Familia y escuela Capítulo 10 Papá: Gracias

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¿Qué aprendemos de los padres? Antes de contestar, comprendamos lo siguiente:

La educación integral, que se ha planteado desde diversos autores, implica la diversificación de los contenidos y conocimientos que normalmente se enseñaban y se aprendían en la escuela, incrementando acciones para que, en los salones de clase y los diversos espacios educativos, se fomenten no solo los contenidos teóricos sino otra serie de actividades que impliquen el desarrollo del alumno en todas sus dimensiones y no solo la cognitiva. 

Esta forma de educar, reconoce que como parte del desarrollo del ser humano no solo están presentes los elementos teóricos y técnicos, sino que está conformado por aspectos como las actitudes, sentimientos, valores, emociones y más, que posibilitan en el individuo, las herramientas adquiridas para afrontar las distintas realidades que de manera cotidiana viven en su contexto.

Lo anterior ha sido asumido por diversos sistemas educativos, iniciando formalmente con el nivel básico y medio superior, el cual desde la propia Secretaría de Educación Pública ha implementado en su Reforma Educativa, puesta en marcha en el 2018 y establecida de manera declarada en los Aprendizajes Clave para la Educación Integral (SEP, 2017), insertando en sus programas de estudio un elemento, que personalmente considero fundamental: las habilidades socioemocionales.

En los niveles educativos superiores tenemos el ejemplo relevante de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), poniendo en acción desde el año 2016 el Modelo Universitario de Formación Integral (MUFI), el cual plantea formar a sus “… estudiantes en el ámbito profesional, ciudadano y personal, con un enfoque de responsabilidad social y sustentabilidad”, teniendo, desde mi punto de vista, una forma innovadora de proponer de manera declarada en un programa general, no obstante la carrera, el desarrollar profesionales con y desde un sentido humano y situados en su contexto.

No obstante, los importantes esfuerzos que, como he descrito en párrafos anteriores, se han hecho para hacer una educación de carácter humanístico, creo que se está dejando de lado otros aspectos de relevancia y sobre todo de un aporte fundamental en la formación y educación integral de los alumnos en todos los niveles.

Los alumnos difícilmente llegan “en ceros” o “vacíos” de conocimientos cuando ingresan a un nivel educativo; por ejemplo: cuando el niño de preescolar se presenta a su primer día de clases, lleva consigo todo un cúmulo de experiencias, conocimientos teóricos, costumbres y creencias, práctica de valores, hábitos de higiene y salud, entre otros muchos aspectos que sería imprudente desconocerlos.

En los alumnos de educación superior, por supuesto que llegan con diferentes y variadas formas de ser, múltiples conocimientos y actitudes, obtenidos no solamente de su educación formal en los años escolares anteriores, sino de una gran cantidad de medios y estímulos, incluidos los familiares.

Le llamo: “Educación Integral Diversificada” a reconocer que, en efecto, para educar y formar a una persona debe tomarse en consideración, no solo la enseñanza formal de conocimientos teóricos y “librescos”, sino que se debe incluir habilidades, actitudes, valores y emociones, entre otros aspectos; Pero, además, deben tomarse en consideración los otros espacios y actores, diferentes a los escolares y sus profesores.

Vayamos al caso del espacio familiar y específicamente de los padres de familia, ¿qué aprendemos de ellos?

Resulta muy interesante descubrir que, como quiera que sea o haya sido el tipo de familia en el que crecemos o hayamos crecido, recibimos de ella todo un gran paquete de conocimientos, valores, actitudes, hábitos, etc. Que fueron y son fundamentales para nuestro desarrollo en la sociedad que nos tocó vivir. 

Incluso si no tuvimos la fortuna de conocer a nuestros padres biológicos y estuvimos con abuelos, tíos u otras personas; o si no asistimos o solo cursamos algunos grados escolares; entenderemos que nuestros padres o tutores fueron, consciente o inconscientemente, los que generaron las bases con diferentes saberes en nosotros, para que pudiéramos crear nuestra personalidad.

No se necesita por fuerza de papás que tengan una clase social determinada; tampoco papás que tengan nivel educativo de posgrado, incluso están incluidos aquellos que fueron muy duros o agresivos con sus hijos, porque TODOS son importantes.

La inercia propia de las sociedades, los diferentes ritmos de la cotidianidad y las diferentes ocupaciones y presiones a los que somos sometidos desde pequeños, nos impiden a veces hacer un alto y reconocer lo que aprendimos de ellos, incluso hay quienes nunca lo han considerado.

Mi padre, J. Lorenzo Ibarra Rivera (QEPD), difícilmente cursó el primer año de educación primaria y tuvo una niñez azarosa y con dificultades y la ayuda de sus papás, logró salir adelante y aún sin el apoyo de una educación escolarizada se desempeñó en diversos trabajos; conoció a mi madre: Emma Hurtado Ramírez y formaron una familia, con principios y valores sólidos, que permitieron que sus 8 hijos crecieran en un ambiente de respeto, dignidad y honradez.

En las últimas semanas de vida, mi padre era muy insistente en decir la palabra: GRACIAS. Para todas las cosas que ocurrían, que se le daban; al comer, al irse a dormir, al recibir un medicamento, al observarnos, para todo la repetía. 

El fue “Maestro de vida”, no requirió tener estudios avanzados para enseñar con su actuar esa palabra, hasta en su último día, antes de partir, mencionó: GRACIAS… ¿qué escuela o universidad tiene en sus planes de estudio el ser agradecido?, probablemente algunas, en este caso lo aprendí de él y se quedó grabado en mi mente y en mis acciones.

Yo hago un alto en el camino para reconocer lo que aprendí, en este caso de mi padre, tú: ¿qué has aprendido de los tuyos?

La “Educación Integral Diversificada”, reconoce diferentes saberes, no todos teóricos, así como distintos escenarios, no solo la escuela y creo que estaremos convencidos que, esos saberes, forman parte importante de lo que hoy somos como humanos.

…Donde quiera que te encuentres, ve tranquilo, aprendí mucho de ti.  

Papá: Gracias.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx