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Ayuda sin consulta

Por Sergio Sarmiento

Julio 28, 2021 03:00 a.m.

A

“Debemos consultar nuestros medios más que nuestros deseos”. 

George Washington

Al presidente López Obrador le gusta recurrir a las consultas públicas para justificar sus políticas, pero no en todos los casos. Si bien ha hecho consultas para saber si cancela un aeropuerto o una planta cervecera ya avanzados, o si aplica la ley a exfuncionarios que hayan cometido delitos, no ha convocado al pueblo sabio a decidir si es correcto que el gobierno envíe barcos cargados de medicamentos, alimentos y combustibles a Cuba en un momento en que nuestro país está sufriendo escasez de medicamentos, altos precios de alimentos y elevadas importaciones de combustibles. 

“Tomamos la decisión por solidaridad frente a la situación del bloqueo, que quiere someter políticamente al pueblo y gobierno de Cuba -dijo el 26 de julio, aniversario de la toma del cuartel de Moncada--. Tomamos la decisión de ayudar, de ser solidarios”. 

El pueblo mexicano suele ser muy solidario, lo hemos visto una y otra vez en tragedias nacionales e internacionales. Cuando Haití fue devastado por un terremoto en 2010, las personas y empresas de nuestro país se volcaron a mandar ayuda a la isla. Pero el caso de Cuba es distinto. Es el gobierno el que ha tomado recursos del erario para mandar ayuda que, más que humanitaria, es política: su objetivo es apuntalar el gobierno de Miguel Díaz-Canel en Cuba que se encuentra en problemas. Los haitianos sufrieron el embate de un fenómeno de la naturaleza; los cubanos, en cambio, están pagando las consecuencias de las malas políticas económicas de un régimen dictatorial. 

Sí, Cuba vive bajo una dictadura. No ha tenido elecciones libres desde que Fidel Castro tomó el poder el 1ro de enero de 1959. Si bien organiza comicios de manera regular, solamente permite la participación de candidatos del Partido Comunista o avalados por el régimen. Los electores pueden votar por un candidato a la Asamblea Nacional, a favor o en contra, sin que nadie represente otras opciones. Los miembros de la Asamblea eligen después al presidente, siempre de manera unánime o casi. El régimen ha tratado de justificar la falta de libertades argumentando que tiene buenos programas de educación y de salud. Quizá, pero la falta de libertad no se compensa con dádivas, especialmente cuando el que fue uno de los países más prósperos de Latinoamérica ha quedado reducido a una miseria permanente. 

El presidente López Obrador ha aceptado el dogma del régimen cubano de que todos los problemas económicos del país son producto del “bloqueo”. Es verdad que Estados Unidos impuso en 1962, en represalia por la confiscación (sin indemnización) de activos de empresas estadounidenses, un embargo que impide a sus empresas tener transacciones comerciales o inversiones en Cuba, pero el embargo no incluye ni alimentos ni medicinas ni se aplica en general a empresas de otros países. El embargo ha sido desde entonces la gran excusa de los gobiernos cubanos para todos sus fracasos económicos, los cuales han paliado los subsidios generosísimos de la Unión Soviética y Venezuela. Hay sólidas razones para cuestionar el embargo, pero las dificultades de Cuba son producto de las barreras a la actividad económica privada y no del embargo. 

AMLO quiere hoy reemplazar a Venezuela como el gran financiador de los fracasos económicos de Cuba. Sin embargo, no lo hace con su dinero personal, sino con recursos de los contribuyentes. En este caso, más que en ningún otro, debería llevar a cabo una consulta para saber si los mexicanos realmente quieren que el dinero de sus impuestos se utilice para ese propósito político. 

Trump y Biden

AMLO hizo todo lo posible por quedar bien con Donald Trump, pero hoy parece empeñado en pelearse con Joe Biden. El envío de un barco con combustible para apoyar al régimen cubano parece diseñado para generar irritación en Washington. 

Twitter: @SergioSarmiento