logo pulso
PSL Logo

In-D: Vive Latino, 25 años de historia

Por Daniel Tristán

Octubre 30, 2024 12:23 p.m.

A

Se ha anunciado de manera oficial el cartel de la edición número veinticinco del Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino. Este proyecto comienza a envejecer, al igual que nosotros. Todos tenemos una historia alrededor del festival, todos tenemos algo que contar sobre él. Cosas buenas y malas, experiencias gratas y vivencias no del todo agradables. La primavera del próximo año podremos ser testigos de la edición veinticinco de este emblemático festival. Es buen momento para hacer un corte de caja y evaluar la aportación del Vive Latino a la industria musical de habla hispana.

Uno de los puntos a destacar sobre el Vive Latino es la apertura que, al pasar de los años, ha comenzado a tener. En sus primeras ediciones, el cartel estaba monopolizado por el rock. No existía el menor espacio para otros géneros musicales ni para otras disciplinas artísticas. El pasar de los años fue suavizando a la organización del festival. Poco a poco se fue abriendo el cartel para propuestas no necesariamente rockeras. Incluso en algunas ediciones del Vive Latino se ha llegado a experimentar con otros elementos como el stand up o disciplinas paralelas a la música como el skateboard.

Para el próximo año el cartel muestra varias sorpresas. Resaltan en la programación algunos artistas como Rafael, cantante español que representa la propuesta más arriesgada para esta edición. Ante estos riesgos la organización del VL25 busca tener una red de seguridad con bandas clásicas de rock que le han asegurado el éxito en años anteriores. Aparecen entonces en el cartel bandas como La Lupita, Molotov, Zoe, Caifanes y Víctimas del Dr. Cerebro. Agrupaciones cuyas actuaciones dentro del festival son prácticamente obligadas.

En propuestas internacionales el escenario recibirá a Scorpions, Sepultura y Foster The People. También se busca continuar con la inclusión de bandas clásicas de géneros como cumbia y regional mexicano, espacio que en esta ocasión será ocupado por Los Angeles Azules. Hay que darle también el mérito al VL de comenzar poco a poco a abrir el cartel a propuestas más recientes. Bandas como Little Jesus, si bien no son una agrupación emergente, si representan una nueva camada de proyectos musicales que comienzan a trazar el camino para convertirse en los nuevos clásicos.

Es digno de celebrar el hecho de vivir en tiempos de inclusión en los cuales, dentro de un mismo festival, podemos apreciar propuestas desde el metal, el rock urbano, el ska, reggae, rap y regional mexicano. Años atrás parecía imposible poder tener un cartel de esta naturaleza. La segmentación de los consumidores de música se ha diluido con el pasar de los años dando como resultado un festival mucho más rico musical y culturalmente.

Sin embargo, hay también puntos a cuestionar. Después de un cuarto de siglo de existencia el VL sigue careciendo de grandes bandas que se perfilan para convertirse en cabeza de cartel en los años por venir. Desde la primera edición hasta la próxima a celebrarse en marzo de 2025, los headliners siguen siendo prácticamente los mismos.

Probablemente la organización del festival está ahogando a la gallina de los huevos de oro. Es necesaria una renovación de ídolos musicales, hacen falta bandas que sacudan la cultura pop y que lleguen para replantear las reglas del juego. El tiempo sigue su curso, los viejos dinosaurios del rock latinoamericano son flamas que poco a poco se van apagando. Una vez que las bandas clásicas decidan bajar el telón y "La Célula Que Explota", "Triste Canción de Amor" y "El Esqueleto" dejen de ser un recurso nos enfrentaremos a la dura realidad. Se nos acabaron los ídolos.