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Ejemplo mundial

Por Sergio Sarmiento

Marzo 26, 2021 03:00 a.m.

A

“Los malos ejemplos son más dañinos que los crímenes”. 

Barón de Montesquieu

A un año de sufrir los primeros golpes de la pandemia, nuestro gobierno se ha caracterizado por su optimismo. El presidente López Obrador ha señalado de manera reiterada que México es un ejemplo mundial. 

“Estamos dando una lección al mundo con nuestro comportamiento”, dijo el 11 de abril de 2020. El 2 de mayo añadió: México “está dando un ejemplo al mundo” y “estamos viendo la luz a la salida del túnel”. El 9 de junio insistió: “México está dando un ejemplo en el mundo porque logramos aplanar esta curva y evitar que se saturaran los hospitales sin medidas coercitivas, sin el uso de la fuerza. Con la participación voluntaria, consciente, de los ciudadanos. Esto no se logró en otras partes del mundo”. El 27 de agosto recalcó: “Yo espero que el caso de México al final va a ser un ejemplo. Vamos a escribir la experiencia de qué hicimos nosotros a diferencia de lo que hicieron otros países”. 

En realidad, México ha sido un ejemplo de lo que no hay que hacer en una pandemia. Our World in Data muestra que nuestro país tiene el mayor número de muertes excedentes y una de las peores caídas económicas. El ranking de resiliencia contra el covid de Bloomberg nos coloca en último lugar de los 53 países considerados. Las naciones realmente ejemplares son Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Taiwán e Israel. 

El subsecretario de salud Hugo López-Gatell previó en junio de 2020 que habría entre 30 mil y 35 mil muertos por la pandemia, con un improbable escenario catastrófico de 60 mil, pero hemos llegado a 200 mil fallecimientos oficiales, que podrían ser 600 mil reales. En lo económico, el presidente aseguró que en 2020 se crearían 2 millones de nuevos empleos, pero se perdieron 647,710 formales registrados en el IMSS y 2.4 millones de personas dejaron de estar ocupadas. La pobreza laboral pasó de 37.3 a 40.7 por ciento entre 2019 y 2020. 

La pandemia generó retos para todos, especialmente porque en un principio no se conocían bien sus características. Muchos gobiernos cometieron errores. Todavía esta semana la canciller Angela Merkel ofreció una disculpa pública por haber tratado de imponer un nuevo confinamiento rechazado por los alemanes. La diferencia es que otros países han tomado mejores decisiones o han corregido las malas. Muchos gobiernos, por ejemplo, empezaron a promover el uso de mascarillas cuando se demostró que la enfermedad se propaga fundamentalmente por aire. 

En México el presidente insiste en no utilizarlas y el subsecretario López-Gatell las minusvalora. El gobierno se negó en un principio a realizar pruebas y hasta la fecha el número aplicado, 45,487 por millón de personas, es uno de los más bajos del mundo. Veinticinco países tienen más pruebas que habitantes; Dinamarca, cuatro veces más. España, que AMLO presenta siempre como ejemplo de mal desempeño en la pandemia, acumula 895,590 pruebas por millón, 20 veces más. Es cierto que somos un país pobre, pero Chile ha aplicado 558,305 pruebas por millón. 

Las malas políticas se han traducido en México en 1,537 muertes oficiales por millón, pero la falta de pruebas engaña. El mejor indicador de la mortandad real es el 68 por ciento de muertes excedentes, el nivel más alto del mundo. 

Estamos cumpliendo un año en pandemia. El gobierno no es responsable de la enfermedad, pero sí de haber actuado con ignorancia y prepotencia. Si en vez de insistir que somos un ejemplo para el mundo el presidente hubiera escuchado a los científicos, no seríamos un ejemplo de lo que no se debe hacer. 

Estrategia

“Existe una estrategia política en contra nuestra para que el movimiento de transformación no tenga mayoría en la Cámara de Diputados”, declaró ayer AMLO. No es la primera vez que sostiene que una conspiración se opone a su causa. Por eso dice que todas sus derrotas han sido producto de fraudes. 

Twitter: @SergioSarmiento