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Familia y escuela Capítulo 172: La inteligencia humana y la inteligencia artificial

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Julio 26, 2023 03:00 a.m.

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¿En verdad nos sorprende el que la inteligencia artificial tome el control de nuestras vidas?

Es muy probable que haya entrado “de puntitas por la puerta de atrás”, pero no podemos decir que nos agarró de sorpresa, sobre todo cuando nosotros mismos hemos dejado la puerta abierta y le hemos venido, no solo cediendo el mando de nuestras acciones, sino literalmente el control de nuestra existencia.

Desde luego que existen aquellos que admiten conscientemente que el avance de la ciencia y sobre todo de las máquinas, herramientas y la tecnología basada en la cibernética, era indispensable y que provee inmejorables beneficios para el bienestar de las personas; sin embargo, a pesar de estas aportaciones, ¿hasta qué grado el humano pierde su condición de ser integral?

Esa condición de humanidad con las características de ser falible, perfectible, con intuición y sentimientos, miedos y valentías, valores y decisiones, sueños y aspiraciones; se ha cambiado por la seguridad de un código binario, un contundente y simple “sí o no” y nunca un “probablemente”.

Hemos ido paulatinamente cediendo nuestras características de vida terrenal, por la esperanza de la perfección; como aquellos aborígenes americanos, cambiando oro y piedras preciosas por cristales y espejos, sin darse cuenta de que detrás de esos brillantes materiales, venían aparejados la viruela y el sarampión.

No podemos quejarnos de que la inteligencia humana esté siendo rebasada a toda velocidad por la artificial, puesto que ésta es creación nuestra y bastaría con recordar algunas formas y ejemplos en que le fuimos dando cabida en nuestras vidas.

Observando en retrospectiva, es innumerable la cantidad de películas, series y documentales en los que se mostraba cómo las máquinas y las computadoras adquirían su independencia, al tomar decisiones propias y hasta el mando de todas las situaciones, dejando de lado y hasta intentando eliminar al ser humano; en esta búsqueda hacia el pasado como advertencia, nos damos cuenta de que nunca fuimos capaces de sacar la ficción hacia planos posibles de la realidad.

En el terreno familiar y sus hogares, desde la aparición de la televisión se venía observando cómo la dinámica que se establecía de convivir, en su sentido original de dialogar o compartir con los otros las vivencias ocurridas, ahora se presentaba como centro de atención a un invitado a la mesa, sala y hasta en la cama; pero esto no fue todo, en la evolución de medios cibernéticos irrumpen pantallas, laptops, celulares y otros aparatos a los cuales tuvimos la osadía de llamar: “inteligentes”, los que no solo son el centro de atención, sino que ahora dividen a la familia separando a cada individuo.

En las diferentes profesiones, se ha llegado a dejar de lado el sentido humano de la intuición y la capacidad empírica que da la experiencia, por la seguridad que ofrecen los resultados de una computadora, programa o aplicación informática que “ordena” el procedimiento a seguir.

En cuanto a las relaciones humanas, éstas se han visto impactadas directamente por la artificialidad que se ofrece para “ser” toda una persona incluida y aceptada socialmente, brindando, cual sustancia alucinógena, realidades alternas en las cuales puedes crearte y recrearte de la forma, color, tamaño, género y en lo que se ocurra convertir; se llega a preferir el tener un teléfono “inteligente” que un amigo o pareja inteligente; a dialogar con seres alternativos, como “Alexa”, en lugar de la calidez de ver, sonreír y sentir la presencia física de alguien, incluso aceptar el sexo virtual. 

La creatividad, el ingenio y la innovación, características de los personajes que se atreven a generar contenidos; se ven ahora expuestos ante la irrupción de máquinas y algoritmos creadores de obras realizadas en segundos y sin la necesidad de la visita de alguna musa o estado de ánimo que impulse a plasmar sus sentimientos y visiones de sus diferentes realidades.

Si volvieran a nacer en nuestra época ¿qué sería del gran Leonardo, Arquímedes, Beethoven y miles de creativos más? y ¿qué será de los creativos actuales? todos ellos obligados a competir contra inteligencias artificiales frías, insensibles e infalibles.

Es innegable el aporte que la ciencia y la tecnología ha hecho para el bienestar social, pero a la par de ello, nos ha vuelto confiados y despreocupados, al omitir la cualidad más importante que separa a la especie humana en el reino animal: el pensar y reflexionar; empecinados en solo tocar un botón y que la inteligencia artificial haga todo el trabajo por nosotros; es así que, diversas cualidades están enfiladas a desaparecer; es entonces que, ahora más que nunca, tenemos que encausar una educación integral diversificada, de la cual hablaremos en el siguiente capítulo.

¿En verdad nos sorprende el que la inteligencia artificial tome el control de nuestras vidas?

Comentarios: gibarra@uaslp.mx