Inmuebles del terror
“Una casa es mucho más que un mero refugio: debe convertirse en un lugar que nos eleve emocional y espiritualmente”.
Jhon Saladino.
Hace ocho años que vi la película “Sicario: Tierra de nadie”. Con la guapa Emily Blunt, acompañada de Josh Brolin y Benicio del Toro. En esa ocasión surgieron comentarios negativos de la película, porque dizque pintaba a un México muy violento en la franja fronteriza con Estados Unidos. Hay una escena concretamente donde el FBI catea una casa de narcotraficantes, aparentemente vacía, hasta que se dan cuenta que dentro de las paredes hay varios cadáveres embolsados y maniatados.
En ese entonces, el Alcalde de Ciudad Juárez se indignó y encabezo una campaña para que no se transmitiera la película en su ciudad: “Porque la película representaba una época de violencia que ya había sido superada”, sentenciaba eufórico. Se señalaba que era ridículo e inverosímil pensar que en las paredes de una casa oculten cadáveres, es pura ficción hollywoodense.
Acá en México aparte de que somos de mecha corta, somos de corta memoria, para lo que nos conviene. Mire Usted estimado lector, en el año 2011 a unos metros de la Plaza de las Américas en Boca del Río Veracruz, treinta y cinco cadáveres fueron arrojados en la calle y justo, cuando se llevaba a cabo un evento nacional de “Encuentro de Presidentes de Tribunales Superiores y Procuradores Generales de Justicia”.
Pues como la realidad supera la ficción, otra vez en Veracruz, ahora en el municipio de Poza Rica, en varias “casas de seguridad” encontraron restos humanos (torsos, extremidades, cabezas), embalados y en congeladores, se calcula que pudieran ser más de treinta, así como varias personas vivas privadas de su libertad.
Las “casas de inseguridad” del crimen organizado, no son otra cosa que inmuebles del terror. En sus orígenes eran lugares exprofeso de agencias policiales y de inteligencia de los gobiernos, que eran utilizadas para sus fiestas privadas, posteriormente se les dio otra utilidad como zonas de confort de las amantes de los jefes de la policía e inclusive de guarida de aquellos compañeros que habían caído en desgracia de los altos mandos y tenían orden de aprehensión. Luego fueron utilizadas para “guardar” personas secuestradas y terminaron en casas de inseguridad con pisos tapizados de plástico, donde eran ejecutados y descuartizados tirios y troyanos por igual.
TAPANCO: Las “casas de inseguridad” (casas, departamentos, fincas, en obra negra, ranchos, haciendas, etc.), de la delincuencia organizada las utiliza en principio para “acomodar” a la tropa operativa, zona de hospedaje. Otras más, tienen la función única y exclusivamente de almacenamiento (drogas, armas y pertrechos); las hay también las llamadas casas del “clavo”, son inmuebles adaptados en su construcción con compartimientos para ocultar dinero, joyas, dólares, etc., están las casas de producción y “cocina”, o sea, las que fabrican drogas sintéticas o hacen “cortes” de otras drogas. Otras, las más terroríficas son las llamadas casas de los “espantos”, donde se tortura y desaparecen “científicamente” a cuanto cristiano entra ahí. Están las casas de los “levantados” no precisamente civiles inocentes, sino malandros “contras”, que los tienen a veces para catafixiarlos por -bienes y servicios- y sino, pues “piso” y nunca más se sabe de ellos.
La película Sicario: Tierra de nadie”, con la otra vez guapísima Emily Blunt, se queda corta, cortísima, supercortisima, con la realidad mexicana que supera la ficción. Como muestra un botón: “Los cinco jóvenes de Lagos de Moreno”, así, serán llamados por siempre.
@franciscosoni
