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Desafuero 2005

Por Jorge Chessal Palau

Abril 10, 2023 03:00 a.m.

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El proceso de desafuero de López en el año dos mil cinco fue uno de los eventos políticos más importantes de la historia reciente de México. Este proceso fue iniciado por la Procuraduría General de la República (PGR) en contra del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, quien había sido acusado de desacato a una orden judicial y de violar la ley al construir una calle en terrenos que supuestamente pertenecían a particulares. Cosa que fue rigurosamente cierta.

En el año dos mil cuatro, la PGR inició una investigación en su contra por presuntamente haber violado una orden judicial dictada en un incidente de suspensión en un juicio de amparo, que le impedía construir la calle conocida como el “segundo piso del Periférico”. 

La Procuraduría consideró que la construcción de la calle había sido ilegal, ya que López no había acatado la suspensión que le impedía continuar con la obra. Como resultado, la PGR solicitó el desafuero del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, argumentando que era necesario procesarlo penalmente por desacato a una orden judicial. 

Hay que decir que la Procuraduría tenía razón: la violación a la suspensión existió y la Constitución mexicana y la Ley de Amparo señalaban claramente el carácter penal de la responsabilidad resultante de ese acto. Sin embargo, hubo ciertas fallas procesales, subsanables sí, pero que dieron el pretexto político para cancelar la decisión.

El desafuero generó una gran controversia en México. Muchos críticos argumentaron que se trataba de un acto político en contra de López, quien en ese momento era considerado uno de los políticos más populares del país. Los partidarios de López argumentaron que se trataba de una persecución política, y que el proceso de desafuero era una forma de evitar que López se postulara a la presidencia de México en las elecciones de dos mil seis.

La controversia en torno al desafuero se intensificó cuando el Congreso de la Unión, encargado de votar si López debía ser desaforado, se encontraba dividido entre los partidos políticos. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), que entonces gobernaban México, votaron a favor del desafuero, mientras que los partidos de la oposición se opusieron.

Sin embargo, finalmente la Procuraduría General de la República no ejercitó la acción penal y todo quedó en un momento de gran tensión en la política mexicana, quedando claro que la letra de la Constitución es una y la aplicación otra.

 El proceso de desafuero generó una gran polarización en la sociedad mexicana, que se dividió en torno a la figura de López y su posible candidatura a la presidencia de México.

El desafuero también puso en evidencia las debilidades de las instituciones democráticas de México, especialmente del Congreso de la Unión, que fue incapaz de llegar a un consenso sobre el desafuero y se vio influenciado por intereses políticos partidistas. 

El desafuero fue el empoderamiento de López, quien logró capitalizar el apoyo popular que recibió durante el proceso de desafuero y utilizarlo para impulsar su carrera política hacia la presidencia de México, cargo que finalmente ganó en dos mil dieciocho, cavando así la tumba a la que tiene destinada a nuestra nación la cuarta transformación, si no ocurre algo que la salve en dos mil veinticuatro.

¿López violó la Constitución? Sí. ¿Le salvaron la vida los políticos del gobierno de Vicente Fox, por esa debilidad que lleva a traicionar al Derecho en favor de sus propios intereses? También.

El desafuero fue votado por trescientos sesenta diputados; si fuera cierto su discurso de que el legislativo siempre debe tener la razón, por ser la representación popular, entonces nunca hubiera sido presidente.

A quienes lo rescataron luego de violar la Constitución, les digo: ahí tienen el resultado, la tragedia que vive nuestro México hoy.