Anomalías temporales

Hace ya casi treinta años, en 1992, un potosino escribió: «Para alcanzar la justicia social en México, es imperativo que se realice un diálogo nacional sin excluir a nadie. […] El reloj político también tiene sus horas contadas. Ésto, no lo deben olvidar los dirigentes políticos del país». 

Un dicho común entre potosinos, cuando se sabe de alguna transgresión, es «¿qué dirán los Meade y el padre Peñalosa?» (la original era «¿qué dirán los Meade y el obispo Montes de Oca?»). Hoy buena parte de la clase política local se dice navista, pero ¿qué diría el doctor Salvador Nava si viera el «desgarriate» que tenemos en el país y en su patria chica? 

El reloj que mencionó Salvador Nava quizá avanza, pero ahora sí que no vemos la hora. Algo ha de parecerse al «reloj del juicio final» o «del apocalipsis», ideado en la Universidad de Chicago, ese que siempre según está a unos minutos de «la destrucción total de la humanidad» y desde enero de este año está a 100 segundos del final.   

Cada día surgen motivos de indignación, dudas y esperanzas. Ya ni se molestan en cuadrar versiones, pues un día dicen algo y luego se contradicen sin mayor vergüenza. La nueva normalidad incluye anomalías que por esperadas no son menos dolorosas. Por su predominio, es difícil de separar lo político (partidista) de lo científico, lo justo y el derecho a la vida de todos los que aún andamos en este planeta.

La paridad en la elección de contendientes a puestos de elección popular y en la conformación de listas plurinominales ha permitido a los mandos partidistas (en los que se incluyen funcionarios, por supuesto) añadir cartas para perder o ganar según se necesite. Otras son las encuestas de «popularidad», la presunción de inocencia o hasta la compra de conciencias. 

Ya fueron presentados oficialmente los de la coalición Sí por San Luis: Octavio Pedroza Gaytán a la gubernatura y Enrique Galindo Ceballos a la alcaldía capitalina. 

De nuevo se aplazó la elección interna de Morena, donde se había dicho que «las encuestas» favorecían a la ya extitular de Salud, Mónica Liliana Rangel y provocaron el rechazo de la mayoría de las candidatas y los militantes.

En el tianguis me tocó ver que quienes atendían los puestos «de información» sobre la COVID-19 lo primero que decían era: «¿Conoce usted a Mónica Liliana Rangel, secretaria de Salud?» Y ya luego ofrecían gel y cubrebocas. A uno le dije que eso es delito y me dijo «yo solo sigo órdenes». 

Movimiento Ciudadano anunció que lanzará como candidata a una empresaria joven y «jovial», lo que concuerda con la descripción de Adriana Marvelly, la comunicóloga heredera de Chocolates Costanzo. Suena bien, de entrada. La excandidata Sonia Mendoza anunció que se va del PAN, pero dará «la estocada final». Xavier Nava cambió de nuevo de color y no borró sus pintas en bardas como ordenó el Ceepac, sino que las pintó de naranja. Con aquello de que «la lucha sigue» no se sabe qué van a anunciar.  

Lo que parece un mal chiste es el anuncio del partido Redes Sociales Progresistas, que presentó como su candidato  la gubernatura al exdiputado priista José Luis Romero Calzada, famoso no por sus logros políticos. 

En los partidos políticos pareciera que son feministas o respetan la presunción de inocencia según convenga. La designación de Félix Salgado Macedonio como candidato a gobernador de Guerrero a pesar de las acusaciones de violación y violencia contra mujeres ha sido defendida oficialmente, como se ha pedido la presunción de inocencia para Mario Marín «el gober precioso» recientemente detenido. Como con tantas noticias, hay que preguntarnos: ¿por qué ahora? 

También en estos días, en EU, la actriz Evan Rachel Wood acusó a su expareja, el cantante Marilyn Manson, de haber abusado de ella. Salieron otras acusaciones y de inmediato la disquera del intérprete le canceló el contrato para futuros discos y ha dejado de promover el más reciente.  

Acá todo tiene un halo político. Nadie se equivoca y si hay pruebas, la realidad miente. La promoción descarada a la ex titular estatal de Salud y las denuncias en su contra no le causan mayor escozor al gobierno. Que haya actores y «famosos» en las candidaturas es lo de menos; que los acusados un día sean candidatos al otro es lo que da escalofríos.

Preguntas al vuelo: ¿Qué utilidad tiene monitorear si alguien en su vehículo particular lleva o no cubrebocas? ¿Alguien sabe en qué van las denuncias en contra de la es secretaria de Salud en SLP? ¿Cuánta gente creían que trataría de inscribirse de inmediato en la página MiVacuna al haberla anunciado así? ¿Cuánto y cómo se va a invertir en el derecho a la salud? ¿Qué porcentaje del personal de salud ya fue vacunado? ¿Cómo va el tema de la sierra de San Miguelito?

Dijo Carlos Gaviria: «el que paga para llegar, llega para robar». No sé, hay días muy cansados. Ojalá viviéramos en el mundo que nos pintan en el discurso. Que las anomalías sean temporales (que no duren mucho). Mi deseo hoy es que en los parques Tangamanga den un salvoconducto a quienes solo queremos ir a caminar y luego, solos, echarnos en el pasto a leer o aislarnos del mundo, perder(nos) el tiempo. 

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