitos…
pero redondeamos los decimales”
Anónimo.
A principios de esta semana se dieron a conocer lo “números” de la incidencia delictiva en el primer semestre del año. Cálculos fríos con perspectivas alegres en decimales. Se dice que el “El Plan Nacional de Paz y Seguridad” está funcionando.
En seis meses de este 2020 con todo y Pandemia, fueron asesinadas 97 personas diariamente, dos mil 915 al mes, en un total de 17 mil 493 vidas perdidas. Los feminicidios van 489 en el semestre, con un incremento del 9.2%.
De seguir la tendencia delictiva, más la Pandemia y la crisis económica, nos encontraremos en el camino de superar los delitos del año pasado, que fue el más violento, ya que registró 34 mil 608 homicidios y mil 12 feminicidios.
Sin embargo, se habla de una disminución de delitos en comparación con el año pasado de robo de vehículos, robo a transeúnte, robo en el transporte colectivo y robo a casa habitación, pero, sin tomar en cuenta que la gente dejó de circular y se quedó en casa.
Aparte, porque no decir que la incidencia delictiva se refiere a la presunta ocurrencia de delitos registrados en averiguaciones previas iniciadas o carpetas de investigación y que existe una cifra negra de delitos que ronda casi el 95%, que son delitos que no se denuncian por diferentes razones.
Otro asunto de seguridad sesgado, “los desaparecidos”, deberían agregar el histórico de 73 mil 201 personas desaparecidas a la incidencia delictiva en el total de delitos contra la vida y la integridad corporal.
¿Usted cree en la información de los datos delictivos? Según la Encuesta Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del 2016, 4 de cada 5 residentes urbanos en México desconfían de la información que publica el gobierno sobre seguridad pública, narcotráfico y delincuencia en su entidad federativa. Y 1 de cada 2 considera que esta información ha sido manipulada.
Por otro lado, ¿Usted conoce El Plan Nacional de Paz y Seguridad del gobierno federal?
Primero.- Erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia.
Segundo.- Garantizar el empleo, salud, educación y bienestar.
Tercero.- Pleno respeto y promoción de los Derechos Humanos.
Cuarto.- Regeneración ética de la sociedad.
Quinto.- Reformular el combate a las drogas.
Sexto.- Emprender la construcción de la paz.
Séptimo.- Recuperación y dignificación.
Octavo.- Plan de seguridad pública (repensar la seguridad nacional y reorientar el papel de las fuerzas armadas, crear una Guardia Nacional y establecer coordinaciones regionales).
Concibiendo y sustentando el Plan como que “la violencia, los asesinatos y la criminalidad en nuestro país, han llegado a niveles históricos y estamos entre los países más inseguros del mundo. La pobreza, la marginación y la falta de servicios educativos y de salud se encuentran en la base de este auge delictivo que enfrenta México. Es necesario abandonar la visión autoritaria y el uso de la fuerza como estrategia. Es necesario ensanchar la soberanía de los individuos y de las colectividades”. Hasta ahora, la política de seguridad reduce el fenómeno delictivo a los llamados delitos violentos y algunas expresiones de criminalidad organizada”.
TAPANCO: Creo que se les olvido, el Estado de Derecho, “un principio de gobernanza en el que todas las personas, instituciones y entidades, públicas y privadas, incluido el propio Estado, están sometidas a leyes que se promulgan públicamente, se hacen cumplir por igual y se aplican con independencia, además de ser compatibles con las normas y los principios internacionales de derechos humanos. Asimismo, exige que se adopten medidas para garantizar el respeto de los principios de primacía de la ley, igualdad ante la ley, separación de poderes, participación en la adopción de decisiones, legalidad, no arbitrariedad, y transparencia procesal y legal”. Consejo de Seguridad de la ONU.
Francisco.soni@uaslp.mx
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