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Aporofobia en seguridad

Por Francisco Salazar Soni

Marzo 23, 2023 03:00 a.m.

A

“Empatía vs Aporofobia”. 

¿Quiénes son los pobres en seguridad? Dicen las Naciones Unidas que la pobreza y los Derechos Humanos como el derecho a la alimentación y a la seguridad social están interrelacionados. Pero no me quiero referir a esa pobreza, sino a la aporofobia (el odio a las personas pobres o sin hogar), un concepto muy reciente de origen en España y muy presente en su realidad social por allá, habría que ver que acá estamos peor odiando a los “jodidos”, para ser más claros. 

Pero tampoco me quiero meter en camisa de once varas con el tema de las fobias a la mexicana, que basta echar una mirada a nuestro alrededor para darnos cuenta que “hojaldras” somos con los más pobres y desdichados o tantito más oscuritos que uno.

Si no, a los pobres en seguridad (los policías municipales), aquellos a los que no se les voltea a ver, al menos que cometan una fechoría y se les van con todo. Los olvidados y odiados, los que hasta las estadísticas nacionales catalogan como de pésimo desempeño en la percepción y efectividad para con la ciudadanía, siendo los más castigados: Policías de Tránsito con 5.5% y la policía preventiva municipal con 6.5%.

Los que cada tres años son odiados, discriminados, vilipendiados, estigmatizados, por el Alcalde en turno y por un gran porcentaje de la sociedad que ya de hecho los considera corruptos, mal uniformados, groseros, abusivos y que despectivamente los llaman “policías primitivos”, no preventivos. 

El problema es que son pobres y por eso los odiamos, tan pobres, que existen seiscientos cincuenta municipios en los que no hay policías y en el resto de los municipios en los que sí hay, carecen de las herramientas mínimas indispensables para realizar su labor, con salarios realmente de pobres. Pero aparte, que los odiamos sin razón, les exigimos salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, pero, además, la generación y preservación del orden público y la paz social, de igual forma, como para acabar más odiándolos, les encomendamos: principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y de colofón respeto a los Derechos Humanos.

Son pobres, porque así las queremos, mientras más pobres presupuestalmente hablando, más obras de relumbrón faraónicas. Me decía un Acalde hace algún tiempo ya, que en una colonia de las “afueras”, le exigían drenaje y alcantarillado. -Y luego, le digo. –“No, pos no sale, eso no se ve, mejor se los cambie por un kiosco y unas banquetas requeté bonitas”.

TAPANCO: Pobres, olvidados del presupuesto, un decremento significativo de dineros destinados a seguridad municipal, nulo fortalecimiento de capacidades y de servicio civil de carrera. Pobres, tanto en el norte como en el sur, en Baja California el salario promedio (mayor) asciende a $14,188.84 mensuales, en Oaxaca (menor) es de $5,740.82. Son pobres, porque tristemente son un reflejo de nuestra realidad, exclusión social, marginación, desigualdad y son los pobres de en entre los pobres, los que dicen: “Aunque sea de poli la chamba”. 

Somos aporofóbicos con los pobres policías municipales, porque de alguna forma, nos vemos como ellos, pobres también. Una triste patología social sin tratamiento.

@franciscosoni