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Dueños de la calle

Por José Santos Zavala

Abril 05, 2023 03:00 a.m.

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¡Pendejo! Súbete a la banqueta. Es una frase que se escucha de manera frecuente en la vía pública; la cual se utiliza para dividir a la sociedad usuaria del espacio público en dos grupos, los que tienen auto y los que no. Quienes la expresan se sienten dueños de las calles, que han sido diseñadas para los automovilistas. Para el gobierno, este grupo social es su prioridad; las baquetas son cada vez más angostas, nunca reciben mantenimiento y están invadidas por el comercio; se destinan grandes cantidades de recursos para tapar baches y la gasolina tiene altos subsidios.

¿De quién son las calles? Esas que pertenece a todos y todas, donde se pasamos la mayor parte de nuestras vidas. Son un lugar de encuentro social, pero de las cuales se ha expulsado a la mayoría. San Luis Potosí tiene registrado un parque vehicular de un millón 242 mil 194 automóviles; además, circulan alrededor de 450 mil de procedencia extrajera, denominados “autos chocolates”. Es la zona metropolitana de la capital del estado donde se concentra la mayor parte de las unidades, por lo que se complica más el tránsito de personas.

En este sentido: ¿Qué significa que la mayor superficie del espacio público sea para el uso del automóvil? ¿Podemos pensar en ciudades más incluyentes, en cuanto a un uso del espacio público para quienes no son dueños de un automóvil? Unos contaminan, generan accidentes, siempre van de mal humor, agreden al peatón, de manera irresponsable bajan a sus amigos en carrieles centrales, adoptan comportamientos de superioridad. Los otros planean su tiempo, viajan en grupo, esperan pacientemente para que en los cruceros se les dé el paso. Reciben agresiones de todo tipo.

El espacio público se ha transformado, caminar es un peligro, no hay seguridad, hay que esquivar una gran cantidad de obstáculos. Predominan relaciones de poder desiguales; ellos, los automovilistas tienen prioridad en todo, los semáforos les dan más tiempo para su circulación, invaden las cebras por donde debe pasar el peatón; se suben a las baquetas, en caso de que haya, para estacionarse. Socialmente, se sienten superiores por el simple hecho de poseer un auto. “Pobres, que ni para comprar un automóvil tienen”.

Cuando los autos no eran dueños de las calles, se podía ver a niños jugando, adultos mayores caminando, árboles en las afueras de las casas, grandes espacios verdes; hoy nada de eso existe, predomina el miedo al pisar la calle, hay autos por todos lados; se ha perdido patrimonio cultural y paisaje natural. Las calles son grandes estacionamientos, donde los automovilistas pelean por un lugar. Lo humano ha desaparecido para cederle el espacio a bestias irracionales e inhumanas. La calidad de vida es muy baja para todos.

Se ha llegado a una situación crítica, que requiere repensarlo todo, darle un rostro humano al espacio público, donde los peatones tengan la prioridad, por lo que es necesario ampliar las banquetas, castigar de manera ejemplar a quienes no respeten las zonas peatonales, cerrar los estacionamientos, quitar el subsidio a la gasolina, impulsar un transporte público de calidad. Donde no te juzguen por la marca de automóvil que se pose, sino por la calidad humana que eres. Se tiene que recuperar lo que es de todos y todas. Próxima colaboración: 19 de abril de 2023. 

@jszslp