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Gasolinería

Por José Santos Zavala

Marzo 08, 2023 03:00 a.m.

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¿Qué tiene de malo una gasolinera? Si visitamos grandes ciudades, es habitual verlas rodeadas de viviendas, comercios, hoteles. Su instalación genera diversas reacciones entre vecinos; la mayoría la ve con inquietud e indignación, aunque también los hay que simplemente se encogen de hombros ante la apertura de estos negocios. Es preciso tener en cuenta, que en tiempos de preocupación medioambiental y de transición hacia fuentes de energía limpias, debe predominar el interés social general frente a los beneficios económicos privados.

El primer lugar, diversos estudios científicos han demostrado su efecto nocivo en la salud de las personas, especialmente en la primera y tercera edad. Una estación de servicio provoca que la concentración de compuestos orgánicos volátiles como el benceno, tolueno y xileno aumente a niveles altos en sus inmediaciones. Estas sustancias son una de las principales causas del cáncer de pulmón; además, vivir cerca de una de ellas puede llegar a cuadriplicar el riesgo de leucemia en niños.

En segundo lugar, derivado de su actividad, aumenta de manera considerable el tráfico de vehículos; que conlleva una mayor inseguridad, porque son calles transitadas por niños, familias y adultos mayores. Estos negocios suelen estar abiertas las 24 horas, con lo que el descanso, si la gasolinera tiene mucha actividad, se hará difícil especialmente en las viviendas cercanas. La posibilidad de accidente es remota, pero no imposible; hay que recordar que una gasolinera almacena miles de litros de combustible, 50.000 es el promedio. 

En tercer lugar, la transformación del entorno es uno de los mayores enemigos de la plusvalía; la apertura de estaciones de servicio en zonas habitacionales devalúa el valor de las viviendas hasta en un 50%, especialmente de las más cercanas. Además, tendrán que mantener las ventanas cerradas porque el olor a gasolina es intenso y el ruido muy molesto. Sus dueños ganarán dinero, pero los vecinos perderán su salud, tranquilidad y seguridad. Este daño es un golpe bajo, porque las viviendas estaban ahí mucho antes que el nuevo negocio. 

Hay normas que regulan su ubicación, las cuales señalan la distancia que debe haber entre éstas y las viviendas y otras áreas públicas, de manera que violar dichas reglas puede representar un grave riesgo de siniestro. Los Ayuntamientos, en el México y el mundo son los mejores aliados de la sociedad para evitar la instalación de estos negocios en zonas habitacionales; son ellos lo que garantizan su seguridad, pero si prostituyen sus decisiones en beneficios de intereses privados, están traicionado a quienes los llevaron al poder.

En conclusión: Las gasolineras tendrán que estar lejos de la población vulnerable, como niños o personas mayores, y de las zonas residenciales; las sustancias que emiten dañan la salud y empeoran la calidad de vida. Si el cáncer no les quita el sueño a las autoridades locales, quizá la salud de tus hijos sí. Desde esta columna nos sumamos de manera solidaria al rechazo ciudadano por la instalación de una nueva gasolinera en el centro de la cabecera municipal de Santa María del Río. Próxima colaboración: 22 de marzo de 2023.

@jszslp