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EL PRI Y SUS MISERIAS

Por Juan José Rodríguez

Octubre 05, 2023 03:01 a.m.

A

Sara Rocha Medina llegó a la dirigencia estatal del PRI, ahora está empeñada en permanecer ahí burlándose de la ley. En ambas empresas ha contado con el apoyo abierto del dirigente nacional, el nefasto Alejandro Alito Moreno. El futuro se ve sombrío, y nadie se extrañe si en fechas no muy lejanas, dependiendo de los fallos judiciales pendientes y la conducta de la dupla Sara-Alito, se dan episodios de violencia en ese ámbito.

Hagamos un poco de memoria. El pasado 27 de mayo, el entonces dirigente estatal priista Elías Pesina designó a Sara como secretaria de Organización del Comité Directivo Estatal, y acto seguido renunciaron a sus cargos él y la secretaria general Yolanda Cepeda. Aplicando el orden de prelación previsto en los estatutos, Rocha Medina pasó en automático a ser presidenta provisional, con un plazo no mayor de 60 días para convocar a elecciones de nueva dirigencia.

Dos semanas más tarde, el lunes 12 de junio, se expidió la convocatoria para elegir presidente(a) y secretario(a) general, lo cual debería ocurrir el sábado 17, una vez corridos los trámites de registro de las fórmulas interesadas. Ahí apareció el primer aviso de cómo vendrían las cosas: la convocatoria la firmó Sara, que previamente consumió varios días en ser aprobada por la Comisión de Procesos Internos del Comité Ejecutivo Nacional, lo cual significa que al momento de su publicación, Sara conocía todos sus términos y plazos. Desde el inicio de la partida jugó con cartas marcadas.

Pero ni siquiera eso fue lo peor. Para registrarse, debían cumplirse varios requisitos, como la condición de ciudadano, la residencia y no estar inhabilitados. Pero la trampa estaba en otros tres: pago de cuotas para estar al corriente, acreditar conocimiento de los documentos básicos partidistas mediante examen en el Instituto Jesús Reyes Heroles, y obtener constancia de estar inscrito en el padrón de militantes. Nada del otro mundo, salvo por un pequeño detalle: el pago de las cuotas, el examen de conocimientos y el trámite de la constancia de militante tenían que hacerse única y exclusivamente en la Ciudad de México, en oficinas de la dirigencia nacional.

La otra única fórmula que intentó registrarse -aparte la de Sara y Frinné-, integrada por el diputado local Edmundo Torrescano y la exdirectora del Instituto Estatal de la Mujer, Erika Velázquez, hizo hasta lo imposible para cumplir esos requisitos, pero no hubo manera: en las oficinas de tesorería del CEN nunca hubo nadie que los atendiera o les diera cita, ni siquiera un número de cuenta a dónde transferir el dinero. En el Instituto no había quién atendiera e igual en el área responsable del padrón de militancia.

Así, a la fórmula no oficial simplemente se le negó el registro- "por no cumplir todos los requisitos". Localmente la maniobra la implementó el moralmente derrotado Alberto Rojo Zavaleta. El día de la asamblea del Consejo Político ya no hubo necesidad de elección por haber una sola planilla. Para que la asamblea pudiera válidamente hacer la proclama de "elección" de Sara y Frinné se necesitaba la mitad más uno de los 422 consejeros, que no se completaron, pero les valió. Una auténtica marranada.

La dupla Torrescano-Velázquez acudió a la Comisión Nacional de Justicia Partidaria en junio, semanas después les respondieron dándoles palo, por lo que en julio acudieron al Tribunal Estatal Electoral, cuyos magistrados, en lenguaje llano, determinaron por unanimidad que los quejosos tenían razón, que les habían jugado muy sucio y que debería quedar sin efecto la "elección" de Sara y Frinné. Ambas tienen derecho a apelar esa resolución ante la Sala Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero por un mínimo de vergüenza, de decoro personal, por algo de dignidad, mientras tanto deberían alejarse de sus cargos y que asumiera una dirigencia provisional. 

Pues no, ya se emperraron en seguir ahí, escupiéndose a sí mismas. Tienen además, el apoyo del tortuoso Alito, quien el viernes pasado que estuvo en esta ciudad, dijo que Sara y Frinné ahí seguirán, por sus "atribuciones estatutarias". Es obvio que no estamos en un tema de exclusiva legalidad -que lo van perdiendo- sino de algo de decencia política. Ese prófugo de la justicia se dio el lujo de regañar a una veintena de los pocos priistas destacados que quedan y amenazarlos con cortar sus carreras políticas si se oponían a Sara.

Al final del día, lo que me interesaba decir es algo más bien breve: si la última instancia judicial ratifica el fallo favorable a Torrescano y Velázquez, y si Sara y Frinné con apoyo de Alito insisten en quedarse en sus cargos, mucho me temo que hay quienes desde ahora están dispuestos a ir a sacarlas a empujones. Esto, independientemente de un castigo severo en las urnas, no de la ciudadanía en general sino de los propios militantes -que cada vez son menos- verdaderamente indignados por tanto atropello, por tanta burla. Síganle.

ANDAN PREOCUPADOS

El primer aviso lo dieron encuestas recientes de buena factura y metodología, pero las luces rojas se encendieron con el pobrísimo resultado del plebiscito sobre la municipalización de Pozos. De rebote, Nachito Segura se cayó de la nube en que andaba y anda pasando aceite.

En consonancia con las mediciones nacionales de tendencias electorales más recientes y confiables (como las de ayer mismo en El Universal), varias estatales encomendadas por el gallardismo apuntan lo mismo: En San Luis Potosí el mayor porcentaje de intención de voto, por mucho, es para Morena como partido y para Claudia Sheinbaum como candidata.

Los 30 votos de ventaja que según Buendía y Márquez (la casa encuestadora de El Universal) le lleva Claudia a Xochitl, no preocupan en nada al gallardismo, pues finalmente le guste o no su franquicia local del Verde irá en alianza nacional con Morena en la contienda por la Presidencia de la República. Le plazca o no, Gallardo va a fuerzas con Sheinbaum. Probablemente busquen una negociación aceptable para las candidaturas al Congreso de la Unión: senadores y diputados federales.

El problema para el gallardismo-verde es que con quien quiera que juegue para las presidencias municipales y las diputaciones locales -claves para la gobernabilidad de su segundo trienio- las opciones morenistas arrasan. Dicho de otra manera, el enorme y a veces desmadrado esfuerzo gallardista para fijar su marca (PVEM) en la entidad no ha dado los buenos frutos deseados: si las elecciones fueran en estos momentos, los candidatos de Morena, sean quienes sean, les ponen una madriza espantosa a los del Verde, sean quienes sean.

Esto lo dicen estudios demoscópicos nacionales y locales. Son sobre todo estos últimos los que traen preocupados a los jerarcas del gallardismo.

Y ya con esas malas vibras encima, Nachito Segura sale con su batea de babas. Lo responsabilizaron del éxito del plebiscito, le dieron recursos que ya quisieran en Pensiones o en la UASLP, y no le escatimaron ningún otro tipo de apoyos. Según fuentes confiables, Gallardo Cardona esperaba mínimo unos cien mil votos a favor del Sí y unos 20 a 25 mil por el No. 

Con todo y las carretadas de dinero que se gastó y la abundancia de toda clase de recursos, el buen Nachito apenas consiguió 36 mil contra 9 mil, en número redondos. En total el 6.8 por ciento del padrón capitalino. Fracaso inocultable.

Me aseguran que la combinación de malas noticias significada por encuestas y plebiscito, son la razón de que el jefe del gallardismo haya comenzado a destapar prospectos de candidatos a diestra y siniestra y apresuradamente.

Una persona que conoce bien la manta me hizo un diagnóstico tan breve como categórico: "Gallardo recién comienza a darse cuenta que buena parte del capital político que trae se vuelve humo si confronta a Morena".

A propósito de estas versiones y expectativas, si Juan Carlos Valladares Eichelmann no es candidato por una alianza Morena-PVEM, que ni se meta. Si lo que le proponen es que vaya sólo por el Verde, lo están enviando al matadero, lo están usando. Allá él si se deja. 

COMPRIMIDOS

El tema de la municipalización de Pozos tiene muchas aristas. Por un lado, me parece obvio que entre menos municipios tiene un estado, mayor nivel de gobernabilidad ofrece y mejores posibilidades de planear su desarrollo encuentra. Por otro, es una legítima aspiración de muchos poceños -no de todos, como lo demostró el plebiscito- con justificación histórica, pero lamentablemente es sobre todo la punta del iceberg de un enorme proyecto inmobiliario que si se concreta va a beneficiar a un grupo de privilegiados, pero no al grueso de la población. La especulación con las tierras va a desmadrar la convivencia comunitaria. De mi se acuerdan.

Es verdad, la suspensión definitiva concedida la tarde del martes por un juzgado de distrito para detener la municipalización de Pozos hasta en tanto no se agota el juicio de amparo -lo cual puede tardar meses y meses- es solo una batalla y no la guerra, pero por lo pronto es un mensaje más, para quien quiera entenderlo, en el sentido de que ninguna voluntad, por muy de gobernador que sea, puede estar por encima de la ley. Puede hacer muchas cosas, pero no como le dé su gana ni en los tiempos que se le antojen. Creo además que un gobernador menos inseguro de sí mismo ya hubiera corrido al inútil de Uñas Largas, por eso precisamente, por bueno para nada. Mejor anda anunciando inversiones en infraestructura que verificando la viabilidad jurídica de las ocurrencias de su jefe. ¿O con mala fe lo deja irse de frente?

Por cierto, me llegan datos interesantes en el sentido de que alguno de los grupos afectados por la falta de pagos a Pensiones ha comenzado a explorar la opinión de abogados sobre la posibilidad de tramitar y conseguir el amparo de la justicia federal para que el Ejecutivo potosino pague los 4 mil millones de pesos que les debe. Sería interesante.

 Hace mucho que no veía yo un minivídeo que causara tanto revuelo en las redes sociales como ese del viernes donde se ve y se oye a Octavio Pedroza abrazando al gobernador Gallardo y diciéndole zalamero "Felicidades por tu trabajo". Ya no entendí nada.

Por lo visto Mario García no tiene patrón aborrecido. Jodido, jodido no creo que ande. Su pura pensión en la Universidad es superior a los cien mil pesos mensuales. Lo que sí, que a lo mejor le pegó duro el Alzheimer y ya se le olvidó su origen, carrera y compromiso universitarios. No recuerdo (y llevo en esto más de medio siglo) un gobernador que haya tratado tan mal a la UASLP como Ricardo Gallardo Cardona, y ahora resulta que el que fuera uno de sus rectores más jóvenes e influyentes ahí va corriendo presuroso a servirle en una dependencia desmantelada, sin recursos y cuyo máximo galardón es entregar su presupuesto a la Feria. Todo con tal de salir a cuadro, aunque sea comiendo caca.

Hasta el próximo jueves.

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