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HABLEMOS DE FUTBOL

Por Juan José Rodríguez

Junio 03, 2021 03:00 a.m.

Hoy toca hablar de futbol, con un poco de imaginación. Si ahora que regresó a dirigir el Real Madrid a Carlo Ancelotti le dicen que tiene carta blanca y chequera abierta para los refuerzos que necesite, y pide a Manuel Neuer, el gran portero del Bayern; que no dejen ir a Sergio Ramos, que le traigan al otro formidable defensa central Virgil Van Dijk, del Liverpool, y que consigan al medio defensivo Joshua Kimmich, todo mundo entenderá que quiere armar un equipo defensivo. Si, por el contrario, Ancelotti pide que por ningún motivo dejen ir a Luka Modric, que regrese Cristiano Ronaldo, que le consigan a Neymar y al deslumbrante veinteañero Erling Haaland para el centro del ataque, ninguna duda quedará a nadie que quiere una escuadra ofensiva.

A ver, si observamos que Ricardo Gallardo Cardona se trajo al exdelegado federal más corrupto que haya pisado estas tierras como su coordinador general de campaña; que trae como principal consejero a un controvertido exfuncionario del gobierno de la Ciudad de México, sospechoso de enriquecimiento inexplicable y otras linduras, y que importó de Tamaulipas a varios operadores de negros antecedentes, lo que nos está queriendo decir es que no está armando un equipo sino que está formando un comando para asaltar las arcas públicas de nuestro estado. Sobre aviso no hay engaño.

En algunos momentos quiero pensar que tanto cinismo y desafío son una forma de alerta que nos manda el propio Ricardo para que no votemos por él, producto de fugaces triunfos de lo mejor de sí mismo en los terribles conflictos internos que lo consumen. Pero luego, como la ranita René de los memes, me doy cuenta de que ya lo hizo en Soledad -saquear arcas públicas- y que apoderarse de 200 millones de pesos a cambio de once meses de cárcel es un negocio difícil de superar. Ahora, como lo he dicho y no me cansaré de repetirlo, va por el presupuesto estatal que es 50 veces más grande que el del vecino municipio.

Para mi pesar, en este tipo de especulaciones siempre concluyo que en realidad esos groseros desafíos pollunos son actos de extrema soberbia. Son algo así como gritar que ya se sabe dueño de nuestro estado y que puede hacerse acompañar de Alí Babá y sus 40 ladrones y de todos modos los potosinos lerdos, desinformados, pusilánimes o valemadristas vamos a entregarle el poder de saquearnos. Si así ocurriera (cosa que dudo mucho, muchísimo), merecidas tendríamos cuantas desgracias cayeran sobre nuestras cabezas.

No dejemos de lado el hecho palpable de que nuestra hacienda pública está además en la mira del que probablemente sea el partido político más corrupto, más deleznable y más vomitivo, que lo quiere de Caja Chica. No es ni casual ni circunstancial la visita que nos hizo la semana pasada el dirigente Verde Arturo Escobar, para venir a respaldar incondicionalmente a Gallardo Cardona y lanzar diatribas contra sus oponentes. Vino a defender el billete. Ajeno, pero esas nimiedades lo tienen sin cuidado. Su visita coincidió con la aparición de varias encuestas serias, hechas en vivienda, con mil o más entrevistados, uso de boleta simulada y urna -o sea con la técnica y metodología más confiables- que comenzaron a señalar firmemente que Octavio Pedroza pasaba del empate a la ventaja. Se trata de trabajos hechos o contratados por medios de comunicación, no pagados por ningún candidato.

NO SOY EL ÚNICO

Si a nivel nacional las del próximo domingo serán las elecciones más grandes de la historia, para nosotros los potosinos serán las más importantes en muchos, muchos años. Mi amigo historiador Oscar G. Chávez considera que son las más trascendentales en poco más de un siglo. En abril de 1917, luego de unas elecciones fraudulentas, llegó a la gubernatura potosina el general Juan B. Barragán, quien durante los dos años que duró su mandato se dedicó básicamente a perseguir gavilleros y a extorsionar hacendados y propietarios urbanos. Fue el suyo un gobierno de notable corrupción y abusos de poder.

Mutatis mutandis, es el alto riesgo que a la luz de los hechos, los antecedentes, los equipos, la formación y los estilos corremos ahora. Estamos ante la posibilidad real, presente y sólida de ser gobernados por la delincuencia.

A propósito, alguien me comentó hace un par de días que soy el único que califica de delincuente a RGC. No es así. Al abanderado Verde-PT lo han acusado de cometer delitos (en eso consiste ser delincuente), por lo menos los siguientes individuos y entidades: La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en el 2014, dentro del sexenio peñanietista, quien lo denunció ante la entonces Procuraduría General de la República. El Ministerio Público Federal a través de varios agentes adscritos a la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delincuencia Organizada (SEIDO), que fue quien consignó el caso y obtuvo sin ningún problema la orden de aprehensión correspondiente.

También, el juez federal de Distrito radicado en Hermosillo que revisó el expediente y dentro del término legal le dictó auto de formal prisión (así se denominaba en aquella época) sin derecho a fianza por la gravedad de los delitos imputados, y el magistrado del Tercer Tribunal Unitario del Quinto Circuito igualmente radicado en Hermosillo, quien confirmó el auto de formal prisión dictado en la primera instancia. Finalmente, el magistrado del Segundo Tribunal Unitario del mismo Circuito y residencia, que aunque lo dejó en libertad porque en su opinión no se acreditaron los delitos que se le imputaban, insistió por lo menos tres veces en su extensa sentencia que “bien podrían configurarse otros ilícitos”.

En resumen, quienes tildamos de delincuente a El Pollo somos bastantitos. No está en la cárcel por dos razones principales: buena parte de su dinero mal habido lo ha gastado en abogados muy caros pero por lo visto bastante eficaces, y de casi tres años para acá por arreglos políticos con Morena y con el Verde. Este último lo defenderá hasta la ignominia habida cuenta de que lo quiere para gerente de su Caja Chica.

De acuerdo al docto conocimiento de Oscar G. Chávez, hace 104 años que San Luis Potosí no enfrentaba un riesgo semejante, con la enorme diferencia de que cuando se postuló para la gubernatura el general Juan B. Barragán no había mostrado sus malas mañas, en tanto que en la actualidad ya hace buen rato que Gallardo Cardona, todo su clan y la inmensa mayoría de sus compañeros de viaje han mostrado hasta la fatiga su falta de escrúpulos, su codicia y su desprecio por la ley. Permítaseme la repetición: sobre aviso no hay engaño.

COMO DIRíA 

YA SABEN QUIéN

Hay un ángulo de enfoque a todas estas cuestiones que en ratos llevan a pensar que si finalmente la desgracia se abate sobre nosotros y pasamos a ser gobernados por una banda delincuencial, cuando menos en cierta medida merecido lo tendremos. Por pusilánimes, por coyones, por cómplices silenciosos, por cínicos y sígale usted. Me hormiguean hasta el dolor los dedos por las ganas de escribir palabras más fuertes, pero luego me acuerdo de que mis nietas me leen y debo contenerme.

Salvo muy escasas y honrosas excepciones, como la de Horacio Sánchez Unzueta ayer, quien siempre ha traído bien fajados los pantalones, la inmensa mayoría de los prohombres de nuestra vida pública -políticos, empresarios, profesionistas, intelectuales, académicos- han callado como momias.

Yo tenía confianza en que esos potosinos destacados que han dado muestras de enorme valentía cuando se trata de conquistar cuanto presidum se les atraviesa, algo dirían, pero nada. Igual esperanza alenté pensando en que algunos de nuestros próceres capaces del mayor heroísmo a la hora de sacar el pecho para colgarse cualquier medallita, así se trate de una corcholata, y nada. 

Estuve observando con atención a esos prósperos empresarios que todo el trienio 2015-2018 se quejaron de ser extorsionados con lotes, locales o departamentos de sus desarrollos inmobiliarios, y constaté cómo se pusieron el uniforme, agarraron el fusil de forma extraña y fueron a derramar su sangre en las trincheras terribles del Hoyo 19. Y qué decir de esos adalides de la sociedad civil que con un arrojo épico son capaces de derrotar en fiero combate a 12 micrófonos, 15 grabadoras, 9 cámaras y 4 libretas para descalificar congresos pero que en temas de mayor riesgo enmudecieron ¡sí! como momias.

De algunos, no me extrañaría que ya tengan listas las cuerdas y tablas para tender puentes rápidamente y, llegado el caso, ser de los primeros en la genuflexión para ver si luego las exprimidas de bolsillo son menos severas. Como dice el dicho, para eso me gustaban.

COMPRIMIDOS

Otro de los mitos geniales que recorren nuestros ambientes político-partidistas es que la elección de gobernador del próximo día 6 será la primera a tercios en nuestra historia. Exageración: Hace seis años Juan Manuel Carreras ganó con el 35.65 por ciento de los votos (380 mil 128) contra el 32.95 (351 mil 352) de Sonia Mendoza, y Fernando El Calolo Pérez Espinosa levantó el 18.46 por ciento de los sufragios, equivalente a 196 mil 931. Esos números nos hablan de tres partes importantes. Al final, JMC le ganó a Sonia con el 2.7 por ciento.

Este domingo por ahí van a andar las cosas en términos porcentuales, con la ventaja para Octavio Pedroza, seguido de El Pollo y en tercera posición la doctora Mónica. Sé que más de uno van a levantar la ceja con estas afirmaciones, pero no me puedo sacar de la cabeza la elección municipal del 2018, cuando contra todo pronóstico el desplome de la Gallardía fue estrepitoso. Del 2015 al 2018, con tres años en el poder, repartiendo garrafones, despensas, láminas, tortillas baratas y demás, Gallardo Juárez cayó de 131 mil 500 a 89 mil 894 votos. Poco faltó para que perdiera 2 a 1. El mismo aroma de entonces se percibe ahora en el ambiente, entendiendo la diferencia entre una elección y otra.

Ya cerrado el ciclo de debates entre candidatos de uno y otro nivel, para un servidor lo más rescatable es que terminaron mejor de como empezaron. Es decir, para fortuna se fue de menos a más y no a la inversa. Todavía queda mucho por avanzar pero hay tiempo de sobra para la próxima ocasión que se hagan necesarios, en el 2027. Dentro de tres años se puede ganar experiencia con aspirantes a alcalde.

Bien. Estamos en las vísperas de unas elecciones particularmente importantes para nuestro futuro como personas, como integrantes de una familia, como ciudadanos, como comunidad. No podemos hacernos los desentendidos. Las señales de peligro están encendidas en rojo encarnado. Hay que salir a votar con claridad de ideas. Vaya a votar, amigo, amiga, lector, lectora. Pasarán años para que volvamos a tener un momento de tanto poder. Utilicémoslo en defensa propia. 

Hasta el próximo jueves (espero).