“La muerte sobrevino cuando la persona
estaba detenida, o se encontraba bajo la
custodia del Estado, sus órganos o agentes”. PM.
Ironías de la vida, el objeto fundamental del llamado “Protocolo de Minnesota” es proteger el derecho a la vida y promover la justicia, la rendición de cuentas y el derecho a una reparación mediante la promoción de una investigación eficaz de toda muerte potencialmente ilícita. El protocolo de las Naciones Unidas trata sobre la prevención de investigaciones eficaces de ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias.
En Minnesota su Departamento de policía de Minneapolis, que data desde 1867, se ve envuelto en la más trágica historia de la policía norteamericana, develando el traspatio del racismo norteamericano en 140 ciudades.
Era cuestión de tiempo, la policía de Minneapolis es considerada como altamente racista en sus operaciones cotidianas de patrullaje. Los afrodescendientes representan más del 60% de las detenciones que realiza, según datos del propio departamento de policía, se les detiene diez veces más por delitos menores que a personas blancas. La policía tiende más a atender llamados de auxilio por faltas menores y casi siempre sus detenciones pueden iniciar o sostener una espiral ascendente de violencia con gente de color que de blancos. En estudios elaborados al interior respecto del funcionamiento de la corporación, detectaron que de diez mil arrestos por causas menores la mayoría fueron efectuadas por solo ocho oficiales blancos en contra de afrodescendientes, por causas menores, como beber en la vía pública, vagancia, caminar con una botella abierta de cerveza, posesión de marihuana mínima, etc., a un solo oficial blanco le contabilizaron dos mil detenciones de negros.
Preocupados por la tendencia racista de su departamento, desde hace años han llevado a cabo tácticas de reclutamiento con perfilación racial, mismas que no han dado resultado. Los programas pilotos de detención vehicular en dispositivos de control de tránsito, han demostrado que es más factible dejar ir a una persona blanca por una falta que a una persona de color.
La brecha de desconfianza entre la población afrodescendiente y la policía se fue ensanchando. A pesar que hace tres años fue nombrado el primer Jefe de la Policía de Minneapolis de color, después de ciento cincuenta años. De racistas, pistola veloz, intromisiones violentas a hogares y uso de la fuerza excesivo, han sido el distintivo de la policía. Las quejas de ciudadanos y juicios por abusos de la policía han encontrado una pared azul burocrática que impide la trasparencia de las quejas, así como de su sanción. Con bufetes de abogados por parte de la policía han encontrado los ciudadanos obstrucción sistemática y procesos innecesariamente complejos que los han hecho desistir y la mayor de las veces son encauzadas por protestas callejeras violentas.
TAPANCO: -Es que es racista ese país-. ¿Cuál país? –Ese, el de los gringos-. -Dice la gente por acá-. ¿En verdad? Somos igual o más racistas que ellos, haya un video o no, de un homicidio perpetrado por agentes del Estado mexicano. Diferencia, que haya la gente se encabrona y se violenta en las calles en contra de su gobierno, acá, lo más que hacen es un desfile de autos sonando las bocinas y pintarse la cara de rojo, en jornadas humedecidas de pantomimas y llanto. Somos un pinche pueblo chillón, diría mi abuelo, agachón, diría yo. México, no es una sociedad sana ni funcional, es violenta y racista.
“No puedo respirar”, es un grito extendido, no es un caso de uso excesivo de la fuerza, es un tema de racismo individual e institucional, se calcula que en Estados Unidos las fuerzas del orden cada año matan entre mil y mil doscientos ciudadanos. Ser asesinado por la policía, es la principal causa de muerte de jóvenes negros en los Estados Unidos. 2.5 veces más propensos a ser asesinados por la policía que la población blanca. Según datos del año pasado recopilados por el consorcio de periodistas “Fatal Encounters” y del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales.
Francisco.soni@uaslp.mx
Twitter: @franciscosoni