logo pulso
PSL Logo

Cambiar las reglas

Por Sergio Sarmiento

Marzo 11, 2021 03:00 a.m.

A

“La guerra tiene reglas, 

las luchas en lodo tienen reglas; 

la política no tiene reglas”. 

Ross Perot

¿Quién dice que el Congreso mexicano no trabaja con rapidez? El presidente López Obrador sometió a los legisladores su iniciativa preferente para modificar la Ley de la Industria Eléctrica el 1 de febrero y el 9 de marzo se publicó, además, tal y como lo exigió, sin cambiarle una coma. 

Hemos regresado a la presidencia imperial. Atrás han quedado los tiempos en que los mandatarios tenían que lograr acuerdos con la oposición. El presidente puede hoy ordenar al Congreso que apruebe una iniciativa sin acordar con nadie y sin cambiarle una coma. 

La nueva ley será muy perjudicial para el país. Obligar al sistema eléctrico a comprar primero la electricidad más cara y sucia, solo porque la genera un monopolio gubernamental que no sabe competir, no tiene ningún sentido. Pero esto no es lo peor. El aspecto más dañino es que modifica de manera retroactiva las reglas con las que decenas de empresas invirtieron miles de millones de dólares en nuestro país. Es una expropiación sin indemnización, una confiscación arbitraria. 

Los inversionistas pueden apostar su dinero en un país con reglas buenas o malas. Si el marco regulatorio es positivo, estarán dispuestos a invertir más con menores márgenes. Si las reglas son malas, necesitarán una rentabilidad mayor, pero lo harán. 

El problema surge cuando no hay reglas o cuando estas se cambian de manera discrecional. En ese ambiente no hay inversionista que quiera arriesgar sus recursos. Esto lo saben bien países como Venezuela, donde ya nadie invierte. 

El presidente López Obrador parecía entender la situación. En un principio afirmó que no cancelaría la reforma energética, no por lo menos en los tres primeros años de gobierno. Se daba cuenta de que no contaba con las dos terceras partes de los votos en el Congreso para enmendar la Constitución, pero también parecía comprender las consecuencias de no cumplir con los compromisos legales. Por eso advirtió que ya no otorgaría nuevos contratos de exploración de petróleo a empresas privadas, pero no canceló los anteriores. 

Las empresas no se opusieron. Un gobierno tiene derecho a cambiar la política económica; lo que no puede hacer, no sin violar el estado de derecho, es modificar las reglas de manera retroactiva. Sin embargo, esto es precisamente lo que hace la nueva Ley de la Industria Eléctrica. El presidente está mandando el mensaje de que no respeta las reglas; por eso la nueva ley será llevada a los tribunales nacionales, a través de demandas de amparo, y a cortes y arbitrajes internacionales. En ningún país del mundo se acepta el cambio retroactivo de las reglas. 

Si el presidente quería impedir la inversión privada en energía, ya lo logró. Desde antes de que se promulgara la nueva legislación se suspendió la inversión privada en electricidad. Como la CFE no tiene recursos para sustituirla, ya que carece incluso de lo suficiente para renovar la red de transmisión que maneja en régimen de monopolio, sabemos que México sufrirá una gran escasez de energía en los próximos años. Tendremos muchos más de esos apagones que López Obrador ha prometido que no habrá. 

Es muy probable que las empresas que invirtieron en México ganen las demandas y arbitrajes, aunque ni siquiera eso será suficiente para volver a invertir. Pedirán grandes indemnizaciones, que la CFE y los contribuyentes tendremos que pagar, pero México se empobrecerá, porque nadie quiere invertir en un país en el que no se respetan las reglas. 

Bloqueos

Un grupo de transportistas bloqueó ayer durante horas las principales vialidades de la Ciudad de México exigiendo un aumento de tarifas. Buscaban presionar a los funcionarios, pero a estos no les afecta. Quienes pagan siempre el costo son los trabajadores que no pueden llegar a sus actividades. 

Twitter: @SergioSarmiento