De violetas y morados
Volver a casa después de uno de esos viajes cortos que dejan exhaustos es como entrar al mismísimo paraíso. Salir de casa para ello, es como sentir que uno deja en pausa la vida del día a día para respirar otros aires, caminar por otras calles y pensar en otros idiomas.
Pero sobre todo dejar de estar pendiente de los desatinos de los que vendieron la idea de transformar al país, lástima que no dijeran cómo.
Sin embargo, San Luis y otras ciudades nos reciben con su color violeta: las jacarandas y sus flores visten nuestros pueblos y nuestras grandes ciudades. Se deja venir el color de la primavera en estos árboles llegados a México por casualidades del destino que ya hemos comentado aquí en otros años.
Con todo y su recurrencia, es como volver a nacer en un jardín maravilloso, lleno de luz y de diferentes aromas. Una experiencia discordante con la realidad tenebrosa que escuchamos día con día y que esperamos no experimentar en carne propia a lo largo de nuestras vidas.
El tono de este anuncio primaveral es como una melodía después del 8 de marzo, es una respuesta de la naturaleza a las demandas escuchadas en esta fecha. Es responder con el color de la vida silvestre, un color que de manera inercial, nos trasmite un sentimiento de equilibrio y armonía: el color del 8 de marzo: tonos más arriba, tonos más abajo.
En este clima violeta, que va entre las ráfagas de viento helado entre unos soles calcinantes, vemos que estamos por iniciar una cuenta regresiva - en el ámbito político- que dará inicio a otro bloque en el cambio de poderes, sin poder imaginamos, qué “tan peor” puede llegar a ser si se diera la continuidad del actual mandato color camote.
Y creo que antes de que se revienten las campañas y los destapes, sería bueno que empezaran por saldar algunos pendientes; por ejemplo estos:
1. Igualar al país por el bien de todos, primero los pobres:
Ahora hay más pobres, vamos hacia la igualdad pero hacia abajo. Lástima que no nos aclararon
2. Sistema de salud como en Dinamarca- parece que más que
un compromiso fue una broma
3. Disminuir la violencia: abrazos y no balazos ¿cuáles? Ya vimos a quienes sí y a quienes no.
4. Educación de calidad para todos. Que nos digan en dónde
5. Bajará el precio de la gasolina: no bajó ni el huevo
6. Crecer al país 6% …
7. Acabar con la corrupción ¿y Pío?
8. Meter al ejército a los cuarteles: sin comentarios
9. Sacar a los 65 mineros de Pasta de Conchos: a los ya se les
sumaron Mina de Pinabete
10. conocer la verdad de Ayotzinapa, ni a Tomás Cerón trajeron
11.¿Ya vendieron el avión, o pagaron los boletos de la rifa?
Sabemos las respuestas y el estado de las cosas, por ello “bendito sea Dios” que tenemos jacarandas y que nos ayudan a respirar profundo y a fortalecernos desde las raíces, como ellas, para recobrar nuestras calles, el libre tránsito, la seguridad y liberarnos del miedo a todo lo que huela a placa policíaca, a corte, a congreso y los demás, etc. Ojalá este aire primaveral nos sacuda los fantasmas y recuperemos los espacios perdidos.
