Femeca

La Federación Mexicana de Colegio de Abogados AC, designó al abogado potosino José Manuel Fajardo González, como el nuevo Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Femeca, para el periodo 2019-2021, esta organización nacional impulsa la colegiación, certificación, y profesionalización de los abogados/as mexicanos/as vinculándose con organizaciones internacionales afines. 

La anterior noticia, de suyo, es motivo de beneplácito para el medio de los juristas potosinos, y lo será, cada vez que uno de nosotros logre la representatividad del gremio a nivel nacional, sea de la barra o colegio que fuere, como anteriormente, han sido los ejemplos de José Mario de la Garza en la Barra Mexicana de Abogados, o de Martín Vaca en la propia Femeca. Esto, no es más que el fiel reflejo de la madurez y trascendencia, y reconocimiento nacional que han alcanzado los abogados de San Luis Potosí. 

Razón de ello, me reuní con el Licenciado Manuel Fajardo para conocer sus líneas y programas de acción, me sorprendió, el diagnóstico certero que posee de la problemática a nivel nacional, lo cual, se explica, por una parte, por su trayectoria y experiencia que ya tenía en la representación de colectivos, a partir, en un inicio de las organizaciones sindicales, llevándolo, después, a participar en agrupaciones de profesionistas, de hecho, fue fundador de la Federación de Profesionistas en S.L.P, donde actualmente es vicepresidente. 

Pero, sin duda también se explica por su propio perfil, un profesionista bien ubicado, con los pies en la tierra, enemigo de la suntuosidad y superficialidad, así, me comentaba que los gastos de representación los cubrirá de manera personal, dejando los recursos de la organización para los fines y objetivos sustancialmente necesarios. 

Orgulloso de su esencia, de sus raíces, se define como un “liberal”, fiel admirador del quizá el primer ombudsperson en México, el abogado potosino Ponciano Arriaga durante el gobierno del benemérito Benito Juárez, en consecuencia, esta cosmovisión permea en su actuar cotidiano; coincidente en la necesidad de urgencia de una política moral, lo cual, implica necesariamente la criticidad cívica o ciudadana, algo que el gremio de abogados ha quedado a deber. 

Consiente de la complejidad de amalgamar nuevas reglas garantistas y pro derechos humanos en un gremio educado en otra lógica estatal, por ello, reconoce la necesidad de la ininterrumpida capacitación en el nuevo sistema de justicia penal, el cual, no termina de cuajar, de nada servirían sus bondades prometidas, sino se logra entender su teleología, es absurdo.

Así mismo, participa de la necesidad del involucramiento del gremio de los abogados en la problemática de la seguridad pública, es decir, el nuevo Presidente de la Femeca no titubea al reconocer que ser quiere de un enfoque más integral   donde participe activamente la sociedad civil, es evidente, que el paradigma de respuesta exclusivamente de fuerza policíaca quedó plenamente superada por la realidad social de México. Además, me señalaba que, la colegiación obligatoria de los abogados es una permanente y constante proclama, cierto es, se encuentra congelada en el Senado de la República la propuesta respectiva, empero, son los propios abogados quienes no dejan que el tema se ancle, dado que su justificación radica en un compromiso social de contar con un gremio ético y con la capacidad necesaria para realizar su trabajo. 

Los retos, decía, son enormes, implica una buena política de vinculación hacia las facultades de derechos para dar preferencia al ejercicio de prácticas, que, acerquen al estudiante a la realidad de los problemas, esto es verdad, en la actualidad los modelos de educación para los juristas, son inminentemente teóricos. Además, esta vinculatoriedad auxiliaría para que sean los propios abogados, quienes encuentres espacios de actualización y reflexión permanente para los temas jurídicos, en verdad, es muy veloz la dinámica que se vive en la disciplina del derecho, que, si no se actualizan quedan completamente desfasados. 

Queda la latente la preocupación para universidades “patito” que egresan profesionistas mal cuajados ello por carecer de un compromiso con la sociedad, lo mismo ocurre, con las asociaciones, barras o colegios que poseen sólo un agremiado, o que son carentes de una constitución formal, a través, de una escritura pública o un alta en la Secretaría de Hacienda. 

El tema no es nada fácil, pero, cuando menos se advierte que hay reconocimiento de las dificultades. 

Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.

carloshernandezyabogados@hotmail.com