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GRAVES CONFUSIONES

Por Juan José Rodríguez

Enero 26, 2023 03:00 a.m.

A

Hay veces que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona se muestra capaz de convivir madura y civilizadamente con la crítica, pero todo es cosa de que se le cuestione alguna de sus ocurrencias más apreciadas para que pierda los estribos y comience a sustituir argumentos con dicterios. Así ha sucedido con el delirante proyecto de construir con cargo al presupuesto una Arena similar a otra que ya existe. Con todo, creo que tiene la inteligencia natural suficiente para comprender que conforme enseñe modos de cacique chicharronero habrá potosinos y potosinas que comiencen a enseñarle modos de insumisos, o de plano de insurrectos.

Tengo para mí que los extravíos y arranques de ira que acometen de repente a Gallardo son sobre todo producto de una triple confusión: la primera deriva de que no ha logrado entender que es el muy poderoso, legitimo y reconocido gobernador del Estado Libre y Soberano de San Luis Potosí, pero no el presidente de la República de San Luis Potosí (que ni existe). Segunda, que el que es Libre y Soberano es el Estado, no él, y tercera, que los dineros y recursos públicos no forman parte de su patrimonio personal sino que están puestos a su cuidado y administración, no se los heredaron en las urnas. Son de su responsabilidad no de su propiedad.

Antes de pasar a algunas otras consideraciones más generales, detengámonos unos párrafos en el tema de la Arena Potosí, a cuyos críticos ya Gallardo les (nos) dijo dueños de mentes chiquitas, retrogradas y jodidas, y acto seguido mintió alegremente para tratar de ofrecer algún argumento. Dijo que El Domo, que es una construcción con el típico diseño de Arena o auditorio, era “chiquito” y que ni estacionamiento tenía y por eso utilizaba el de la Feria. El Domo tiene capacidad para 11 mil espectadores, mientras que el proyecto dado a conocer por el gobierno gallardista para su propio edificio es de 10 mil. Si la lógica matemática no ha sido desterrada de este planeta, 10 mil es menos que 11 mil; es decir, la Potosí está proyectada “más chiquita” que la ya existente. En cuanto al estacionamiento, una pregunta obligada: ¿Cuál va a utilizar el nuevo centro de espectáculos? ¿Le van a hacer uno subterráneo propio o igual se va a servir del de la FeNaPo?

El Domo, como es bien sabido, es de propiedad privada; su inversión salió de los bolsillos de empresarios, mismos a los que van a parar las utilidades -cuando las hay- o de donde también salen las pérdidas. Si en la visión gallardista su anhelada Arena Potosí va a ser una fuente de ingresos frescos para la hacienda pública, eso plantea dos alternativas: ¿el Gobierno potosino va a regresar al esquema setentero y meterse a empresario o va a hacer la inversión y luego concesionar baratito el changarro a algún cuate?

En sus recientes y atropelladas defensas de su acariciado proyecto, Gallardo Cardona ha dicho que nuestra ciudad es merecedora de un inmueble de esa naturaleza a la altura de los que tienen la Ciudad de México y Monterrey. Lo primero que a este respecto hay que decir en voz alta es que ambas edificaciones, la capitalina y la regiomontana, son de propiedad privada -del grupo de Salinas Pliego para más señas- y no parecen estar siendo un gran negocio. 

En otra vuelta de tuerca para jalar simpatías a su iniciativa más controversial hasta la fecha, el mandatario potosino soltó que la Arena Potosí podría ser sede de partidos de la NBA (National Basketball Association), la espectacular e inigualable liga norteamericana de baloncesto. Le tengo una mala noticia, en los 30 años transcurridos desde el primer juego de ese nivel en territorio mexicano (en 1992) en total se han celebrado 31 -uno por año-, y de estos, 29 se han verificado en la Ciudad de México y dos en Monterrey. Los más recientes en la capital del país han tenido lugar en la ya mencionada Arena Ciudad de México, con capacidad para 23 mil espectadores. Los de la Sultana del Norte, en la hermana Arena Monterrey, con capacidad para 17 mil 500. Si para atraer un espectáculo de esa categoría se le va a ofrecer a la NBA un escenario donde caben mil asistentes menos que en el otro que está a un lado y con el mismo estacionamiento, ¡se van a morir de risa!

En su apasionada defensa de una causa inconsistente con las prioridades de la entidad, RGC comentó que en Puebla ya estaban haciendo también una Arena de primer mundo. Una semana antes de morir el 13 de diciembre pasado, el malogrado mandatario poblano Miguel Barbosa publicó en el periódico oficial una convocatoria para contratar la elaboración del Proyecto Ejecutivo de un edificio de ese tipo, pero sin que estuviera claro si llegado el caso lo construiría el gobierno estatal con recursos propios o impulsaría la participación privada. Si aquí ya existe, además del esbozo arquitectónico exterior, un proyecto a nivel de detalle, pues que guardadito se lo tenían. ¿Quién lo hizo? ¿Se licitó o fue a dedo? ¿El proyectista será también el constructor?

LECCIONES TE DA LA VIDA

Les platico una breve historia: hace unos tres años, ya con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia, motivado por su cercano amigo Enrique Galindo Ceballos, el escultor Sebastián ofreció hacer, sin cobrar honorarios, una escultura monumental que podría instalarse por los rumbos del Cerro de la Corona o en las Lomas. El chiste era que pudiera verse prácticamente desde cualquier punto de la ciudad. Descontado lo que haría gratis el artista, de cualquier forma entre materiales (acero, soldadura, pintura, etcétera), mano de obra especializada, base, traslado, instalación y demás, el proyecto consumiría algunas decenas (no centenas) de millones de pesos.

Inicialmente, cuando le presentaron la idea, el entonces gobernador Juan Manuel Carreras dijo que adelante, que él jalaba y que se buscaran otros patrocinadores para aligerar la carga al gobierno. Semanas más tarde, cuando Galindo y Sebastián quisieron avanzar en la concreción del proyecto, Carreras ya no estuvo dispuesto a poner ni un clavo. 

Tiempo después, alguien de su confianza le preguntó por qué se había echado para atrás en ese asunto. Su respuesta, palabras más palabras menos, fue que había caído en cuenta de que se trataba de una obra que no encajaba en el esquema de austeridad y prioridades del presidente López Obrador, con quien mantenía una buena relación y no quería que nada la empañara, sobre todo porque estaba gestionando recursos federales para obras verdaderamente urgentes. Sin duda Juan Manuel tenía sus ratos de lucidez. (¿Qué le pasó después? Si alguien sabe que lo comparta, porfa).

El sábado pasado Claudia Sheinbaum no vino personalmente a San Luis porque se le han acumulado muy serios problemas con las fallas en el Metro y porque las autoridades electorales le sacaron tarjeta amarilla por sus paseos en los estados. Para no quedar tan mal, su equipo propuso una comparecencia no presencial; una conferencia sobre políticas de gobierno exitosas trasmitida vía electrónica desde la Ciudad de México.

La charla fue algo extensa y tocó una amplia variedad de temas, pero desde el principio destacó que si en algo su administración se identifica con la del presidente López Obrador, es en la observancia de diciplinas como la austeridad, el mejor destino posible de los recursos financieros y el combate a la corrupción.

Gallardo no asistió (quién sabe por qué, era día inhábil) pero ojalá alguien le haya pasado la película completa.

Antes de ir a otros temas, algunas referencias adicionales. A propósito del cambiante humor de Ricardo Gallardo Cardona frente a la crítica periodística, profesional y sustentada (las redes son otra cosa, pero no son lo mío), me siento obligado a decir que carece del menor sentido de los equilibrios y las proporciones: por cada uno de los dos o tres vagos que cuestionamos su desempeño como gobernador, dispone de diez o veinte aplaudidores, lisonjeros y merolicos que le endulzan el oído todo el día. Y no solo en los medios tradicionales o en portales más o menos serios sino también en espacios fantasmales. Y cuando la paciencia se le agota, siempre le queda su esbelto mastín El Chiquilín.

Frente al tristísimo papel, en términos de crítica y hasta de simple opinión, en que han caído figuras tan señeras de la oposición como el Caco, Yolanda y Pesina, alguien me dijo que no fuera injusto con ellos y ella, que tomara en consideración que les han armado carpetas de investigación voluminosas y que con eso los traen pero bien espantados. Diré lo que respondí: El miedo puede imponer cautela, precaución, media o prudencia, no tiene por qué imponer lambisconería, entreguismo, o renuncia al mínimo decoro personal. Sin duda este es el párrafo más inútil y desperdiciado de cuantos he escrito hoy.

Por último y para lo que sirva: Gallardo Cardona se ayudaría mucho a sí mismo si recuerda la buena dosis de razón que asistía al doctor Salvador Nava Martínez cuando sostenía que en materia de inconformidades colectivas los potosinos somos como el atole: tardamos mucho en calentarnos pero tardamos más en enfriarnos.

COMPRIMIDOS

Por otro lado, no cabe duda que Gallardo es suertudo. Prácticamente el mismo día le llegaron la inversión de la BMW y la venta del terreno de la Ford que le aportará dos mil millones de pesos entre este y el año próximo. Detrás de ambos logros está el empeño y dedicación de Juan Carlos Valladares Eichelmann, a quien lo mueve sobre todo el amor por el terruño. Ojalá ya le den oficinas o con qué rentar unas decentes. Él y su gente siguen amontonados en un espacio del Centro de Convenciones.

A mi que me castigue Dios por mal pensado, pero todo ese “Choro Mareador” (Pejius dixit) del Semáforo Estatal de Rendimiento del Gobierno Potosino es un invento chafa para coscorronear a Leonel Serrato, a quien no se animan a decirle las cosas derechas y en su cara porque capaz que va por su banquito. ¿O no?

Espero que no se depriman las señoras y los señores trabajadoras y trabajadores al servicio del Gobierno del Estado, pero el diseño del nuevo modelo de servicios médicos que se les va a imponer les guste o les disguste, fue diseñado por los mismos tocayos que implementaron el sistema Axioma Kusuri. ¡Santa madre de Dios! No llenan.

Los atajos ilegales que algunos titulares de dependencias estatales están utilizando crecientemente para resarcir a sus mejores colaboradores las compensaciones oficiales y legales que les cortaron abruptamente “por instrucciones superiores”, van camino de convertirse en una plaga que andando el tiempo va a meter en serios problemas a esta administración.

Hasta el próximo jueves.